La Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad) lamentó que se criminalice la pobreza en el caso de la captura y el proceso judicial de Levi César Morales Ramírez, hijo Silverio Morales, líder del Movimiento Unificado Indígena, MUINA.
Fespad informó que el 10 de febrero pasado el Juzgado Especializado de Instrucción de Santa Ana realizó una audiencia de revisión de medidas, sin embargo, el juez le negó al joven las medidas sustitutivas a la prisión porque “no tiene bienes materiales a su nombre ni un empleo formal”.
“Don Silverio, padre del joven, y su familia se dedican a la agricultura, viviendo en una situación de pobreza, donde ni siquiera cuentan con agua potable en casa, por lo que se ven obligados a movilizarse a una colonia vecina para lavar sus productos antes de venderlos”, expuso Fespad.
Silverio y sus hijos viven en el cantón El Cerrito, en el municipio de Nahuizalco, una zona rural donde hombres y mujeres no tienen oportunidades de empleo y la mayoría se dedica a los cultivos de hortalizas para subsistir.
Los representantes de Fespad, quienes acompañan el proceso judicial, informaron que presentaron elementos para que se dieran las medidas sustitutivas a la detención mientras sigue el proceso judicial, pero estas no fueron tomadas en cuenta.
“A pesar que se expuso que el joven no tiene antecedentes penales ni pertenece a pandillas, las autoridades señalaron que no se pudo acreditar el arraigo del joven, al no tener bienes a su nombre y un empleo formal”, dijeron.
Días posteriores a la detención, Silverio relató que su hijo fue capturado el viernes 11 de noviembre, por la noche, cuando después de lavar jícamas regresaba hacia el cantón El Cerrito, pasadas las nueve de la noche, cuando los policías, que hacían un operativo en la zona, le dispararon y el joven tuvo que tirarse junto a un vehículo para no ser alcanzado por las balas.
El cultivo de jícama es un negocio familiar que todos los integrantes de la familia cuidan durante el día. Por la noche, después de cortar los productos, los lavan para venderlos un día después.
Debido a que la familia no cuenta con el servicio de agua potable, por la falta de ingresos económicos, se movilizaban hasta la colonia La Montañita 1, en el mismo cantón, en donde les proporcionan agua para lavar sus productos.
“Él venía para la colonia(…), los agentes rodearon ambos costados de la calle, cuando él venía caminando en este sector, los agentes comenzaron a dispararle, él se protegió en un carro negro que estaba ahí (parqueado)”, explicó Morales. El líder indígena expuso que los agentes se enojaron porque el joven corrió cuando le dispararon
“Lamentamos que una vez más se criminalice la pobreza, y que no se tome en cuenta la situación precaria que, en el marco del régimen de excepción, se ha agravado para las familias de las personas detenidas, así como los impactos psicológicos que viven”, concluyó Fespad.