El Salvador se ubica en la posición 127 en el índice de desarrollo humano, según el informe 2023/2024 presentado este miércoles por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), denominado “Romper el estancamiento: reinventar la cooperación en un mundo polarizado”; lo que representa una caída de dos puntos respecto al informe de 2022.
En el índice de Desarrollo Humano 2021/2022 El Salvador estuvo en la posición 125, con un valor de 0.675. Para este último reporte el país se mantiene en el grupo de desarrollo medio en la posición 127 de un total de 193 países, con un valor de 0.674; que lo aleja del valor de 0.683 que tuvo en 2019 antes de la emergencia por la pandemia del Covid-19.
El valor promedio de la región de América Latina y el Caribe es de 0.763. La mayoría de países de Sur América y el Caribe están en los niveles de desarrollo alto.
A nivel de Centroamérica, Panamá se ubica en la posición 57, con un valor de 0.82 y está dentro del grupo de países con un desarrollo bastante alto y en el mismo grupo está Costa Rica, en la posición 64 y un valor de 0.806.
Luego, en el nivel medio están El Salvador en la posición 127, Nicaragua en la 130, Guatemala en la 136 y Honduras en la posición 138 del ranking mundial.
En el nivel medio de desarrollo también están Venezuela y Bolivia, en las posiciones 119 y 120, respectivamente. El umbral para considerar un desarrollo alto es de 0.800 y mide aspectos como educación y salud.
“El promedio global refleja dos aspectos que son muy preocupantes. Primero, notamos que hay una brecha entre países que reportan el nivel más bajo de índice de desarrollo humano y aquellos que reportan el más alto, y esta brecha ha venido aumentándose durante los últimos años”, dijo Pedro Conceição, director de la oficina del Informe de Desarrollo Humano del PNUD.
Top diez de países de América Latina y el Caribe con mejor Índice de Desarrollo Humano:
- 44 Chile 0.860
- 48 Argentina 0.849
- 51 San Cristóbal y Nieves 0.838
- 52 Uruguay 0.830
- 54 Antigua y Barbuda 0.826
- 57 Bahamas 0.820
- 57 Panamá 0.820
- 60 Trinidad y Tobago 0.814
- 62 Barbados 0.809
- 64 Costa Rica 0.806
Baja recuperación
En el marco del lanzamiento del informe, Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, comentó que es preocupante que en lugar de avanzar en la cooperación la comunidad global se esté quedando atrás y que las desigualdades en el desarrollo humano están aumentando. “Actualmente, estamos más lejos en nuestro progreso hacia la agenda 2030 que estábamos hace cuatro años”, dijo.
Cabe destacar que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) tuvo un descenso significativo en 2020 producto de la pandemia del covid-19 y tuvo un repunte para 2023; pero no igual para todos los países, pues se prevé que el 51% de los menos adelantados no han recuperado sus valores anteriores a la pandemia.
“Si el valor global del IDH sigue evolucionando por debajo de la tendencia anterior a 2019, como lo ha hecho desde 2020, las pérdidas serán permanentes”, se destaca en el informe.
“También hemos demostrado que somos poco resilientes, nuestra capacidad de recuperarnos al shock que hemos sufrido en términos de desarrollo humano no es lo suficientemente resiliente como para recuperar ese lugar en el que nos encontrábamos en el 2019”, dijo Michelle Muschett, directora regional del PNUD en América Latina y el Caribe.
Señaló que en la región aún persisten desafíos estructurales que afectan el desarrollo humano. “Cuando hablo de desafíos estructurales me refiero a las profundas desigualdades que afectan a la región, a la altísima vulnerabilidad a la pobreza, como lo demostró la pandemia, a una baja productividad y a un crecimiento económico mucho más volátil que el del resto de las regiones”, expresó.
“América Latina ha presentado de las mayores recuperaciones, no obstante no llegamos todavía a sobrepasar los niveles que teníamos de desarrollo humano previos a la pandemia”,
Michelle Muschett, directora regional PNUD en América Latina y el Caribe
Añadió que solo 12 países han sido capaces de recuperar el nivel previo a la pandemia o sobrepasarlos, pero 21 países de la región siguen por debajo de los niveles pre-pandemia. “Detrás de esto existen pérdidas en materia de desarrollo humano que son permanentes y muchas de ellas irrecuperables, como los cerca de dos millones de irreparables pérdidas de vida en la región como consecuencia de la pandemia, como las brechas en educación y el aprendizaje y como el deterioro en la esperanza de vida en la región”, afirmó Muschett.
Polarización política
Advierten, además, que una de las barreras para el lograr el multilateralismo es la polarización política a nivel global. “Y una polarización política que es grave porque merma la capacidad colectiva de construir consensos, la capacidad de construir una visión compartida de país, de región y del mundo. Y que lleva detrás de sí una serie de elementos que la alimenta, como la desconfianza, como las profundas desigualdades”, dijo la directora.
Indicó que la región de América Latina y el Caribe es la tercera más polarizada políticamente, después de Europa del Este y Asia Central. Expuso que solo un quinto de la población en esta región expresa confianza en sus instituciones. “Esto se traduce también en una desconfianza en la democracia en sí misma como sistema”, manifestó.
Conceição destacó que la polarización política va más allá de la diferencia en las percepciones o visiones que tienen las personas sobre la sociedad.
“De hecho, esto es algo sano, debe existir en la sociedad. Se trata de que las sociedades están divididas con ciertas brechas y esta polarización política envenena la cooperación doméstica, nacional e internacional”,
Pedro Conceição, director de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano PNUD
Y agregó que es una tendencia global en los últimos años y se refleja en cómo las personas perciben la democracia. “Y encontramos aquí algo que se llama una paradoja. Porque, por un lado, encontramos que el 90 % de la población global apoya la democracia y estos ideales, quiere vivir en una democracia. Pero al mismo tiempo una parte de la población ha venido apoyando a estos líderes que son detractores de estos ideales”, expuso.
El informe señala que aunque nueve de cada diez personas muestran “un apoyo inquebrantable” al ideal de la democracia, ha aumentado el número de quienes apoyan a líderes que la socavan. “Hoy, por primera vez, más de la mitad de la población mundial apoya a tales líderes”, acotó.
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El informe analiza que una de las razones puede ser que existe un “desempoderamiento” de las personas en su capacidad de actuación, ya que cinco de cada diez, la mitad de la población mundial, afirma no tener control de su propia vida; y siete de cada diez (68 %) afirma que tienen poca influencia en las decisiones de su gobierno.
“Una de las correlaciones que encontramos es que las personas que se sienten en menos control de su vida se sienten menos seguras, es decir, más amenazadas. Estas percepciones de seguridad se deben abordar”, manifestó el director del Informe de IDH.
“Resulta preocupante que el populismo se haya disparado, rebasando los picos del siglo pasado, que correspondieron aproximadamente a periodos de globalización mal gestionada”, dice el documento.
El informe plantea reducir la polarización proporcionando bienes públicos mundiales y corrigiendo “las percepciones erróneas sobre las preferencias y motivaciones de los demás”, ya que esas creencias incorrectas afectan la cooperación.
“Es difícil imaginar la cooperación en un mundo polarizado, pero claramente no hay otra alternativa. Necesitamos imaginarla, trabajarla, generarla y materializarla porque no tenemos opción”, enfatizó Muschett.
Pero también se propone crear espacios de deliberación para salvar las diferencias, como las asambleas ciudadanas.