Neftaly Rivera Navarro, de 64 años, es uno de dos ciudadanos estadounidenses-salvadoreños que desaparecieron en marzo de este año. José Tomás Laínez, de 54, es el segundo. Al primero ya lo encontraron, pero muerto. De Laínez no se sabe absolutamente nada.
Rivera Navarro desapareció el 13 de marzo. La última vez que lo vieron con vida fue aproximadamente a las 2:00 p.m. cerca de la casa donde temporalmente se quedaba a dormir, en el cantón San José El Tule, municipio de Cinquera, en el departamento de Cabañas, de donde era originario.
Un día antes, el 12 de marzo, estuvo donde su madre, en un municipio del departamento de La Paz. Ese día fue a un banco, a retirar 6,000 dólares; de esa cantidad usaría una parte el siguiente día para pagarle a las personas que había contratado para cercar varias propiedades en San José El Tule.
La última vez que lo vieron iba con policías y soldados
Aquel 13 de marzo, por la mañana se retiró de la casa de su madre, rumbo a San José El Tule, lugar que desde hacía varios meses solía frecuentar, pues estaba empeñado en cercar varios terrenos, propiedad de su padre, para comenzar a cultivarlos.
De acuerdo con indagaciones de El Diario de Hoy, vecinos de ese cantón vieron como a las 2:00 p.m. que Rivera Navarro caminaba acompañado de tres personas con uniformes policiales y cuatro más con uniformes militares.
Desde entonces ya no se supo más de él, de acuerdo con testimonios de familiares, que pidieron reserva de sus nombres por temor a que policías y soldados estén involucrados en el hecho.
Familiares aseguran que aquel miércoles 13 de marzo, Neftaly llevaba los 6,000 dólares y que también portaba un teléfono iPhone 15, el cual sonaba apagado, cuando le marcaban al no saber nada de él.
Desde el siguiente día comenzaron a buscarlo; varios familiares se desplazaron desde sus diferentes domicilios hacia San José El Tule. Policías y militares también participaron en la búsqueda.
En la operación también agregaron un helicóptero para cubrir más terreno. Buscaron en todas las propiedades, pero no encontraron nada, no había señales de Neftaly.
Fue hasta el 16 de marzo que el cadáver fue encontrado ciertamente en un terreno, pero uno que está cerca de la casa donde la víctima habitaba cuando se quedaba en San José El Tule, su tierra natal.
Ni el dinero ni el iPhone
A familiares y amigos de Neftaly les causa asombro, afirmaron, que el lugar donde encontraron el cadáver ya lo habían rastreado.
En la escena, afirman las fuentes, encontraron el cuerpo en posición como si estuviera hincado, con apariencia de haber sido quemado y las autoridades dieron por hecho que se trataba de un suicidio por ahorcamiento, porque cerca había una cuerda con la que supuestamente se había quitado la vida.
Las fuentes aseguran que Neftaly siempre andaba puesto un gorro, con el que aparece en algunas fotografías difundidas durante la búsqueda.
Sin embargo, el gorro fue encontrado cerca y el cadáver tenía puesta una gorra negra, algo que no era de la indumentaria que solía usar Neftaly.
Sin embargo, amigos y familiares de Neftaly tienen dudas de que se haya tratado de un suicidio. Aparentemente no tenía razones para quitarse la vida. Siempre lo veían alegre, haciendo chiste de cualquier cosa, no tenía problemas económicos ni con su familia, aseguraron a este diario los informantes.
El dinero y el teléfono no los encontraron al revisar el cuerpo.
En la casa que habitaba mientras estaba en San José El Tule, solo hallaron documentos personales de la víctima. “Malvados. Le hubieran quitado el dinero y el teléfono pero no lo hubieran matado. Más hubieran logrado si lo hubieran deja con vida”, dijo un familiar, quien dijo no tener dudas de que la muerte de Neftaly no fue un suicidio.
Medicina Legal les ha dicho que cremarán el cuerpo
Las fuentes consideran que no es posible que Neftaly se hubiera suicidado debido a lo escabroso del terreno, ya que la víctima tenía discapacidad de movilidad, pues hace muchos años le amputaron una pierna. Usaba prótesis.
