Pese a la amplia biodiversidad del territorio salvadoreño, poco a poco y en aras del desarrollo gran parte de la vegetación ha sido removida llegando a presentar una amenaza de extinción para algunas especies de árboles.
El jefe interino de la unidad ambiental municipal de San Miguel, William Rodríguez, afirmó que en ese departamento se ha identificado varias especies que se mantienen bajo vigilancia y está entre las protegidas del territorio.
En algunas ocasiones, explicó, se ha tenido que autorizar la corta o tala de alguna especie protegida; sin embargo, para ello se debe estudiar el caso y si representa algún peligro por las ramas, raíces o en su estado, la unidad y el juzgado ambiental son quienes autorizan el procedimiento a seguir, pero el solicitante deberá comprometerse a sembrar 10 más del mismo árbol talado.
Puedes leer | FOTOS: San Salvador, la ciudad que lucha por reforestarse
Entre las especies protegidas se encuentran los árboles históricos, que son los que representan un valor por algún acontecimiento dentro de la sociedad. Uno de ellos es un ceibo situado en el barrio San Nicolás, del departamento de San Miguel.
En el país en total son 52 especies arbóreas identificadas en peligro de extinción, entre las que se conocen por su nombre común “roble, pino, flor de mayo, cortés negro, laurel negro, carboncillo, aceituno montés, carreto, mamey de montaña, sabino, oreja de venado, mezcal entre frutales, ornamentales, maderables y forestales, y más de 101 especies amenazadas, según informe oficial del año 2015, emitido por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador.
Algunas especies se reproducen dependiendo el tipo de suelo y clima; por ejemplo, en el departamento de Morazán, según el informe, el pino costeño u hondureño están dentro de las especies amenazadas. Y se refieren a las poblaciones únicamente existentes en ese territorio, el cual cuenta con mayor densidad boscosa del oriente del país y al ser geográficamente una zona alta y montañosa lo convierten en el que se registran las bajas temperaturas.
Tala controlada
Por otra parte, Rodríguez explicó que debido al tamaño de estas especies para algunas personas es una opción la tala para aprovechar los espacios de terreno o para desempeñar actividades como la ganadería, la siembra y ampliación de viviendas; sin embargo dijo que estas especies son un patrimonio natural que se debe conservar, evitar lo más posible incurrir en delitos con la tala ilegal y aun sean con autorización realizar los procesos correspondientes, debido a que algunos de ellos tienen más de 100 años de antigüedad.
El Estado deforestador
Los registros indican que la mayor explotación de estos recursos es responsabilidad de Obras Públicas y el Estado. Una prueba de ello es que en el año 2021 el Juzgado Ambiental de San Miguel sancionó al Ministerio de Obras Públicas por tala de más de 1,500 árboles, un bosque que se depredó para la construcción del Periférico Gerardo Barrios.
El tribunal estableció en una audiencia la responsabilidad también de la empresa constructora pese a contar con los permisos.
Habitantes de la colonia Metrópoli Kury y Arcos del Molino denunciaron la tala de árboles debido a construcción de carretera de 6 carriles y un proyecto de viviendas en ese sector.
Los ciudadanos se pronunciaron y catalogaron el hecho como abusivo, por lo que hasta el momento se desconoce si cumplieron con lo establecido de reforestar en las zonas aledañas.