A ocho años de prisión fue condenado esta tarde el coronel Sigifredo Ochoa Pérez por el delito de peculado, cuando fungió como embajador en Honduras, durante la administración del expresidente Antonio Saca y Mauricio Funes.
La acusación fiscal señaló que Ochoa Pérez y el exministro consejero en ese país, Walter Alfredo Anaya, elaboraron dos contratos de arrendamiento del edificio donde funcionaba la embajada salvadoreña en tierras hondureñas por un monto $107,000, los cuales fueron pagados con fondos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Uno de los contratos era por $2,000 y el otro por $3,000, el excedente de ambos contratos que era de $800 era recibido por Ochoa Pérez, de acuerdo a la acusación fiscal. Cuando dejó de ser embajador, el dinero lo siguió recibiendo Anaya, según afirmó la Fiscalía en el Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador.
En enero del 2020, el coronel retirado y exdiputado fue notificado por el Juzgado Segundo de Paz de San Salvador por el delito antes mencionado, por apropiarse $41,040 provenientes del estado en el período de 2004 al 2009, cuando fungía como diplomático en las gestiones de los expresidentes Saca y Funes.
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"Que me había robado $41, 000, cosa que no es cierto, nunca he recibido un centavo de nadie, es una persecución política del Fmln", dijo Ochoa Pérez, mientras esperaba la audiencia preliminar en el juzgado Segundo de Instrucción en mayo del 2018.
Anteriormente, Ochoa Pérez Pero había solicitado un procedimiento abreviado, de tal forma, aceptaría ser culpable para recibir una sentencia menor.
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