Fernando Daniel Domínguez Castaneda tiene bien claras sus aspiraciones y trabaja duro para conseguirlas. Así ha sido el camino que lo ha llevado a ganar la medalla de oro en la Olimpiada de Matemática del Pacífico Asiático, la primera que El Salvador gana en ese evento que reunió a 318 estudiantes de 35 países. Tres años le costó colgarse la medalla dorada a este joven de 18 años y recién graduado de bachiller del Liceo Salvadoreño.
La clave de su éxito está en la disciplina. Por ejemplo dice dedicar de cuatro a cinco horas diarias de lunes a viernes a practicar las matemáticas y de seis a siete horas cada sábado a ejercitarse en el programa Jóvenes Talento de la Universidad de El Salvador. A ese programa llegó por motivación de su madre, Ixia Ivania Castaneda, tras enterarse de ello a través del periódico, según Fernando.
“Me costó bastante (ganar el oro) desde hace tres años vengo intentando sacar un buen resultado y esta vez pude. Estoy bastante contento porque el esfuerzo que he aplicado todo este tiempo tuvo frutos”, dice Fernando. Pero este no es el primer fruto que cosecha el talentoso joven, él ya ha saboreado el éxito en competencias internacionales en las que ha representado a El Salvador.
“Ya había participado en otros eventos, en 2020 tuve un oro en la Olimpiada Centroamericana y del Caribe en 2020, además participé en la Olimpiada Iberoamericana donde tuve medalla de plata; y en la Olimpiada Mundial, en 2021, donde participan más de 100 países, allí tuve el bronce”, resume su paso exitoso por estas competencias. Pero esta vez no oculta que el éxito le sabe más dulce porque es el primero del país en colgarse el oro en esta olimpiada.
“Es bastante complicado conseguir uno (el oro) porque hay que competir con países que tienen de los mejores estudiantes”, afirma Fernando. Gracias al desempeño de Fernando y de sus otros compañeros, El Salvador se coló entre los nueve países que consiguieron oro. Fueron cinco los representantes que tuvo el país en esta competencia que fue realizada de manera virtual.
VER: El Salvador gana su primera medalla de oro en la Olimpiada de Matemática Asiático-Pacífica
Además de Fernando, que se agenció la medalla dorada; José Manuel Cabrera Guardado obtuvo una medalla de bronce, y Enrique Adonay Hernández una mención honorífica. El Salvador fue el único país latinoamericano en obtener una medalla de oro en esa olimpiada, los otros son Estados Unidos, India, República de Corea, Hong Kong (China), Canadá, Tailandia, Japón y Taiwán.
“La matemática que se cursa en estas competencias es diferente a la que se cursa en el colegio, en la escuela, porque es más de encontrar cosas, no se trata de aplicar la misma fórmula varias veces, hay que encontrar la forma de hacerlo. Me gusta porque es un reto, es diferente cada vez y a veces es bien difícil”, afirma Fernando Daniel. Pero este jovencito no para. Su meta es ganar la medalla de oro en la Olimpiada Mundial, que es la máxima competencia.
“Puedo participar todavía en la Olimpiada Mundial de Matemática, que será en julio y sería la mas importante, creería, que voy a hacer, es el objetivo para el que me he estado entrenando”, dice con seguridad. ¿Un año sabático? Fernando dice que luego de finalizar su Bachillerato General, en 2021, decidió tomarse un año sabático, pero en la práctica no es tan así.
Para su edad tiene una vida bastante ocupada entre sus preparación para la Olimpiada Mundial y el aprendizaje del idioma inglés, de instrumento musical, y con otros proyectos en mente. Su tiempo lo divide en buscar universidades extranjeras a las que pueda ingresar y estudiar Ingeniería en Informática, siguiendo los pasos de su padre Boris Domínguez Henríquez, o alguna carrera más relacionada con la matemática.
Fernando dice que si bien está aplicando a diversas universidades, su aspiración principal es seguirse formando en el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT, por sus siglas en inglés) una institución famosa por albergar a grandes talentos en ciencias exactas. Mientras espera calar en una de estas universidades, Fernando no pierde el tiempo: para comenzar trabaja duro para perfeccionar su inglés, pues sabe que hablarlo con la fluidez le ayudará a su desempeño académico en el extranjero.
Pero también piensa en el aprendizaje de otros idiomas como el alemán y el japonés, conocidos por tener un mayor grado de dificultad. Cuando se le pregunta a Fernando si tiene pasatiempos en su año sabático no tan sabático, dice que se ha propuesto resolver el cuadro de Rubik, el famoso rompecabezas mecánico tridimensional. Pero hay algo en la vida de este talento salvadoreño que no tiene muy claro: si aprender a tocar el violín sea una de sus metas. “Empecé a aprenderlo hace dos meses, pero no estoy seguro, solo estoy probando”, afirma.