Carlos Ernesto Cabrera, de 28 años, murió hace unos días en el hospital nacional Rosales a donde fue llevado del penal de Quezaltepeque, en el que estaba recluido luego de ser capturado bajo el régimen de excepción, según informaron sus familiares.
El joven fue capturado el 22 de mayo anterior en su casa de habitación, en la colonia Castro Villafañe, del municipio y departamento de Santa Ana, bajo cargos de agrupaciones ilícitas.
Aunque los policías que procedieron a la captura de Carlos afirmaron que en la casa de Carlos habían encontrado porciones de droga, la familia negó que eso fuera cierto.
“Aquí abrieron hasta los colchones y no encontraron ni un cigarro, mucho menos droga”, afirmó una pariente.
Familiares de Carlos también negaron que él perteneciera a pandillas. “La única agrupación a la que él pertenecía desde los 7 años era a la Turba Roja porque era un gran aficionado del FAS”, explicó un familiar.
La Turba Roja es el nombre con que se conoce a los aficionados al FAS, el equipo de fútbol de Santa Ana, de la Liga Mayor.
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Les avisaron el domingo
De acuerdo con los dolientes, de que Carlos estaba muerto se enteraron el domingo anterior; la noticia se las dio un empleado del penal de Quezaltepeque.
Sin embargo, algunos familiares expresaron su indignación debido a que el cadáver, afirmaron, ya presentaba un avanzado estado de descomposición.
Tan avanzado estaba la descomposición que la funeraria que les dio el servicio fúnebre les recomendó que lo más apropiado era que lo pusieran en una caja sellada, pues de lo contrario, no soportarían el mal olor.
Además, la familia asegura que existe una contradicción entre la Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal en cuanto a la causa de la muerte del joven.
Los familiares afirman que un fiscal les aseguró que Carlos había fallecido por una úlcera estomacal y por complicaciones de la diabetes, mientras que Medicina Legal, en su informe dice que la causa de muerte fue un edema pulmonar agudo (acumulación de líquido en los pulmones).
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Diabético desde niño
Los familiares de Carlos dijeron a El Diario de Hoy que ninguna institución del Estado les informó que el joven había sido hospitalizado. Se enteraron que estaba en el hospital hasta el domingo, cuando les avisaron que estaba muerto. Sus familiares aseguran que se han enterado que Carlos fue hospitalizado el sábado y el domingo ya estaba muerto.
Las autoridades penitenciarias no ignoraban de la gravedad de la diabetes de Carlos, afirman familiares.
A pocas horas de haber sido arrestado, Carlos fue enviado al penal de Izalco pero luego lo trasladaron al penal de Quezaltepeque porque, según les dijeron, allí había una clínica en la que trataban mejor a los reos enfermos.
El 27 de mayo anterior, el reo Marco Tulio Castillo Reyes, capturado en Ilopango, quien como Carlos también trabajaba como taxista; murió mientras estaba en el penal de Quezaltepeque.
Castillo Reyes padecía de cirrosis hepática aguda, según sus familiares; su cadáver presentaba señales de haber recibido una golpiza.