El Tribunal Supremo Electoral (TSE) optó por utilizar un sistema de tecnología que guardaba como segunda opción en las elecciones legislativas y presidenciales del 4 de febrero.
Según el jefe informático del Tribunal, Ignacio Villagrán, para el procesamiento de datos en las mesas será con una tecnología parecida pasadas, con la diferencia de que tiende a ser menos ágil para enviar la información.
“Hemos implementado el plan B de las pasadas elecciones, pasa a ser el principal. Esta es una tecnología parecida a la que se utilizó el 2021, lo único que genera es que tenemos cierto grado de retardo para recibir la información, a diferencia de lo que tuvimos el 4 de febrero”, señaló Villagrán.
El Tribunal Electoral fue fuertemente señalado en las elecciones pasadas, por las y los integrantes de las Juntas Receptoras de Votos, expertos electorales, observadores nacionales e internacionales, así como por la misma ciudadanía, por no contar con un plan de contingencia para las fallas técnicas en mesa.
El día de las elecciones presidenciales y legislativas, varias personas que integraban las Juntas Receptoras de Votos (JRV) terminaron durmiendo en los centros de votación, debido a que el sistema no funcionó para que procesaran y proyectaran los resultados. Las autoridades electorales les solicitaron que no abandonaran los paquetes electorales a la espera de que el sistema se solucionara.
La falla técnica fue uno de los problemas que llevó a un escrutinio de más varios días.
“Lamentablemente por problemas de capacitación, y que se contrató tarde al personal no muchos conocían esta modalidad. Desde la elección del 4 de febrero nosotros teníamos los planes de contingencia, con los cuales se podía haber realizado la transmisión”, añadió el informático.
Recientemente, catorce organizaciones de la sociedad civil señalaron deficiencias del TSE, asegurando que no actuó de manera imparcial, que no llevó a cabo sus funciones de manera eficiente y cometió errores durante el proceso electoral.
Además, reconocieron en el proceso electoral la complicidad de las instituciones de fiscalización y control.
Las instituciones responsables de supervisar el proceso electoral no actuaron de manera diligente y permitieron que se cometieran irregularidades durante el proceso electoral, denuncian.
Asimismo, enfatizan en que la ausencia de integridad electoral y múltiples irregularidades registradas, ponen en duda los resultados de las recientes elecciones legislativas.