El emprendimiento de la granja de Los Campos nació en el año 2015, cuando los padres de Alejandra Campos no tenían empleo y no tenían ningún ingreso en la familia. En ese momento compraron 10 pollitos y así comenzaron con la crianza de aves en la casa, donde hicieron el primer gallinero debajo del lavadero.
Alejandra Campos, de 27 años, comenta que la crianza de los pollos inició como una “necesidad económica” pues “estaban pasando un mal momento la familia”.
La joven comenta que la idea de “criar nuestros propios pollos” se debió a las malas experiencias en el mercado comprando pollos grasosos, chuquillosos o inyectados con hormonas.
Alejandra aclara que jamás tuvo la idea del negocio de una granja de pollos, pero que todo comenzó entre la familia para su consumo en la casa.
Lee también: EE.UU. apoyará a las PYME con préstamos tras acuerdo con el BAC por $60 millones
Sin embargo, cuando la gente veía los pollos se enamoraban de ellos, pues eran gorditos, rojizos y bonitos. Y a los clientes les gustaba mucho el sabor de los pollos, por lo que aumentaron los compradores de aves. Fue cuando Alejandra comprendió: “aquí hay negocio” y la familia se metió de lleno en la crianza de pollos en su microempresa.
En 2020, en plena época de pandemia, el negocio de pollos no se vio afectado porque las personas estaban en las casas. Es más, les aumentaron los pedidos de pollos y se reinventaron con el servicio de “delivery” en las casas de los clientes en San Juan Opico. Todo iba bien.
Pero en 2022 pasó algo inesperado. Alejandra cuenta que perdió 200 pollos porque se enfermaron de un virus que arrasó con todas las aves en la granja y solamente quedaron 40 pollos vivos.
“Ya no podíamos, estaba todo invertido en la granja. Ya no teníamos capital para seguir comprando más pollos y producto”, relata.
La joven se estaba desmotivando con las pérdidas casi totales de la crianza de pollos. Pero fue en ese momento que se da cuenta del programa “Jóvenes Super Pilas” de la organización World Vision, el cual le ayudó a levantar la confianza en el negocio de la granja.
“Fue bien bonito porque Super Pilas me hizo ver algo que yo misma no veía en mí: mis capacidades”, expresa Alejandra.
Y comenta que el programa la transformó tanto en su crecimiento personal, como en herramientas para llevar el negocio de la granja a ser exitoso, a través del programa de Wold Vision dirigido para jóvenes emprendedores.
El proyecto Jóvenes Súper Pilas aportó un capital semilla de $400 para el negocio de la granja. La emprendedora utilizó el dinero para comprar un freezer para guardar los pedidos de pollos, pues ya no daban abasto por muchos clientes que les piden a diario la carne de pollo.
Además el programa “Working to Give” le dio capital semilla de $1,000, lo cual le ayudó a Alejandra Campos a ampliar los cinco gallineros para la crianza de pollos.
Con los fondos obtenidos ha podido invertir en aumentar la capacidad de criar hasta 500 aves y vender hasta 300 mensuales.
Alejandra cuenta que cada mes están generando en ventas, aproximadamente, $1,200, pero que en un lote de 200 pollos y de 300 aves son alrededor de $1,500.
La emprendedora menciona que, por ejemplo en dicicembre del año pasado compraron 300 pollos y estos les generaron $1,500, con una utilidad o ganancia de $600 en esa temporada de fin de año y eso que comenzaron la venta de aves a partir del 10 de diciembre.
Pero para tener esos resultados, la joven debe esforzarse mucho. Alejandra comenta que tiene que levantarse a las 3:00 de la madrugada para sacar los pedidos y repartirlos junto a su padre.
También ayudan en la granja la madre y hermano de Alejandra, sobre todo en las fases en las que los pollos están grandes, así como en venta de las aves. Además han contratado a una persona que les apoya lunes, miércoles y viernes por las mañanas, quien recibe un sueldo de $10 al día.
Los lugares donde llevan los pollos que crían son: Santa Tecla, San Salvador, cantón Chanmico, donde reparten producto en los comedores y tiendas, pero también les llevan a otros clientes que hay en la zona. El precio por libra de pollo tiene un valor de $1.75, cuando los venden vivos, pero si el cliente los quiere destazados la libra cuesta $1.80.
Proceso de crianza de pollos
Alejandra Campos comenta que a ella le dicen: “la mamá de los pollitos”, pues es la encargada de criar a los pollos y darle mucho cariño en el gallinero. “Se aprende a conocer las mañas y diferentes formas de actuar de los pollos”, dice.
La granja tiene un galpón de 2.50 x 2.70 metros, con capacidad para 200 pollos pequeños, y tiene un foco que les da calor a las aves desde el primer día hasta el 21.
La comida molida que le dan a los pollitos en la primera fase de crianza está elaborada de maíz amarillo, frijol tostado y cascarones de huevos tostados, los cuales tienen mucho calcio que ayuda al crecimiento y desarrollo de las aves.
En las fases tres, cuatro y cinco les cambian la alimentación a los pollos, la cual incluye: matas de huerta, tallos, hojas de lechuga, tomates, pepinos, hojas de jocotes, entre otros.
La granja Los Campos se está proyectando a futuro poder instalar un local donde se pueda vender pollo marinado y horneado en la zona de San Juan Opico. Pero un sueño que tiene la emprendedora es vender pollos orgánicos a nivel nacional, a los supermercados del país y ampliar los gallineros en otros terrenos.