Estados Unidos enfrenta "un riesgo" de recesión, ya que su batalla contra la inflación podría desacelerar la economía de la nación, pero aún se puede escapar de ella, dijo el domingo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Una recesión en Estados Unidos es "un riesgo cuando la Fed (Reserva Federal, banco central estadounidense) endurece su política monetaria frente a la inflación", explicó la líder en temas económicos y financieros del gobierno de Joe Biden, en declaraciones a la cadena CNN.
"Por lo tanto, ciertamente es un riesgo que estamos monitoreando", pero "tenemos un mercado laboral sólido, y creo que es posible mantenerlo así", agregó.
Ante la inflación que había alcanzado su nivel más alto en junio en 40 años, antes de disminuir un poco en julio (8,5%), la Fed ha aumentado gradualmente sus tasas de referencia, para desacelerar la actividad económica y aflojar la presión sobre los precios.
Estas tasas de referencia fijan la pauta a los bancos comerciales para las tasas de interés de los préstamos que ofrecen a sus clientes particulares y empresas. Las tasas más altas disminuyen el consumo y la inversión.
"La inflación es demasiado alta y es esencial reducirla", dijo Yellen.
La Fed espera un "aterrizaje suave", es decir, devolviendo la inflación a su meta del 2%, sin hundir la economía en la recesión, lo que impulsaría el desempleo.
"Creo que hay un camino para llegar allí. (…) A largo plazo, no podemos tener un mercado laboral sólido sin inflación bajo control", sostuvo Yellen.
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Aunque el Producto Interior Bruto (PIB) de la primera economía del mundo se contrajo en los primeros dos trimestres de 2022, lo cual corresponde a la definición clásica de una recesión, la secretaria del Tesoro insistió en que este no es el caso.
"No estamos en una recesión. El mercado laboral es excepcionalmente vigoroso. (…) Hay casi dos puestos vacantes para cada trabajador que busca trabajo", subrayó.
El mercado laboral estadounidense sigue teniendo una gran escasez de mano de obra. Sin embargo, la tasa de desempleo aumentó un poco en agosto, a 3,7%, en particular porque la tasa de participación aumentó, una señal de que muchos trabajadores que estaban al margen por la pandemia de covid-19 están regresando al trabajo.