La incertidumbre sobre quién elaborará los uniformes anuales que reciben los alumnos de las escuelas públicas del país angustia a unos 3,500 proveedores; cuya preocupación se incrementa porque aún no firman contratos, ni reciben las telas para hacer el segundo uniforme. En años anteriores la tela la recibían en agosto y en septiembre entregaban las prendas.
Como si el peso de lo anterior no fuese suficiente, ellos también cargan con la aflicción de sus deudas adquiridas y los atrasos en los pagos… e incluso con la difícil decisión de despedir empleados.Hay proveedores que llevan desde el año pasado esperando a que el Gobierno les pague los uniformes que entregaron en el tiempo estipulado, denuncian.
El 19 de julio pasado, un grupo de representantes de los proveedores se pronunció públicamente para pedir a las autoridades del Ministerio de Educación explicaran si realizarían la segunda entrega de uniformes, porque ellos ya habían incurrido en gastos cuando el ministerio les dijo que se comenzarán a preparar "lo antes posible para participar en la confección del segundo uniforme 2024".
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Cuando ese mensaje llegó, los dueños de talleres se abastecieron de materiales como zippers para falda y pantalón, botones, peplum para cuellos de camisas, hilos, etcétera; sin embargo nadie les recibió la documentación para iniciar el proceso que les da luz verde para iniciar la fabricación de la vestimenta, algunos proveedores, estiman que su inversión inicial en los insumos oscilaba entre $1,000 a $1,500; esto les permitía que al recibir la tela inmediatamente se empezaran a producir.
"Nosotras confeccionamos dos uniformes al año, hicimos el primero en abril. Nos llamaron para sacar solvencias de alcaldías y del Ministerio de Hacienda, por la declaración de IVA, para confeccionar el segundo uniforme que entregamos regularmente antes del 15 de septiembre, pero hasta este momento no nos han dicho nada. Nos hemos quedado con los gastos y deudas de los insumos porque el gobierno solo nos da la tela, el resto nosotros los compramos", dice Delmy Núñez, coordinadora del grupo de proveedores de San Miguel.
La tela aún no llegó a los talleres de costura, y los proveedores tratan de encontrarle una explicación a lo que está ocurriendo."Según rumores, que hemos escuchado, si pidieron la tela, pero como no han pagado lo anterior, no aflojan más tela", opinó un proveedor del occidente del país.
Finanzas, deudas, impagos
"Hay una situación bien difícil porque muchas veces el Ministerio de Hacienda manda el dinero a la Departamental, pero si los directores no han llevado la documentación necesaria cuando uno llega hay proveedores que tienen hasta 15 escuelas ahí se fue el dinero y nos mandan a esperar el siguiente depósito", explica José Herrera, uno de los proveedores del occidente del país. A él el retraso del gobierno en el pago de sus servicios lo llevó a solicitar un nuevo préstamo al banco para lo cual dejó como garantía su casa.
"Cuando agarramos el contrato podemos ir al banco a sacar un préstamo, dejando nuestro contrato con ellos; nos entregan hasta el 70% del valor del contrato, nos dan un plazo de un año para pagar, pero cuando se viene a recibir el cheque ya todo el dinero se queda en intereses, y todavía hay que devolverle al Gobierno la renta", expone Herrera. Lamenta que "para los proveedores solo viene quedando lo que sacamos al inicio para los gastos de confección, porque se tiene que pagar la gente que nos ayuda y los costos de inversión".
Al inicio de este programa muchos proveedores no tenían el equipo suficiente para sacar el volumen de uniformes que solicitaba el Gobierno y que debían ser entregados en un lapso de 45 a 50 días, para superar esa deficiencia la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) le capacitó sobre cómo solicitar préstamos de inversión haciendo crecer sus talleres.
El programa de paquetes escolares incluye uniformes, zapatos y útiles y fue implementado por el primer gobierno del FMLN en el 2010 y abarcaba desde parvularia a noveno grado, luego se incluyó bachillerato; el programa tenía como objetivo beneficiar a productores, microempresarios y artesanos; además de reducir el ausentismo y la deserción escolar.