Neftaly llevaba una vida tranquila tanto en lo emocional como en lo económico, afirman familiares. No se metía en problemas con nadie y era una persona que si podía hacer un favor, lo hacía desinteresadamente.
Hasta el momento, asegura la familia que no han recibido ninguna información que los convenza de que fue un suicidio.
Es más, algo que les ha acrecentado sus dudas es que el Instituto de Medicina Legal (IML) no les ha dado el cuerpo; por el contrario, les ha informado que en cuanto tengan los resultados de los exámenes genéticos que comprueben que se trata de Neftaly, les van a entregar los restos pero en cenizas, debido a que lo van a cremar.
Fuentes familiares indicaron que a pesar de que todos reconocieron el cadáver hallado el 16 de mayo como el de Neftaly, las autoridades obligaron a la familia a someterse a pruebas genéticas para determinar la identidad.
El pasado 19 de marzo, Rosa Elvira Flores Martínez, una lideresa comunal residente en Santa Isabel ishuatán desapareció. Su cuerpo fue encontrado el 27 de marzo, es decir, ocho días después, pero en este caso, a pesar de que el tiempo entre la desaparición y el hallazgo del cuerpo fue de ocho días, las autoridades entregaron los restos el pasado 4 de abril, para que fueran sepultados.
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Algunos familiares dijeron no comprender por qué les han dicho que se los van a entregar en tres meses y solo las cenizas.
Regresaría el 5 de abril a Estados Unidos
De acuerdo con informes de familiares y vecinos, Neftaly tenía planeado regresar el 5 de abril a Estados Unidos, donde viven sus hijos; una de ellas es forense, afirmaron.
La víctima tenía más de 40 años de vivir en aquel país, a donde se marchó tras quedar lisiado por una mina quitapié de las que colocaba la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), convertido en partido político tras los Acuerdos de Paz, firmados en enero de 1992, que puso fin al conflicto armado de 12 años.
Las minas quitapié era colocadas como estrategia para frenar el avance de las tropas. Neftaly fue parte del Batallón Atlacatl, pero tras quedar lisiado por la mina quitapié, decidió marcharse de El Salvador.
Parientes y amigos de Neftaly relatan que creyendo que El Salvador realmente es un país seguro, como lo asegura la propaganda gubernamental, decidió cultivar varios terrenos de la familia.
Las propiedades son grandes, dijeron parientes (aunque no detallaron las extensiones), por lo que desde hacía varios meses que Neftaly estaba trabajando en cercarlos y hacerles algunas mejoras para cultivos.
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La familia Rivera Navarro es originaria de San José El Tule, y las propiedades que Neftaly quería hacer productivas habían quedado abandonadas durante el conflicto armado, cuando tuvieron que huir para no ser víctimas de la guerra, dijeron algunas fuentes.
“Queremos que se haga una buena investigación, que la muerte de él (Neftaly) no quede impune. Pensamos que se debería investigar eso que dicen los vecinos, que lo vieron caminar junto a policías y militares”, dijo un familiar, que pidió no ser identificado por temor.
El Diario de Hoy llamó este sábado al puesto policial de Cinquera con la intención de obtener información sobre el caso, sin embargo dijeron que por teléfono no daban ninguna información.
La desaparición de Neftaly no fue registrada como tal, entre las 156 denuncias de personas desaparecidas que la PNC recibió entre el 1 de enero al 15 de marzo de este año, según registros a los que este periódico tuvo acceso.
Un crimen sin resolver
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Hace cuatro años, en ese mismo cantón, San José El Tule, fue encontrado semienterrado, asfixiado y con heridas de arma blanca, el cadáver de Patricia Yamileth Gómez Castillo, de 17 años.
La joven había desaparecido de Cuscatancingo, donde vivía con su familia, el 13 de enero de 2020, y su cadáver fue encontrado el 16 de ese mismo mes en una zona boscosa del referido cantón.
El crimen contra Patricia quedó sin resolver, sin castigo del o los responsables.
Cinquera es un municipio que se ha caracterizado por registrar bajos índices delincuenciales y, desde luego, pocos casos de homicidios debido a que, supuestamente, no hay mucha presencia de grupos de pandillas.