Hace cuatro años que el presidente Nayib Bukele prometió la construcción del Tren de Pacífico. ¿Cuándo empezará a funcionar? ¿Se comprarán modernas locomotoras? ¿Construirán infraestructura adecuada? ¿Dónde se construirá? ¿Habrá desalojos para la construcción de la línea férrea? interrogante que muchos salvadoreños se hacen. Y aunque el “Tren del Pacífico” será un sistema de trenes que conectaría las costas salvadoreñas, muchos no tienen claro cómo va el avance en este proyecto.
Por el momento, el Ministerio de Economía anunció el 20 de julio del presente año que la Unión Europea dará financiamiento para su construcción, 150 millones de dólares, además de otros 300 millones para la construcción de un tren monorriel para el Área Metropolitana de San Salvador.
La primera fase de la ruta de 103 kilómetros que las autoridades han anunciado reactivar solo quedan las antiguas estaciones de Acajutla, Sonsonate, Caluco, Los Lagartos, Armenia, Ateos, Caballería hasta el Sitio del Niño; de las rutas de conexión algunas todavía siguen en pie o sus escombros y de otras solo queda el recuerdo de quienes las vieron décadas atrás.
De la promesa de campaña del Plan Cuscatlán de Nayib Bukele, que contemplaba un tren que cruzaría toda la costa salvadoreña, de punta a punta, no se han brindado datos de cuándo estará lista.
La añoranza por el regreso del tren
Cuando el ferrocarril llegó a tierras salvadoreñas inició una fuerte actividad comercial e industrial que potenció al país y cambió la forma de hacer negocios y transportarse hasta su decadencia por la guerra de los años 80. El tren intentó sobrevivir operando paseos turísticos, pero murió definitivamente en los 90 por el robo de sus rieles y la apropiación ilegal de sus terrenos en comunidades pobres.
En 1882 llegaron las primeras locomotoras a El Salvador. La línea férrea contaba con 141 estaciones, desde pequeñas hasta estructuras más grandes, con personal de planta. De acuerdo con una investigación de la universidad Albert Einstein titulada “El valor de la arquitectura ferroviaria”, publicada en 2015, de las 141 se mantienen en pie 18 estaciones, cuatro de estas ahora reviven como museos.
Para quienes un día utilizaron el tren ya sea para transportarse o comercio los recuerdos se mantienen intactos. El Diario de Hoy visitó las estaciones antiguas de la ruta de la primera fase, las estaciones de Acajutla, Sonsonate, Caluco, Los Lagartos, Armenia, Ateos, Caballería hasta el Sitio del Niño. Sus habitantes identifican las estaciones y el paso del tiempo ha hecho lo suyo.
En Acajutla la antigua estación ahora es una iglesia; las vías se cortan y donde antes pasaba el tren han construido casas pese a que la mayoría no cuenta con escrituras propias de los terrenos. La antigua bodega de carga pasó hacer parte de la cooperativa de pescadores del municipio y es cuidada desde 1990 por Miguel Ángel Alvarenga, quien recuerda cómo los trenes salían con mercadería desde el antiguo puerto. “Daba gusto ver cómo entraban y salían trenes de acá”, reseña.
María Gómez, por su parte, recuerda haber vivido cerca de donde pasaba el tren y cómo ella junto a su madre se subían a vender frutas. “Acá era bien bonito porque nosotros con eso manteníamos a nuestra familia de ser vendedores ambulantes hasta que un día dejó de pasar y la gente se apropió de estos espacios y construyeron sus casas”, relató.
En Sonsonate la estación fue restaurada y se ha convertido en el Museo del Ferrocarril, una opción para los salvadoreños que algún día viajaron en la llamada “Bala de Plata”.
En Caluco sólo quedan los cimientos de la estación donde se ha construido una pequeña bodega, los rieles han quedado escondidos por la vegetación según cuenta Berta Flores. La estación era muy pequeña pero aun así muchos bajaban y subían de esa estación.
El terreno de la estación de Los Lagartos está siendo ocupado por Gladis Guandique, quien tiene 44 años de vivir a la par. “Antes vivía en una champita que estaba a la par después de varios años que ya no pasó el tren construí mi casa donde estaba la estación”, dice Gladis, consciente de que ese terreno no es de ella y si en el futuro quieren desalojarla, dice, está dispuesta a irse.
Además, comenta como con el paso del tiempo otras personas se han apropiado de los terrenos y han hecho reventa de los espacios. “Acá ya no hay rastros del paso del tren porque algunos han construidos sus casas sobre las líneas”, asegura.
Sabino Sisco, habitante de Armenia, recuerda que era muy pequeño la primera vez que vio un tren y cómo la estación era una de las más activas y concurridas.
