El programa H-2B del Servicio de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos (USCIS) permite que empresas estadounidenses que cumplen con ciertos requisitos específicos, contraten extranjeros de manera temporal en empleos no relacionados con la agricultura. Y El Salvador está entre los países elegibles para el otorgamiento de las visas H-2B.
Bajo ese programa, hasta finales de 2023, unos 8,600 salvadoreños han sido beneficiados, según cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores, que ejecuta el Programa de Movilidad Laboral, definido por esa cartera de Estado como “una opción segura para que puedan migrar y regresar al país con sus familias e invertir en sus localidades de origen”.
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Quienes han tenido la oportunidad de viajar a Estados Unidos, aseguran que el trato que reciben de parte de los empleadores es como el de cualquier ciudadano estadounidense: pagan impuestos y tienen los mismos beneficios laborales, muy diferente a lo que sucede con migrantes irregulares.
Cuánto gana un salvadoreño con permiso laboral
La visa H-2B es un permiso que se entrega a personas que van a trabajar en jardinería, limpieza, hoteles, montajes de ferias, etc. El pago por hora de trabajo oscila entre los 16 y 17 dólares, el sueldo mínimo, según afirmó José Luis Monterrosa, quien ha viajado en tres ocasiones.
Las jornadas laborales son de ocho horas y algunas veces se extiende por una o dos horas más, lo cual cuenta como horas extras.
Ese es el salario que devengaba Yesenia Rosa y Salomón Martínez, domiciliados ambos en San Ramón, departamento de Cuscatlán. Ella trabajando en la preparación de alimentos en un hotel, y él, en la prefabricación de paneles o módulos para la construcción de viviendas o edificios.
Ese mismo pago recibe Carlos Arturo Díaz y José Luis Monterrosa, originarios de Jujutla y Guaymango, departamento de Ahuachapán, quienes trabajan cortando grama, podando árboles y construyendo jardines. Es lo que ellos, como campesinos, ganarían en tres días en El Salvador, según admitieron.
Según José Luis, en El Salvador, el trabajo en el campo, en la agricultura ha disminuido mucho, no hay empleo permanente; “De repente algún vecino lo contrata a uno para trabajar uno o dos días. Es bien difícil hacer planes así”, asegura el hombre que ya ha viajado tres veces consecutivas a Arlington, a trabajar con la empresa Prime Landscape Services.
De acuerdo con Gerardo Pérez, director de Diáspora y Desarrollo, del ministerio de Relaciones Exteriores, el principal rubro en que los salvadoreños beneficiados con el Programa de Visas H-2B, invierten el dinero que ganan en Estados Unidos, es en mejorar sus viviendas. El 30 por ciento de esos salvadoreños ha mejorado la infraestructura de sus casas, un 8.9% adquiere una vivienda o un terreno.
Otro de los rubros en los que los salvadoreños trabajadores temporales ocupan el dinero que ganan en Estados Unidos es en el pago de sus deudas. Según Pérez, el 21% de los salvadoreños logra cancelar o abonar grandemente a sus deudas, y el 19.1% lo invierte en educación y salud.
Sin embargo, los programas de trabajo temporal en el extranjero no solo benefician al trabajador y su núcleo familiar; muchas veces también impactan positivamente en sus comunidades, generando empleos.
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De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, el 21.2% de beneficiarios del Programa de Movilidad Laboral, invierten su dinero en proyectos de emprendimientos. En el caso de José Luis Monterrosa, afirmó que mientras él está en Estados Unidos, tiene que pagar a vecinos para que le cuiden su cultivo de árboles frutales y cítricos.
Otros beneficiarios invierten en la crianza de ganado, en cría de peces, en negocios propios o en cultivos de hortalizas, actividades a las que se dedican los meses que viven en El Salvador, que generalmente es de entre finales de noviembre y diciembre, a marzo.
Tanto el Programa de Movilidad Laboral, ejecutado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, que envía a salvadoreños a trabajar a Estados Unidos, como el Programa de Migración Laboral, ejecutado por el Ministerio de Trabajo, que ha enviado salvadoreños a Canadá y Costa Rica, buscan la inclusión laboral de una forma legal y ordenada, en la que los beneficiarios no corren riesgos en su viaje y las empresas contratantes respetan sus derechos laborales.
A pesar de la ejecución de ambos programas, la migración de salvadoreños hacia Estados Unidos de forma irregular, es decir, violando leyes migratorias, contrayendo onerosas deudas y corriendo graves peligros en la travesía, no se detiene.
Mientras tanto, las organizaciones de tráfico de personas son las grandes ganadoras, pues en los últimos años, en promedio, un salvadoreño paga entre 15 mil y 20 mil dólares en busca de oportunidades laborales en Estados Unidos.
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Aplicar al programa no tiene ningún costo. Y cuando la oportunidad llega, la empresa contratante paga o reembolsa el costo de la visa y de transporte, es decir, el costo del boleto aéreo y traslados del aeropuerto a la empresa.
Lo único que el trabajador tiene que pagar es el alquiler de vivienda que muchas veces es compartida para que salga más barato, la alimentación, el transporte hacia el lugar de trabajo y los impuestos respectivos.