En las elecciones presidenciales, legislativas y de alcaldes en 2024, los partidos de oposición al gobierno tienen un camino cuesta arriba para lograr representación en la Asamblea Legislativa y en las alcaldías, y esto no tendrá que ver con falta de votos, sino con el mecanismo que se adoptará para el voto en el exterior.
Haber designado en la Ley Especial para el Sufragio en el Extranjero que la diáspora solo pueda votar por candidatos a diputados de San Salvador redujo de tajo la posibilidad de que los partidos opositores logren escaños legislativos en ese departamento.
Así lo afirma Eduardo Escobar, director de Acción Ciudadana, quien considera que los diputados han aprobado “una distorsión grosera de la representación al redirigir a este número de votos o posibles votantes a la circunscripción de San Salvador”.
Añade que lo anterior limita la posibilidad de la oposición representada en los partidos pequeños de obtener escaños en la circunscripción más grande, que es San Salvador, el cual aporta 24 curules a la Asamblea.
De acuerdo al experto, con la Ley Especial para el Sufragio en el Extranjero, aprobada por la Asamblea hace unos días, se han configurado varios elementos que potencian una elección desigual y con tendencia a favorecer al partido en el gobierno.
La designación de los votos del exterior solo al departamento de San Salvador es uno de los elementos que ponen la balanza a favor del partido oficialista, provocando una competencia desigual, dice.
Escobar explica que la Asamblea ha redirigido un caudal de votos que no le corresponde a esa circunscripción, con el fin de generar el mayor número de diputados a favor del partido en el gobierno.
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Al haber más votantes, se incrementa el número de votos necesarios para obtener un escaño, lo cual golpea a los partidos minoritarios (ver cifras).
Para los candidatos que entran por residuos, el umbral aumenta si se compara con las últimas elecciones, informó también Ramón Villalta, director de la Iniciativa Social para la Democracia (ISD).
Para Escobar, la desigualdad en las elecciones no abarca solo a las elecciones legislativas y municipales para salvadoreños en el exterior, sino también a las presidenciales en general.
“En la elección presidencial participará el presidente (Nayib Bukele) teniendo prohibido participar y que se usará todo el aparato del Estado para su propaganda, con eso ya tenemos que la elección presidencial y legislativa desde ya se configura como no justas y no competitivas”, argumentó Escobar.
¿Fraude electoral?
La reconfiguración de los votos de los salvadoreños en el exterior se suma a otros elementos de mucho riesgo, según han señalado otros expertos electorales como Ruth Eleonora López, de Cristosal, y Malcolm Cartagena.
Eliminar que los salvadoreños en el exterior se registren en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para poder emitir el sufragio es, según los expertos, el camino a un posible “fraude electoral”, ya que no se contará con herramientas para determinar la identidad de la persona que vota y no se garantiza que no se genere una duplicidad de los votos.
Este riesgo se incrementa porque el mecanismo de votación para los salvadoreños en el exterior será electrónico presencial y remoto por Internet (ver infografía).
Según la bancada oficialista, el objetivo de esto es eliminar las trabas para que más salvadoreños en el exterior puedan votar; sin embargo, esta situación vulnera el Art. 77 de la Constitución.
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En este apartado, el constituyente dejó establecido que para emitir el sufragio es condición indispensable estar inscrito en el Registro Electoral elaborado por el TSE.
Al respecto, Villalta explicó que el registro electoral se nutrirá ahora de la información que le proporcionen el Registro Nacional de las Personas Naturales y la Dirección General de Migración, ya que en la ley se determinó que los compatriotas también podrán votar con pasaporte aunque esté vencido.
Sin embargo, subraya que el padrón electoral ya existe, lo que no habrá es inscripción de los ciudadanos informando su intención de votar. Pese a esto, expertos han advertido que no se puede conocer el universo de votantes, y con ello no se puede garantizar que no voten personas no autorizadas.
Además, advierten que el TSE no tiene información certera de la cantidad de equipos que requerirán los centros de votación en el extranjero.