El 2 de diciembre de 2018, la familia Hernández Arce fue golpeada por la criminalidad desatada por un grupo de pandilleros que actuaba a su antojo en gran parte del municipio de Guaymango, departamento de Ahuachapán.
Al amanecer de ese día, Berta Alicia Hernández Arce, a la sazón, de 40 años, fue asesinada en la Hacienda Lorena, caserío del mismo nombre, frente a varios de sus familiares. La hacienda era de la víctima y su esposo, un hombre que después de trabajar por varias décadas en Estados Unidos se vino a El Salvador.
La mataron sin piedad frente a una niña de 6 años, y varios de los empleados que ella y su marido tenían para la crianza de ganado y labores de agricultura. El motivo: ella no quiso ceder a pagar extorsión a miembros de la Mara Salvatrucha que operaba en ese lugar.
En lugar de entregar dinero a las pandillas, denunció el caso ante la la Fiscalía y la policía, que la utilizaron para fundamentar un proceso judicial contra varios pandilleros, incluyendo un cabecilla de la zona, pero estos se dieron cuenta de que ella era la principal colaboradora de la justicia.
Te puede interesar: Protesta en el Bajo Lempa para exigir libertad de 111 presos por el régimen de excepción
Eso se lo reprocharon antes de acribillarla… Le dijeron que era "una vieja chambrosa" y que por eso la mataban
Ella suplicó clemencia por su vida, pero aquel grupo de hombres vestidos de negro y encapuchados le asestó 40 balazos. La mataron sin piedad. El crimen quedó en la impunidad, pues ningún pandillero fue capturado por ese homicidio, afirman familiares.
Justo cuatro años después, esa misma familia, ahora suplica al sistema de justicia, la libertad de una de los suyos, por Norma Bessy Rivas Hernández, que ha sido arrestada bajo el régimen de excepción, injustamente, según señala el esposo de la mujer, tan solo porque a la policía le cayó una llamada telefónica en la que la señalaban como pandillera.
Cuatro años después de aquel terrible asesinato, la familia Hernández Arce asegura que ha sido golpeada injustamente por un sistema de justicia que no investigó absolutamente nada, ni siquiera el nombre completo de la persona a quien fueron a capturar solo porque fue denunciada a través de una llamada anónima.
Hoy, esa misma familia que fue desarraigada del municipio de Guaymango por sentirse amenaza por las pandillas, pide piedad al sistema de justicia, así como Berta pidió piedad a los pandilleros que la mataron, para que liberen a Bessy, quien se dedica a la venta de tortillas y vende cosméticos a domicilio.
Posterior al asesnato de Berta, Roberto, el esposo de Bessy (hermano de Berta) emigró hacia el municipio de Colón, en el departamento de La Libertad, donde se asentó y conoció a Bessy. En el vecindario, ambos son conocidos como personas trabajadoras. Ella hace tortillas y él es mecánico enderezador y pintor automotriz.
Cuando Roberto vivía en Guaymango, trabajaba en la hacienda ganadera de Berta y su cuñado, un ciudadano salvadoreño-americano que a los pocos días de la muerte de su esposa, decidió vender el ganado y regresar a Estados Unidos. La hacienda hoy está abandonada, según comentaron miembros de la familia.
La captura
El pasado 26 de diciembre, mientras Bessy y sus hijos desayunaban en su vivienda, en la urbanización Nuevo Lourdes, aparecieron varios policías que después de hacer un registro minucioso de la casa, le dijeron a Bessy que estaba en problemas, aunque no detallaron, y que tenía que acompañarlos.
De acuerdo con familiares, los policías no llevaban ninguna orden de captura ni de registro de la vivienda. Los parientes de Bessy solo lograron ver un papel que los policías llevaban en el que habían anotado el segundo nombre, es decir, Bessy, y al lado habían escrito “tortillería”.
Roberto, esposo de Bessy, asegura que la captura de su mujer es injusta porque ella nunca ha pertenecido a pandillas, no tiene ninguna clase de tatuajes. “Mi esposa solo se dedica a trabajar, a hacer tortillas para vender y poder ayudarme en la economía de mi familia”, afirmó.
Bessy nunca había estado detenida, sin embargo, en la solvencia de antecedentes policiales que la familia tramitó el pasado 4 de enero, ya le aparece el delito de “agrupaciones ilícitas”.
“…según bases de datos consultadas, registra antecedentes por los delitos siguientes: Agrupaciones ilícitas…” reza el documento extendido el 4 de enero anterior.
Miembros de la familia Hernández Arce lamentan que hace cuatro años fueron víctimas de las pandillas quienes mataron a Berta, a raíz de lo cual tuvieron que huir, literalmente, de Guaymango, por temor a ser asesinados por pandillas.
Aseguran que jamás se imaginaron que cuatro años después, se sentirían víctimas de la policía que acusa a uno de sus miembros de colaborar con pandillas.
“Usted conoce lo que sufrimos con el asesinato de mi hermana, luego tuvimos que salirnos del lugar, es ilógico que ahora vengan a acusar a uno de nuestra familia de colaborar con esos grupos”, afirmó el esposo de Bessy, quien pidió a las autoridades revisar minuciosamente el caso para que ella pueda recuperar su libertad.
Bessy se encuentra detenida en el penal de Apanteos, Santa Ana, adonde fue trasladada de las bartolinas policiales de la delegación de Lourdes, en el municipio de Colón. El pasado 11 de enero cumplió 45 años. Encarcelada.