Los niños y niñas del caserío Plan de Rancho llevan dos años recibiendo clases en un aula integrada instalada en la Ermita Virgen de Lourdes, sin embargo, las madres y padres de familia explican que el lugar no tiene suficiente espacio y presenta problemas de humedad en el invierno.
Es por eso que los residentes organizados de ese caserío, localizado en el cantón Gualcho, municipio de Citalá, Chalatenango, decidieron construir un aula con adobes de tierra en un terreno que les han donado, pero solicitan ayuda a organizaciones sociales, instituciones o personas altruistas para adquirir el material necesario para el techo.
“Estamos buscando a alguien que nos pueda ayudar para poder techar la escuelita y que los niños no pasen aquí el invierno” expresó Lucy Hernández, madre de una de las niñas que es beneficiada con las clases impartidas en la Ermita y líder de Cofoa.
La lucha por la construcción de un centro escolar en esa comunidad fronteriza inició en 2020, cuando en una asamblea general los residentes expusieron a la organización Comunidad de Fe Organizados en Acción, Cofoa, la necesidad de una infraestructura escolar, debido a que la escuela más cercana está a unas dos horas, recorriendo caminos y calles polvorientas y solitarias.
Es así como en 2022, los habitantes de Plan del Rancho lograron que por primera vez el ministerio de Educación (Mined) les asignara un maestro y que los estudiantes fueran beneficiados con los paquetes escolares, uniformes y tablets.
A pesar de que se enfrentan al problema de que en la zona no hay señal de internet, los alumnos están aprendiendo algunos programas de texto y dibujo.
Sin embargo, la meta de la comunidad es lograr que el Mined les construya la escuela o un aula permanente en el terreno donado por un residente del lugar.
El 22 de septiembre de 2022, un grupo de padres y madres de Plan del Rancho viajaron hasta San Salvador, para hacer un plantón frente al Mined. Tras varias horas lograron entregar una carta al ministro de Educación, José Mauricio Pineda, en la que solicitaron la construcción de la escuela.
El funcionario se comprometió a realizar en los siguientes 15 días una inspección en la zona para comprobar la factibilidad para construir un centro escolar o un aula integral permanente; sin embargo, hasta ahora siguen esperando que en algún momento se concrete el proyecto, aseguran.
DE INTERÉS: La iglesia que se convirtió en una escuela en Chalatenango
Por ello, decidieron no quedarse de manos cruzados y han decidido construir un aula de adobes de tierra, debido a que en la Ermita el techo también está dañado y en el invierno se pasa el agua.
Las madres de los niños explicaron que ese salón de adobe, en un futuro pasará a ser bodega o cocina, cuando el Mined les cumpla la promesa y les construya la escuela que tanto ansían.
Este año, tres niños más se unieron a las clases impartidas por las mañanas en la Ermita, totalizando una comunidad educativa de 16 estudiantes. Para recibir las clases deben colocar y guardar los pupitres todos los días, debido a que en la tarde se realizan las actividades religiosas.
Tras una publicación periodística en El Diario de Hoy, los alumnos recibieron dos donativos de materiales para juegos y papelería. El primero fue entregado por una persona altruista de manera anónima y el segundo por el Comité de Solidaridad “Voz de la Diáspora”, un grupo de periodistas que viven en el extranjero.
María Teresa Morales, directora del Comité, expresó que es importante apoyar la educación porque es la base para el desarrollo de los pueblos, además, genera mejores oportunidades, construye un mejor futuro y fortalece a las familias en la zonas rurales.
Morales expresó que supieron de las necesidades que tenían los alumnos de Plan de Rancho debido a una nota periodística publicada en el portal elsalvador.com y decidieron ayudar con crayolas, plastilina, papel y juegos educativos.