En una entrevista publicada este jueves por el medio internacional BBC Mundo, la expresidenta de Costa Rica, Laura Chichilla, señaló que los elementos democráticos de El Salvador “prácticamente han desaparecido” con la reciente elección presidencial en la que Nayib Bukele obtendría un segundo mandato a pesar de la prohibición constitucional a la reelección.
La politóloga y experta en seguridad señaló en dicha entrevista que el obtener el mayor porcentaje de votación no es suficiente para legitimar la elección de Bukele.
“Básicamente ha venido tomando decisiones con la única justificación de que las mayorías están con él. Y ya sabemos muchas lecciones de la historia en donde gobernantes asentados sobre mayorías a veces muy fanatizadas terminan conduciendo a escenarios extremos, naciones aún con instituciones más fuertes que El Salvador”,
Laura Chichilla, expresidenta de Costa Rica
Agregó que el hecho de tener las mayorías consigo “no valida que un gobernante haga lo que quiera”, y que los balances se están perdiendo en El Salvador.
También expuso que las condiciones no fueron equitativas en este proceso electoral y poca o nula presencia de la autoridad electoral, en este caso el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
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“Quizás lo que más nos golpeó fue ver una autoridad electoral absolutamente anulada, al punto que ni siquiera pudo terminar de dar el conteo y los datos oficiales, sino que fue el propio gobernante el que los da”, expuso.
La noche del mismo 4 de febrero, sin que se tuvieran resultados preliminares por el organismo colegiado, fue Bukele quien publicó en redes sociales que habría ganado con el 85% de votos y que el partido Nuevas Ideas obtendría 58 de los 60 escaños de la Asamblea Legislativa. Mientras en los centros de votación no se había terminado el escrutinio preliminar por fallas del sistema de transmisión, cambios de personas encargadas en las mesas y falta de papel para hacer las actas a mano.
Ante la posibilidad de un sistema político de partido único en El Salvador y con la concentración de poder a favor de Bukele, Chinchilla dijo que le “cuesta mucho comprender que haga alarde de ciertas cosas” por parte del mandatario salvadoreño, como el tema de la seguridad que es la principal bandera del oficialismo.
“Para mí sería un signo de fracaso contundente salir a hacer alarde de que tengo la prisión más grande del mundo. Yo quisiera competir diciendo que tengo las escuelas más grandes y eficientes del mundo, pero no las cárceles. Allí evidentemente hay un símbolo de una sociedad fallida”, consigna la entrevista de la BBC.
Aunque parece que su popularidad se entrelaza con su política de seguridad y combate a las pandillas, Chinchilla también señala que eso incluye una política de comunicación que llegó mucho antes.
“A él se le ha presentado como algo sobrehumano y eso merece un capítulo de estudio, preguntarnos si es viable y real emular liderazgos como el de Bukele como pareciera repetirse a lo largo de América Latina”, .
Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica
La politóloga también difiere con el concepto de democracia de partido único que Bukele pretende impulsar. “Yo aspiro más bien a una democracia altamente competitiva”, expuso y lamentó que quienes luchan por la democracia ahora van en minoría en la región. “Las democracias están en un momento de declive a nivel universal”, afirmó.
De cara al segundo mandato, considera que se puede esperar una intensificación del estilo de gobierno de Bukele. “Ya hemos visto su estilo de gobernar autocrático, vertical, sin rendición de cuentas por parte de mecanismos sociales independientes o de prensa independiente”, dijo.
Aunque tampoco quiso reducir las condiciones del país con gobiernos anteriores que orillaron hacia favorecer a Bukele.
“El Salvador venía de una seguidilla de gobiernos altamente ineficientes y corruptos. Hay condiciones concretas que hicieron que la gente llegara a un nivel de hartazgo. Más allá de los ciudadanos, los gobernantes siempre estamos obligados a ponernos mecanismos de autocontención. El poder es lo más tentador y en salvaguarda de las instituciones tenemos que aprender a autocontenernos”, añadió la expresidenta.
Con la cooptación de los órganos de Estado, Chinchilla no comentó que “la trayectoria que está siguiendo El Salvador es la misma de Nicaragua” y reconoció que está ocurriendo una “regresión” a los años más oscuros que vivió Centroamérica.