Los restos de Wendy Beatriz Álvarez López, de 29 años, fueron repatriados a El Salvador el viernes pasado y sepultados dos días después en el cementerio de Ilobasco, Cabañas, luego de haber sido encontrada muerta, hace más de dos años, debajo de un árbol, en Carrizo, Texas, Estados Unidos (EE.UU).
La salvadoreña había emprendido el viaje hacia dicho país a mediados de agosto de 2021.
El 2 de septiembre, del mismo año, la familia recibió una llamada telefónica indicando que Wendy se había desmayado, que se encontraba deshidratada y que llamaran a instituciones de la zona para que llegaran a auxiliarla.
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Desde entonces, fue una angustia para la familia pues no supieron sobre el paradero de la joven.
Iniciaron gestiones, con diferentes instituciones, para que les ayudaran a encontrar a su familiar.
El 22 de octubre de 2021, el Instituto de Medicina Legal (IML) realizó pruebas de ADN a la familia de la joven.
En mayo de 2023, Cancillería salvadoreña les llamó para informarles que las pruebas que les habían realizado eran compatibles con los restos de un cuerpo que había sido encontrado en Texas. La información no detalló la fecha exacta del hallazgo.
La firma del acta de defunción del forense en Estados Unidos fue lo que, presuntamente, retrasó el proceso de repatriación de la compatriota.
Su hermano relató a El Diario de Hoy que la muerte fue por causas naturales.
“Fue difícil pero a la vez satisfactorio porque la tenemos aquí con nosotros y hay personas que nunca saben de ellas, no pueden darle sepultura”, expresó el familiar.
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Junto a los restos de Wendy venía la ropa con la que fue encontrada, una blusa, pantalón y zapatos.
En su momento, la familia señaló que la información que tenían era de que la habían encontrado debajo de un árbol, semienterrada con hojas y ramas. Le habían dejado agua y sus documentos personales.
“Son sentimientos encontrados; por ratos se siente que no es (ella); pero al darse cuenta de la realidad, sí es ella. Con las pruebas de ADN no hay más para hacerse para atrás. Fue un proceso largo, cuando se perdió buscamos ayuda, llamamos al cónsul y nos brindaron ayuda; después de eso, me llamaron al mes para hacerme las pruebas de ADN, con mi mamá. Ella está triste (aunque) siente tranquilidad porque va tener dónde ir a dejar flores y poderla ir a visitar”, dijo el familiar.
Wendy emprendió el viaje hacia Estados Unidos con la ilusión de ayudar a su familia. Era la última de tres hermanos y se dedicaba a elaborar pequeñas figuras de barro, en Ilobasco, Cabañas, de donde era originaria.