En el 2022, El Salvador recibió a cantantes de todos los géneros musicales luego que la industria musical mantuviera restricciones por la pandemia de coronavirus.
A diferencia de otros años, la venta de entradas en línea se popularizó lo que dio paso a que varias personas estafaran a otras en la reventa de tickets.
Algunos de los estafados, con tal de ver a su cantante favorito, decidieron comprar sus entradas en páginas no autorizadas y otras confiaron en los revendedores, quienes ofertaban al doble del precio los boletos que en algunos casos resultaron ser falsos.
Por ejemplo, la Fiscalía detalló que había estafadores que adquirían la entrada en puntos autorizados y luego procedían a clonarlas a través del código QR.
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Después, las entradas eran ofrecidas en redes sociales y tras recibir el dinero solicitado bloqueaban a las víctimas o ya no contestaban las llamadas cuando estas les reclamaban que en la entrada les habían dicho que su código ya había sido escaneado.
En un caso en particular, la víctima contactó al estafador para que le vendiera dos boletos que ofrecía en redes sociales.
De acuerdo con el reporte judicial, la persona afectada pagó $90 por cada boleto y compró dos haciendo la suma de $180.
Un día después compró otro, por la misma cantidad, pero dudó que fuera legítimo por lo que decidió verificar en la venta de boletos autorizada y le dijeron que eran falsos.
Uno de los últimos casos ocurrió durante el concierto de Bad Bunny, el 26 de noviembre, y en el cual la Policía capturó a Adriana A. y a otros dos hombres tras una denuncia en “flagrancia” , cuando cobraban más de “$230 por cada ticket”.
Durante la audiencia inicial realizada a mediados de diciembre en el Juzgado Décimo Segundo de Paz de San Salvador acordó que Adriana conciliara con 12 víctimas por un monto de $6,885.
Tras el acuerdo logrado entre las partes, el juzgado la absolvió del delito de estafa por el que la Fiscalía General de la República la acusó.