Tres terrenos, cuyo tamaño total equivale a nueve veces y media todo el parque Cuscatlán de San Salvador, fueron comprados en San Isidro, Cabañas Oeste, por la empresa Agrícola San José: dos en 2022 y uno más, como acceso hacia la carretera que conecta San Isidro con Ilobasco, en abril de 2024; justo ocho meses antes de que el Gobierno de Nayib Bukele reactivara la explotación minera en el país.
Las compras, al revisar antecedentes de esta compañía, apuntan a la intención de ejecutar minería metálica en San Isidro, el cual está en el corazón de la exploración minera que hizo la compañía canadiense Pacific Rim, entre 1996 y 2015: San Francisco El Dorado.
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Pero, ¿qué es Agrícola San José y a quién pertenece? Para llegar a esa respuesta, debemos iniciar con otra empresa, Tombstone Company El Salvador S.A. de C.V., creada por el estadounidense Blane William Wilson el 26 de febrero de 2021, según datos en el Centro Nacional de Registros (CNR).
Wilson, geólogo estadounidense de 62 años, es un empresario minero con casi cuatro décadas de experiencia y presidente de Titan Resources Limited, con sede en Nevada, Estados Unidos. Incluso ha aparecido en al menos tres episodios de Discovery Channel, como un experto en minería.
Fundó la compañía Tombstone Company en 2021 en San Salvador con un aporte de $49,900 de capital social y se registró como representante legal y administrador único propietario, junto al hondureño Víctor Samuel Wilson Canessa (quien aportó $100) como administrador único suplente.
Tombstone fue registrada como una empresa que se dedica a "prestación de servicios en la elaboración de estudios geológicos, análisis de suelo, consultoría y cualquier otra actividad relacionada a la rama de la geología", según su inscripción. Vocación minera como su dueño, pues.
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En el CNR aparece el cambio de nombre de Tombstone Company, el 16 de marzo de 202, cuando pasó a llamarse Nueva Esperanza, S.A. de C.V., o Nu-ES. Y bajo esa nueva denominación, quedó el hondureño Wilson Canessa como administrador único.
No nos perdamos, porque Nueva Esperanza es prácticamente Tombstone Company, con otro nombre. El mismo espíritu minero como objetivo.
Durante su existencia, Tombstone Company/Nueva Esperanza ha tenido dos factores clave: endeudamiento con millonarios créditos y balance negativo reportado al Ministerio de Hacienda.

El Banco Atlántida le dio diversos préstamos a Tombstone/Nueva Esperanza, como uno de $2.4 millones en agosto de 2021; otro de poco más de $3 millones en abril de 2022 y uno más de $3.1 millones en 2023.
Según un balance de auditoría externa, para diciembre 2023 la empresa tenía pérdidas acumuladas de $215,307. Muchísimo más de los $50,000 de capital inicial. Pero, con base en los millonarios créditos recibidos, para diciembre de 2023, Nueva Esperanza (exTombstone) tenía $6.3 millones de activos, según su balance reportado al Ministerio de Hacienda.
Y aquí, ahora sí, aparece Agrícola San José. Esta empresa recibió un "préstamo puente" de Nueva Esperanza por $157,500 en 2022, según reporte en el CNR. Es decir, hay una relación financiera directa entre ambas compañías. Y ha sido Agrícola San José la que, finalmente, ha comprado los terrenos de interés minero en Cabañas.
Francisco Pineda, quien ha sido uno de los líderes de la comunidad de San Isidro en la lucha contra la minería, explicó que la población del lugar ha detectado que personal de Agrícola San José ha rentado o comprado dos viviendas en el distrito, ubicado en Cabaña Oeste, para sus operaciones.
El Diario de Hoy visitó ambas casas a inicios de febrero, pero no había personas en los lugares en ese momento.
Pineda explicó un detalle clave sobre los terrenos de varias manzanas que compró la compañía al señor Santiago Moreno Sorto, y es que están ubicados justamente donde la empresa Pacific Rim, en su plan original de explotación minera en la zona, proyectaba ubicar los desechos de cola en una enorme laguna de agua; en términos sencillos, es donde la minera colocaría los residuos que queden del proceso minero, los cuales están llenos de metales pesados y son altamente contaminantes.
Dicho estanque o laguna para desechos mediría 1.06 Km2 (unas 151 manzanas), según el plan de Pacific Rim y que, sospechan, es el mismo que está siguiendo ahora Titan Resources, a través de Agrícola San José.
