Hace aproximadamente tres años, Hever Alberto Mendoza Linares viajó desde San Miguel hacia Estados Unidos, en donde fue detenido por autoridades migratorias por cruzar de manera ilegal, la frontera de ese país con México, en el sector de Tecate, California. Luego fue internado en una prisión desde la que alegó haber huido de El Salvador debido a la violencia generada por las pandillas.
Como excusa de su entrada ilegal a Estados Unidos y luego pedir asilo, dijo que temía por su vida, según consta en documentos judiciales; ese temor se fundamentaba, alegó, porque en El Salvador, mientras trabaja como disc-jockey, había amenizado fiestas de algunos políticos en los que se le ordenaba que repitiera mensajes gubernamentales contra las pandillas.
Eso hizo que fuera blanco de ataques de grupos de pandillas por al menos seis ocasiones, afirmó, incluyendo una en que el autobús en que viajaba fuera atacado a pedradas y a balazos.
No obstante, una entrevista con un oficial de inmigración reveló que su versión no era creíble y fue ordenada su inmediata deportación, la cual el salvadoreño impugnó hasta que el pasado 5 de julio, recibió otro revés judicial.
Hasta allí nada se sabía, públicamente, sobre otras condiciones por las que Mendoza Linares huyó de El Salvador.
Fue hasta el viernes anterior que la Fiscalía General de la República (FGR) informó en su cuenta de Twitter y sitio web, que había conseguido una condena de 30 años contra Mendoza Linares, por los delitos de violación sexual, intento de homicidio y violación a una orden judicial de alejamiento a favor de la víctima de los dos primeros delitos.
En detalle, los 30 años de prisión son la suma de 10 años por el delito de violación, 17 por Intento de feminicidio y 3 por desobediencia de medidas de protección. Además, el convicto deberá pagar a la víctima, 5,750 dólares en concepto de responsabilidad civil.
En su escueto informe, la Fiscalía no dice nada sobre si el sentenciado será extraditado desde Estados Unidos a El Salvador.
Sin embargo, es posible que las autoridades migratorias lo deporten pronto a El Salvador, debido a que el pasado 5 de julio, una Corte falló en contra del recurso que Mendoza Linares interpuso el 8 de junio de 2020, en el cual solicitaba la revisión de la orden de deportación acelerada (Hever Mendoza Linares contra Merrick Garland, No. 20-71582).
Los jueces resolvieron que su temor a ser víctima de las pandillas o ser víctima de tortura no es creíble.
Huelgas de hambre y campañas para su liberación
Según la Fiscalía salvadoreña, actualmente Mendoza Linares se encuentra en detención, sin embargo, una cuenta en Facebook con nombre similar del ahora convicto, mantuvo actividad hasta el pasado 17 de mayo. En la misma, se han publicado imágenes desde enero de 2020.
No obstante, el sitio liberationnews.org indica que Mendoza Linares lleva más de dos años de estar preso en el Centro de Detención de Otay Mesa, San Diego, California.
Según ese mismo sitio, el 20 de abril se declaró, por segunda vez, en huelga de hambre para lograr su liberación y atención médica adecuada, ya que su condición de salud, a esa fecha, era grave debido a negligencia de parte del centro de detención.
La nota de liberationnews.org indica que el 28 de abril, la organización Detention Resistance “inició una campaña de convocatoria para apoyar la huelga de hambre de Hever Alberto Mendoza Linares. Linares es una solicitante de asilo salvadoreña víctima de negligencia médica, quien ha estado detenida por más de 2 años en el Centro de Detención de Otay Mesa”.
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La campaña consistía en llamar al centro de detención para exigir la inmediata liberación del salvadoreño por necesidad médica. Al parecer, la iniciativa no tuvo éxito, pues la Fiscalía salvadoreña asegura que el connacional sigue en prisión en Estados Unidos.