El presidente Nayib Bukele debería poner atención al llamado del Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) de extraditar a líderes de grupos criminales.
Así lo consideraron algunos analistas, luego de que el país norteamericano urgiera a El Salvador extraditar a los líderes de pandillas que han sido requeridos amparados en un tratado firmado entre ambas naciones.
"Ahora más que nunca es esencial extraditar a los líderes de las pandillas para que enfrenten la justicia en los Estados Unidos", se lee en el escrito del secretario de Estado, Antony Blinken, emitido el pasado domingo 10 de abril.
Estados Unidos: «Ahora más que nunca, resulta esencial que se extradite a los líderes de pandillas»
Entre los mareros requeridos por los tribunales estadounidenses están: Armando Eliú Melgar Díaz, apodado “Blue” o “Cliper”, Edwin Mauricio Rodríguez Morales, alias “Manicomio”, y Elmer Canales Rivera, “Crook de Hollywood”, acusados por varios delitos cometidos en ese país. La extradición del Blue fue aprobada por la Corte Suprema de Justicia anterior, y los magistrados de Bukele revirtieron la decisión.
Al respecto, analistas cuestionan que el Gobierno no atienda tal exhortación. Por ejemplo, la directora anticorrupción de Cristosal, Ruth Lopez, destacó que “Estados Unidos está reclamando a ciudadanos salvadoreños que han cometido delitos en ese país, mientras el Estado salvadoreño inexplicablemente se resiste a la extradición de estos líderes pandilleriles”.
¿Protección de los requeridos?
López ahondó en que “esta contradicción entre la evidente protección de los requeridos y la supuesta política manodurista aplicada últimamente trae algunas preguntas como si hay un pacto que lo impide, si representan estas personas a grupos determinados de pandillas con los que hay algún acuerdo o si estas personas tienen alguna información que revele negociaciones con el gobierno y pueda ser expuesta en un tribunal extranjero”.
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Para Otto Flores, Asesor Jurídico de la organización Los Siempre Sospechosos de Todo, Estados Unidos “da a entender de que de nada sirve que se detenga a personas solo sospechosas, que no posean un mínimo de vínculo o el grado de participación con la estructura criminal” pues con eso no se va a generar cambios completos.
“Tendrían que enfocarse en la captura de líderes que son las personas encargadas de planificar la comisión de delitos y al mismo tiempo son los encargados de mantener la estructura tanto material como inmaterial de la misma pandilla”, opinó.
Alrededor de 14 pandilleros, muchos de ellos considerados máximos jefes de la mara Salvatrucha, conocida como Ranfla Nacional, tienen cuentas pendientes con la justicia de Estados Unidos.