“Soy una persona que hago el trabajo sin esperar que va a pasar este tipo de cosas; pero cuando llegan, realmente es muy importante para mí”, explicó la docente Nilda Villalta, quien el 13 de junio recibirá el Premio al Maestro Distinguido de la Escuela Secundaria que otorga la Universidad de Northwestern, con sede en Chicago, Estados Unidos.
La salvadoreña labora desde hace 18 años en la Escuela Nacional de la Catedral, en Washington, DC, y desde hace nueve es la jefa del departamento de lenguas.
Villalta recibirá dicho premio, junto a otros cuatro docentes de diferentes secundarias de Estados Unidos, luego de ser nominada por una de sus estudiantes, Emmeline Leggett, y seguir un exhaustivo proceso donde fue seleccionada de entre 12 semifinalistas.
Los estudiantes de la Universidad de Northwestern que se gradúan, también el 13 de junio, rinden homenaje a los educadores que dejaron un impacto cuando estudiaron secundaria, nominándolos para recibir este premio, que incluye un estipendio de $5,000 para cada maestro y $5,000 para cada una de sus escuelas.
“Los estudiantes nominan y luego de todas las nominaciones hay un comité de 12 personas, que son maestros, alumnos y también de la oficina del presidente de la universidad. Escogen unos semifinalistas. En ese paso, uno tiene que someter un currículum vitae y algunas cosas sobre filosofía de enseñanza. El director de la escuela donde uno trabaja igual tiene que escribir una carta de recomendación y luego hay unos finalistas y uno tiene que hacer una entrevista de 45 minutos con este panel. Después de eso es que ya escogen a los maestros que son seleccionados. Somos cinco en todo el país”, explicó la profesional.
Los cinco docentes de secundaria serán honrados durante la ceremonia de graduación número 164 de la Universidad de Northwestern, el lunes 13 de junio; el Premio al Maestro Distinguido de la Escuela Secundaria será entregado en su duodécimo año.
“Los maestros ganadores de este año son un grupo inspirador que realmente capturan el espíritu de los premios. Su imaginación, empatía, dedicación y pasión por servir han dejado una impresión duradera en sus estudiantes y han hecho de Northwestern un lugar mejor”, dijo el presidente de Northwestern, Morton Schapiro, de acuerdo a un comunicado de la universidad donde anunciaban a los cinco ganadores.
Mientras que el asistente de Schapiro y profesor principal de estudios religiosos, quien presidió el comité de selección, Eugene Lowe, manifestó que los premios son una tradición histórica y que los maestros ganadores no solo apoyan a los alumnos en el salón de clases; sino que también en los eventos extracurriculares.
Agregó que algunos, incluso, continúan asesorando a “nuestros estudiantes” en la actualidad.
Precisamente esa relación que describe Lowe es la que ocurrió entre Emmeline Leggett y su ahora ex docente, Nilda Villalta.
Leggett describe a la salvadoreña como una de las mentoras que más apoyo brinda en la Escuela Nacional de la Catedral.
Además de ser una maestra desafiante, Villalta es una presencia cariñosa y empática, en quien los estudiantes confían para recibir apoyo, indicó el comunicado.
“Era conocida por ser la maestra a la que se podía acudir en busca de consejo y ayuda para problemas fuera del alcance de su clase. Los estudiantes que ni siquiera se inscribieron en su clase acudían a ella y ella nunca los rechazaba. Ella nunca rehuyó a las conversaciones difíciles, relatando su propia experiencia como inmigrante de El Salvador con lo que estábamos aprendiendo en clase. Estas conversaciones se quedan conmigo siempre, dándome la perspectiva necesaria a medida que avanzo en la universidad y me dedico a la medicina”, expresó Laggett.
Villalta relató que fue una sorpresa cuando se enteró, a través de un correo electrónico, que había sido nominada al premio por su alumna, quien escribió un ensayo exponiendo los motivos por los cuáles la hacía una aspirante a dicho reconocimiento.
“Ella y yo tenemos una relación cercana en el sentido que cuando regresa a la ciudad, normalmente recibo un texto de ella, puedo tomarme (un) café con ella (y) yo sé dónde va su vida académica siempre. Trabajo en un lugar donde la mayoría de estudiantes son muy capaces, todas ellas entran a universidades muy exclusivas. Esta estudiante es muy inteligente, muy capaz, en todas sus áreas es una gran atleta; entonces uno piensa qué interesante que en esta persona que parecía que todo estaba tan bien, que uno apoyaba ese crecimiento, piensa en este momento que fui importante para su éxito escolar en este momento. Ella estudió español y quiere ser doctora y trabajar con la comunidad latina”, manifestó Villalta, quien es originaria de la capital salvadoreña.
La docente viajó a Estados Unidos, en 1988, luego que se graduó de profesorado en letras de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), gracias a una beca para estudiar comunicaciones.
Luego regresó a El Salvador y laboró en la UCA y Externado San José entre 1990 y 1992; durante ese tiempo también terminó la licenciatura.
Posteriormente aplicó nuevamente para regresar a Estados Unidos, donde estudió una maestría en enseñanza del español y luego un doctorado en literatura latinoamericana y enseñanza del español. La maestría fue cursada en la Universidad Estatal de Luisiana; mientras que el doctorado en la Universidad de Maryland, College Park.