Pineda explicó que dicho plan incluye levantar un muro de contención a la par del Río San Francisco, que pasa a la par de los terrenos, de unos 30 metros de alto, "porque imagínese la cantidad de agua que ellos están calculando que van a depositar allí. Es un muro para contener el agua de los lixiviados. Pero, ¿cuál es la crítica de nosotros? Bueno, ¿cómo van a controlar el invierno? puede haber una tormenta que puede superar esa altura. Y eso va a caer al río de San Francisco y este luego cae al Titihuapa", lo que contaminaría con metales pesados a las comunidades de la zona, de forma irremediable.

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Pero el daño ambiental en la zona sería mucho mayor. Pineda explicó que, si la minera Titan Resources -usando a Nueva Esperanza y a la Agrícola San José- ejecuta la hoja de ruta del plan que dejó Pacific Rim, el área para exploraciones será de unos 75 Kms2. en la zona de San Isidro, que se convertiría, prácticamente en un desierto, ya que con la extracción de agua a través de pozos y el uso de los afluentes cercanos, como el río Copinolapa, San Francisco y Titihuapa, se verían drenados por el uso de la industria metálica.
Para tener una referencia, el distrito de San Salvador, la capital del país, mide 72 Km2.
El ambientalista puso como ejemplo que "el Cerro el Caballo, que está enfrente de los terrenos que han comprado, es una zona de recarga hídrica. Incluso en el mismo estudio de la empresa (Pacific Rim), ellos reconocen que ese cerro es recarga acuífera que va para los cantones, como Llanos de la Hacienda. Porque en el cerro está el nacimiento, es como una esponja que capta el agua y en la zona baja es donde está el nacimiento. Todo eso es el riesgo que correríamos en el momento que ellos piensen hacer la explotación".
Empresas opacas
Por otra parte, la forma en que ha operado Agrícola San José coincide también con Tombstone/Nueva Esperanza en cuanto a altas pérdidas y millonarios créditos, además de una extraña fundación.
Es que tuvo un nacimiento, digamos, humilde. Fue fundada con un capital inicial de 2,000 dólares el 11 de septiembre de 2021, por dos ciudadanos de El Refugio, Ahuachapán, con los siguientes aportes: Daniel Armando Rodríguez Sandoval puso $1,990) y Nancy Yolanda Juárez Sandoval dio solamente $10.
Apenas seis meses después, el 14 de marzo de 2022, ambos inscribieron ante el CNR que delegaban como administradora única propietaria a Hazel Yolanda Castillo de Ventura, la cual se encargó de firmar por Agrícola San José las compraventas de los terrenos en San Isidro.
Acá surge otro detalle llamativo: Castillo de Ventura es oficial de información del Ministerio de Agricultura y Ganadería de El Salvador desde 2022 y permanece en dicho cargo. El Diario de Hoy pidió conversar con ella vía telefónica el 7 de febrero, pero en la recepción de la oficina ministerial explicaron que no estaba presente. Se dejó número del periodista, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
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El otro punto coincidente entre Agrícola San José y Nueva Esperanza (que es la Tombstone de los mineros Wilson, no nos perdamos), es que en teoría comparten oficinas, ubicadas en Colonia Escalón, 5a. Calle Poniente, Pasaje Camilo Campos, Casa No. 81.
Nuestra redacción visitó el lugar a inicios de febrero y verificó que en dicha dirección funciona un bufete de abogados, llamado Servellón Rivas y Asociados. Al consultar a la recepcionista en el lugar sobre Agrícola San José y Nueva Esperanza, respondió que a esa oficina solo llegan mensajeros para llevarse documentos o paquetes que hayan llegado a nombre de esas sociedades, pero que ellos, como oficina legal, no tienen los contactos de dichas empresas. También dijeron desconocer de Hazel Yolanda de Ventura, Blane Wilson o Samuel Wilson Canessa.
Se dejó el número de contacto del periodista para conversar con representantes de la firma de abogados sobre la falta de información y contactos de ambas empresas, pero no hubo respuesta.
Así, entre compañías endeudadas pero con millones de dólares en activos con créditos, sin información de cara al público y en acción desde 2021, comprando terrenos estratégicamente colocados, Titan Resources parece dar pasos en firme hacia la reactivación de la explotación minera en San Isidro. Aunque su presidente y dueño, el estadounidense Blane Wilson, ha dicho lo contrario en entrevista con El Diario de Hoy (lea en próxima edición), pero sí confirmó que quiere minar en El Salvador.