En una pizarra colgada en la empresa Biota Landscape, en Minneapolis, estado de Minnesota, rezaba: "Adiós y nos vemos la próxima primavera". La despedida era para los ocho salvadoreños que este 2024 fueron contratados por esa empresa, que lo ha hecho por tres años consecutivos.
Jim Saybolt, fundador y director de operaciones de Biota, especializada en el diseño, construcción y mantenimiento de jardines, asegura estar muy satisfecho con el trabajo y el comportamiento de los salvadoreños, a quienes les da muchos más beneficios (igual que el resto de sus empleados) de los que las leyes laborales de Estados Unidos le imponen.
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Incluso este año les ayudaron a Miguel y a Ernesto a obtener su licencia de conducir, pagándoles las pruebas para obtenerla, lo cual se traduce en un poco más de sueldo. Para el próximo año, Jim afirmó que contratará dos salvadoreños más, es decir, que serán 10.
"Es un programa perfecto para nosotros porque ahorita en los Estados Unidos no hay mucha gente que quiera trabajar plantando árboles, cortando pasto… y necesitamos ayuda para crecer. Son trabajadores muy fuertes, disciplinados, somos un equipo y ellos (los ocho salvadoreños) se acomodan bien al trabajo, se sienten orgullosos de lo que hacen, son parte de nuestro equipo. Ellos son muy buena onda, son muy divertidos y yo aprendo cumbias", dijo Saybolt.
Vincent Ramos, gerente general de Baumann Wisconsin Ginseng, dijo que los salvadoreños tienen la disponibilidad y la habilidad para desarrollar el trabajo que hace la compañía.
"Son trabajadores que vienen con unas grandes ganas de trabajar en lo que estamos haciendo y eso es lo que nos importa; estamos muy satisfechos de lo que este programa (Visas H-2) trae a nosotros y sabemos que el trabajo que ellos realizan en los Estados Unidos, los beneficia en sus países", expresó Ramos, quien además detalló que aunque el cultivo del ginseng tarda más de cuatro años en ser cosechado, todos los trabajadores tienen la oportunidad de experimentar las distintas etapas del proceso de producción, pues tienen varias fincas cultivadas.
Por su parte, Pete Brokelcamp, gerente de recursos humanos de la compañía hotelera TPI Hospitality, que en su sitio web se describe como la empresa hotelera más grande y respetada de Minnesota, tiene empleados a seis salvadoreños bajo el programa de Visas H-2B, y mencionó que el programa ha sido de gran beneficio para la compañía.
"El programa de Movilidad Laboral a través de las Visas H-2B, ha sido de gran beneficio para nuestra compañía TPI Hospitality; nosotros hemos tenido problemas para poder tener el equipo necesario para manejar 40 hoteles en Minnesota, tres de ellos en Rochester. Este programa ha sido sumamente exitoso para poder suplir las necesidades del trabajo que hacemos", afirmó Brokelcamp.
En todo Estados Unidos, TPI Hospitality tiene 60 trabajadores bajo las Visas H-2B. En los tres hoteles que la empresa opera en Rochester, tienen a seis salvadoreños, entre estos Carolina Escobar, residente en Apopa; Leydi Carolina Leiva, de Guazapa, (departamento de San Salvador) y Steven Contreras, de Nueva Concepción, departamento de Chalatenango.
Según Brokelcamp, los trabajadores salvadoreños viven en habitaciones de los hoteles en los que trabajan, a cambio de un pago mínimo, lo cual les reduce los costos de vida a los empleados y también beneficia a la compañía, pues si hay necesidades extraordinarias de trabajo, ellos están allí dispuestos a colaborar; desde luego, ese tiempo extra se les paga.
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Brokelcamp aseguró que el gerente general y la jefa de servicios de hospitalidad le han manifestado su deseo de llamar para la próxima temporada a los seis salvadoreños que este año están trabajando (hasta aproximadamente el 1 de diciembre) en los tres hoteles que la compañía opera en Rochester.
Buscan amabilidad
En el caso de TPI Hospitality, la característica principal que buscan para sus empleados es la amabilidad más que hablar inglés, pues siempre se pueden auxiliar de los traductores en línea o de otros empleados que son bilingües y están dispuestos a ayudarles.
Michael Rupkey, gerente general de TPI Hospitality, describió a los salvadoreños como personas con una actitud positiva, siempre están sonrientes y que es un placer trabajar con ellos.
"Yo creo que la buena naturaleza que ellos tienen es una característica que los identifica, y algo muy importante es que si ellos no saben hacer algo, piden que se les enseñe, y eso los hace importante para lo que nosotros hacemos", dijo Rupkey. "Ellos aprenden de nosotros y nosotros aprendemos de ellos. Ellos nos hablan de su cultura y nosotros les hablamos de la nuestra", añadió.
Rupkey enfatizó que los trabajadores del Programa de Visas H-2B contratados por TPI no solo hacen trabajo de limpieza en habitaciones, también son capaces de ayudar en la cocina, en tareas de mantenimiento; afirmó que, dependiendo de sus habilidades, los salvadoreños pueden avanzar dentro de la empresa y ésta los apoyará.