Una de las ganadoras de las elecciones de medio término de los Estados Unidos fue la congresista demócrata Norma Torres, quien superó por un considerable margen (más de 12%) al republicano Mike Cargile, quien recibió el endoso del círculo oficialista salvadoreño.
Esto no fue casualidad. En Washington, Norma Torres ha sido de las más consistentes voces de denuncia de los abusos de poder y golpes a la democracia propinados por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele.
Estos pronunciamientos le trajeron a Torres críticas duras, insultos racistas y, según ella lo denunció, un intento de interferencia del presidente Bukele y su círculo, quienes buscaban que ella perdiera los comicios. Pese a sus ataques, no lo consiguieron.
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Pero Torres no es la única demócrata que se pronunció en contra de los abusos de poder en El Salvador. De hecho, varios congresistas demócratas se sumaron a rechazar los atentados contra la democracia salvadoreña.
Varios de ellos han alcanzado la reelección para un periodo más en la Cámara de Representantes.
Otra voz consistente
James “Jim” McGovern ha elevado constantemente su voz ante abusos a los derechos humanos. Recientemente, moderó un conservatorio en el que se abordó la preocupación por los constantes abusos de poder, como capturas arbitrarias, tortura y muerte dentro de los penales.
Este demócrata de Massachusetts obtuvo casi dos tercios de los votos de su distrito electoral, dejando en el camino al republicano Jeffrey Sossa-Paquette, quien solo obtuvo 33.8% de las marcas. Es decir, por al menos dos años más se espera que McGovern se mantenga vigilante de la situación en El Salvador, como lo ha hecho por más de tres décadas.
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Además de McGovern, en las filas demócratas otras voces que se han pronunciado contra Bukele alcanzaron la reelección. Joaquín Castro, por ejemplo, seguirá representante al distrito 20 de Texas al haber derrotado con contundencia a Kyle Sinclair con 68.4% de votos.
Adriano Espaillat, demócrata de Nueva York, corrió sin competencia, por lo cual se garantizó un nuevo periodo al frente de su distrito. En California, Juan Vargas también derrotó con un amplio margen (más de 30% de diferencia) al republicano Tyler Geffeney y permanecerá otros dos años, cuando menos, en la Cámara de Representantes.
Y el altamente influyente Gregory Meeks fue quien alcanzó la victoria más aplastante. Él dirige el poderoso comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, ha sido crítico de la gestión Bukele y en 2021 pidió dar más independencia a la CICIES para que esta pudiera efectivamente apoyar el esfuerzo anticorrupción en El Salvador. Lejos de seguir su consejo, el oficialismo se deshizo de esta comisión cuando esta anunció al menos una docena de casos de presunta corrupción en el gobierno actual.
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Este legislador, cuya voz es esencial para determinar la cooperación estadounidense a otros países, obtuvo más del 75% de los votos en el distrito 5 de Nueva York.
En este grupo, falta una voz importante: Albio Sires, congresista de Nueva Jersey, optó por no correr a la reelección en el estado de Nueva Jersey.
No solo demócratas
En el bando republicano también ha habido voces críticas de los abusos del presidente Nayib Bukele. Esto, a pesar de que este pareció buscar validación en la administración de Donald Trump hasta enero de 2021 y a pesar de que en sus discursos, repite algunos puntos del ideario del partido conservador estadounidense.
Pero en este bando también han expresado cautela hacia el presidente salvadoreño y sus intentos por socavar la democracia.
Uno de ellos fue Mario Díaz-Balart, el congresista del distrito 26 de Florida, el poderoso Miami-Dade. En esta elección, ganó con un aplastante 70.9% sobre su rival demócrata.
En septiembre de 2020, él y otros legisladores republicanos enviaron una carta al presidente salvadoreño en la que exponen “un lento pero constante abandono del estado de derecho y las normas democráticas que nuestro hemisferio ha luchado tanto por preservar”.
Esa carta también fue firmada por David Joyce, quien afianzó un nuevo periodo al frente del distrito 14 de Ohio.
Brian Fitzpatrick, también signatario de esa misiva, logró la reelección con un 55% sobre su rival demócrata.
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Por su parte, Alex Mooney logró casi dos tercios de los votos en la contienda por el distrito 2 de West Virginia. Y Mark Green, quien urgió al gobierno salvadoreño en noviembre de 2021 desechar la propuesta de Ley de Agentes Extranjeros, logró un contundente 60% y seguirá siendo el representante del distrito 7 de Tennessee.
Consenso democrático
La política doméstica estadounidense luce polarizada y conflictiva, especialmente de cara a los comicios generales de 2024, en los que el polémico Donald Trump busca hacer un retorno triunfal sobre la base de la división y la generación constante de tensión.
Pero en política exterior parece haber ciertos consensos que trascienden la política partidaria normal.
Uno de ellos es que ambos partidos están incómodos con el surgimiento de nuevas alternativas autoritarias en el hemisferio. Algunos lo critican por convicción democrática. Otros, por su consecuencia práctica: el incremento de la migración.
Independientemente de las causas, el resultado suele ser el mismo: voces que condenan con firmeza atentados contra la democracia, sean estas en Caracas, en Tegucigalpa, en Managua o en San Salvador.