Tras un recorrido por la infraestructura que todavía sigue en pie recuerda cada uno de los espacios, señala que “este espació era donde vendían los boletos y la gente hacía cola, acá era donde uno se subía al tren, donde hacían los cambio los trenes, la bodega”. Al preguntarle si le gustaría que el tren volviera a pasar, responde que no dudaría en subirse nuevamente a uno.
Mientras, Óscar Arévalo recuerda que en todas las estaciones donde paraba el tren tenían una infraestructura y los precios eran muy baratos. “Yo estoy seguro que de concretarse ese proyecto la gente podría beneficiarse”, explica, pero lamenta que hasta la fecha no haya avances y no se sepa información de cómo va el proyecto.
De la estación en Ateos no queda nada. Donde antes estaban las instalaciones, según cuentan, los vecinos se ha construido una iglesia; las líneas han sido retiradas a la espera de que se construya una calle.
Las imponentes paredes de color celeste ya están desgastadas por el tiempo. La estación del Sitio del Niño se ha reducido a escombros y cada vez su infraestructura está olvidada. Para muchos era una estación grande que por muchos años ha estado en total abandono.
Para José Bermudas, quien viajaba mucho en tren, esta era una de las estaciones que conectaba con otras rutas. “De acá salía la gente para Santa Ana y San Salvador “, asegura.
Pobladores que viven cerca de donde un día estuvieron las estaciones del tren ahora habitan con incertidumbre de qué pasará con ellos si se reactiva.
Cuatro años y los avances han sido pocos
El 20 de septiembre de 2021, el gobierno anunció que la empresa SOOSUNG Engineering, consorcio coreano conformado por empresas multidisciplinarias, realizaría un estudio de factibilidad para determinar si el tren es viable o no para El Salvador.
El 26 de abril de 2022l, el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, y representantes de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), explicaron en la Asamblea Legislativa que la primera fase del Tren del Pacífico iniciará en el Puerto de Acajutla en Sonsonate y concluirá en San Salvador, pero en la primera etapa el tramo abarca entre Acajutla y el Sitio del Niño, en San Juan Opico, del departamento de La Libertad.
Para carga y pasajeros
Para todas estas obras el Ministerio de Obras Públicas tendrá que adjudicar primero el diseño básico para poder lanzar a licitación el diseño y construcción del tren. Todo lo anterior podría tardar unos nueve meses, según dijo Rodríguez en aquel entonces.
En el primer tramo que va desde Acajutla hasta el Sitio del Niño, el MOP calcula que hay 12 cruces en ríos en donde se harán puentes; adicionalmente tendrán que construir pasos en 15 puntos en donde hay afluentes de agua; también se prevén obras de drenaje y otras 17 intersecciones con carreteras.
El ministro de Obras Públicas aseveró que el diseño del tren deberá contener 19 componentes, el estudio de demanda, de tráfico, de topografía, de sismicidad, sistemas de patios, talleres y análisis de riesgo y contingencia.
Para el 2 mayo de 2022, en la entrevista de Diálogo de Cadena Megavisión, el Comisionado Presidencial, Cristian Flores, aseguró que estaban comprometidos para poner ese año la primera piedra de los importantes proyectos del Tren y el Aeropuerto del Pacífico”.
Flores también afirmó que el proyecto del Tren del Pacífico se encuentra en un proceso culminante de las etapas de estudio del proyecto y que éste consistirá de tres fases: En la primera fase, se espera que el tren conecte desde San Salvador hacia el puerto de Acajutla, Sonsonate; esto para tener “una mejor movilidad de la carga”.
“La segunda fase lleva la conectividad hacia una salida al Atlántico con un puerto de Guatemala y con el Tren Maya de México”, el cual se encuentra en ejecución al sur de México y se espera que en junio de este 2023 inicien las pruebas del proyecto en dicho país.
En la tercera parte, el comisionado informó que el tren realizará un recorrido hacia el oriente de El Salvador, sin brindar mayores detalles.
A cuatro años de la gestión Bukele los proyectos emblema del gobierno, que estaban incluidos en el Plan Cuscatlán y constituían promesa de campaña del presidente Bukele: el Aeropuerto del Pacífico y el Tren del Pacífico.
El comisionado aseguró en la entrevista de Frente a Frente de TCS el 12 de junio de 2023 que los equipos de diseño del Tren del Pacífico se encuentran evaluando todo el enfoque de diseño arquitectónico, al igual que los de ingeniería, revisando sus aspectos pertinentes y que dichas obras se podría ver la “concretización” de ambos “en un segundo mandato”.