Un alto porcentaje de la ciudadanía expresa ser feliz (69.5%), pero al mismo tiempo reconoce que el tema de sus finanzas no va del todo bien, en especial, por el alto costo de los alimentos (38.2%), según reflejó la VII encuesta de Humor Social y Político presentada este viernes por la Universidad Francisco Gavidia (UFG).
“¿Cómo está su situación económica?”, se consultó en la encuesta, a lo que el 58.7% de las personas consideró que regular, el 21.9% dijo que bien, un 15.4% respondió que mala, el 3.6% indicó que excelente y solo el 0.3% no supo definirlo.
“En la encuesta anterior económica, cuando le preguntamos a la gente sobre su condición económica la gente evaluaba relativamente bien, hoy se inclinan más a lo regular, ya se está poniendo más crítica la cosa”, advirtió el investigador Óscar Picardo, director del Instituto de Ciencias Tecnología e Innovación de la UFG.
Las personas encuestadas expresaron que han tenido complicaciones para adquirir sus alimentos por la falta de dinero.
El 38% señaló que el costo de la vida se ha elevado; el 29%indicó que el dinero no alcanza; un 10.5% consideró que necesita un mejor empleo; y un 7.9% dijo que ni siquiera cuenta con un empleo.
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Pero al consultar a la ciudadanía sobre qué emoción reflejaba su actual situación, 7 de cada diez optaron por la alegría; un 13% seleccionó la tristeza; en otros porcentajes menores colocaron el enojo (2.2%), la sorpresa (4.5%), el miedo (3.2%) y hubo quienes no supieron qué responder o no lo hicieron.
Picardo explicó que de acuerdo a los resultados se puede relacionar algunos aspectos que son más importantes emocionalmente para la gente, o al menos obtener una “foto parcial” de las emociones en general.
Un 10.1% de los encuestados señaló que los políticos les generan alegría y a otro porcentaje igual le provoca enojo; un 0.3% no sabe, mientras que a un 79.6% no le genera ninguna emoción.
En el caso de sus trabajos, a un 63.5% de los consultados le genera alegría, a otro 23.2% no le provoca ninguna reacción, mientras que al 1.6% le causa enojo y el 11.7% no respondió.
Aun así, reconocen una amplia gama de factores que pudiesen hacerlos más felices, como por ejemplo, mejores oportunidades para sus hijos, un mejor empleo, más salud, más tiempo en familia y tener una vivienda digna.
Entre los factores que más generan alegría en la población salvadoreña se encuentran la salud, la familia, el trabajo y Dios.
En cuanto a la creencia en un Ser Supremo, la misma encuesta volvió a confirmar el alto grado de religiosidad en la población salvadoreña, siendo predominantes, casi en igual proporción, el cristianismo católico con el evangélico.
Sin embargo, en palabras del investigador y educador Óscar Picardo, la religión debe verse con mucha cautela, debido a que la sociedad salvadoreña cuenta con una “religión muy infantilizada”.
“Es de un nivel muy limitado y eso es bastante crítico, eso mismo da pie a los fenómenos de culto. La gente es muy susceptible. En muchas encuestas hemos visto que la gente tiene esperanza, que hay optimismo a que todo va a mejorar y hay una gran fe en el presidente, más que en el gabinete, más que en las políticas; la gente le cree a él y está esperanzada”, explicó el académico.
Picardo recordó que en una de las encuestas que ya han presentado anteriormente se evidenció una figura de culto por el político Nayib Bukele, lo que lo relaciona con el fenómeno de la religión “infantilizada” que vuelve susceptible a las personas.
“Lo ven como un redentor, como alguien que los va a salvar, así como los salvó de las pandillas, que es un buen argumento para esperar ahora la salvación de la economía, por ejemplo”, argumentó Picardo.
Población confía sus problemas a Dios y a Bukele
La encuesta contempló los posibles personajes o circunstancias en las que las personas buscarían auxilio ante sus diversos problemas emocionales o incluso ante problemas colectivos, como la corrupción o del medio ambiente.
Debido al fenómeno de culto, hay personas que le dejarían sus problemas al mandatario reelecto para que se los resuelva.
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“Si algo lo frustra o lo disgusta, como por ejemplo la corrupción, lo resuelvo con…”, preguntan en la encuesta.
Un 51.6% respondió que “con justicia”, seguido de un 40.8% que consideró que buscando un mejor trabajo, mientras que un 31% respondió que “con Nayib Bukele” y un 14.6% que con Dios. En porcentajes que no representaron ni el 1% optaron por otras respuestas.
“Si algo lo frustra o lo disgusta, como por ejemplo, el tráfico, lo resuelvo con…”, decía otra de las consultas y entre las tres respuestas que más seleccionaron fueron: “Metro, Nayib Bukele, Comprar un vehículo”.
En el caso de cómo solventar los problemas de la vida en general, más del 80% de las personas expresó que acudiría a Dios, otros al dinero, a buscar otro trabajo o buscando a Bukele. Lo mismo ocurre en el caso de cómo solventar los problemas familiares, con la excepción que entra como posible solución migrar del país.
A quienes sienten disgustos en el ámbito de sus estudios consideraron que encontrarían soluciones en Dios (54.5%), en más dinero (25.3%), en buscar un mejor trabajo (11.9%), en Bukele (4.7%) y en porcentajes más bajos optaron por otras alternativas.
En el caso de la contaminación ambiental, la ciudadanía consultada dijo que a quienes acudirían en primera instancia fuese a Nayib Bukele (34.4%), luego a Dios (26%) y después a la Justicia (24.8%). En porcentajes más bajos optaron por otra diversidad de respuestas.
El miedo, aunque en porcentaje menor que la felicidad y la tristeza, también está presente en la población salvadoreña.
A lo que más le temen es a alguna enfermedad (43.1%), a una guerra (23.2%), a la muerte (15%), a la situación económica (6.9%) y a los políticos (3.6%). Un leve porcentaje no supo responder o prefirió no hacerlo (8.2%).