Eran aproximadamente las 5:30 de la tarde del 18 de diciembre anterior, cuando Axel y Rosemberg (conocido como Pope por sus amigos) fueron llamados a cenar. “Ya vamos, abuela”, respondieron los dos hermanos, de 18 y 16 años.
Los dos muchachos estaban conversando entre sí, en una especie de patio de la casa donde vivían con varios de sus familiares, incluyendo su madre, quien lucha desde hace varios meses contra una grave enfermedad.
Transcurrieron varios minutos y los jóvenes no acudieron al llamado de sentarse a la mesa. Cuando uno de sus familiares salió a ver por qué no entraban, se percató que ambos no estaban en el patio.
Fue aproximadamente media hora después cuando de repente vieron pasar a un hombre, vecino de la colonia, quien fue a llamar al padre de otros dos jóvenes, también hermanos entre sí, para que fuera ayudar en el rescate de uno de ellos.
La familia de Axel y Pope vieron pasar a aquel vecino y lo que pensaron fue que quizá la policía andaba en el lugar. Temían que Axel y Pope hubieran sido capturados. “Como es lo que está sucediendo en estos días”, afirmó el familiar, cuyo nombre y parentesco se reserva por su propia seguridad.
Pero no pasaron mucho tiempo en ser avisados de que Axel y Rosemberg se habían caído en un barranco. Un tío de ambos fue a cerciorarse y se topó con lo peor. Los dos muchachos se habían ahogado. Uno más, amigo de las víctimas había logrado sobrevivir.
De inmediato, en el vecindario trascendió que la muerte de Axel y Rosemberg había sido accidental tras haber caído a una poza de aguas negras.
Sin embargo, posteriormente han surgido dudas que sugieren, según vecinos y familiares, que tal vez no fue un accidente.
Las fuentes de este Diario no se explican por qué el grupo de jóvenes (cinco en total) a pesar de que ya estaba oscureciendo fueron a la quebrada.
Un lugareño, el que más próximo vive al lugar donde hallaron los cuerpos de los jóvenes, asegura que los muchachos fueron a buscar una chancleta (sandalia) y que él se percató del accidente porque escuchó que gritaban su nombre pidiendo ayuda.
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El lugar donde hallaron a los jóvenes es privado. “No entiendo por qué entraron a ese lugar, si es cerrado (privado)”, se pregunta un familiar de las víctimas.
El pariente se refiere a que el grupo de jóvenes llegó a la quebrada a través de un inmueble que está cercado y que tiene una cabaña abandonada con colchones viejos.
Después de esa cabaña maltrecha, sucia y con matorrales no hay nada más que una parra de bambú y luego la quebrada de aguas negras y un gran muro que es difícil escalar y un tufo que despiden las aguas pútridas.
¿"Andaban buscando una chancleta"?
Es decir, no hay nada atractivo por lo que los jóvenes hubiesen decidido ir allí, máxime cuando ya estaba oscureciendo y habiendo sido advertidos de que la cena estaba lista, en el caso de Axel y su hermano.
Sin embargo, la versión más fuerte que existe es porque fueron a buscar una chancleta.
El joven, mayor de edad que logró sobrevivir, según su padre, está bajo tratamiento médico tras determinar que había cogido una bacteria al tragar agua de la quebrada.
De acuerdo al vecino más próximo del lugar, los jóvenes cayeron de una altura de unos cinco metros a la quebrada que en ese lugar tiene entre cuatro o cinco metros de profundidad, según dijeron los buzos que llegaron a recuperar los cuerpos de los jóvenes fallecidos.
El 18 de diciembre, según la Policía Nacional Civil solo hubo un homicidio, en el municipio de El Carmen, departamento de La Unión. “Creemos que no fue accidente. La gente de aquí también cree que no fue accidente; pero si no fue así, Dios es justo y él verá lo mejor”, dijo un pariente de las víctimas.
“Si no fue así (que se ahogaron al caer por accidente a la quebrada) qué podemos hacer nosotros”, se preguntó otro familiar.
En el vecindario, se asegura que Axel y su hermano eran sanos. Axel recién había cumplido los 18 años y se había graduado de bachiller. Estaba con la esperanza de conseguir pronto trabajo y poder ayudar económicamente a su familia.
De ambos muchachos solo quedan las dudas sobre su muerte y el recuerdo de ellos. Dos cruces con los nombres y fechas de nacimiento y muerte de los jóvenes han sido pintadas en una pared de la calle principal de la colonia, cerca de una imagen de la Virgen de Guadalupe.