Dora Esmeralda Martínez de Barahona culmina sus funciones como la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE) este 31 de julio y previo al culmen de sus oficios electorales conversó con El Diario de Hoy sobre los logros, “piedras” en su camino y hasta casos de violencia política que marcan su función de los últimos cinco años.
Enfatizó mucho en el acto de rendición de cuentas el orgullo de su gestión, ¿pero cuáles son los retos que quedan?
Los retos que quedan son seguir fortaleciendo los procesos electorales. La observación electoral a veces te dan recomendaciones de los procesos anteriores, entonces, seguir recomendaciones, seguir avanzando en tecnología.
El voto en el extranjero es algo que ha llegado para quedarse, el voto por internet y presencial electrónico. Alguna dificultad que presentamos nosotros fue que algunos establecimientos eran muy pequeños y, por ejemplo, en Estados Unidos que había personas y no podían votar, por las políticas no se dieron más espacio. Esas son mejoras continuas que el nuevo pleno va a rediseñar para mejorar esa parte de logística.
En pagos, diseñar un mecanismo más efectivo para poder pagarle al personal temporal que es ahí en donde se ha visto un poco tardado.
La gente también que trabaja con la documentación respectiva, mejoras tecnológicas en el voto nacional, que pasemos ya a un plan piloto a implementar el voto acá con internet.
Son desafíos que quedan, nosotros presentamos grandes desafíos, en pandemia no teníamos ni un borrador de cómo hacer elecciones en la pandemia y se logró.
Avanzamos a un acta impresa, en donde ya hay más claridad, hay más datos exactos. Se avanzó en los escrutinios, que veníamos de hacer escrutinios de 18 a 30 días; hasta se optimizaron los recursos.
¿Hubo algún momento en que el contexto social-político le generó miedo como presidenta del organismo y en la toma de sus decisiones?
Gracias a Dios, y lo puedo decir categóricamente, que injerencia política, no tuve injerencias o presiones, porque todas las decisiones que tomé, tengo mucho conocimiento, gracias a Dios salí de la Universidad de El Salvador.
Tengo mis capacidades técnicas. Todas las decisiones que tomé ya traía experiencia en materia electoral, porque venía de asumir procesos electorales como fiscal, entonces todo lo que asumí fue por mi propio criterio.
Logré avanzar, pero como mujer puedo decir que sí tuve obstáculos para desempeñar mi función.
¿Se refiere a violencia política?
Ajá, de la institución y afuera. Nosotras mismas, las mujeres al inicio me criticaban por la forma de hablar y un montón de cosas.
Pero una mujer ha logrado hacer más de lo que había en ese órgano, porque yo no soy funcionaria de escritorio, anduve en el campo con todos trabajando a la par de ellos. Entonces, son cosas que se tiene que ver. También hay que reconocer cuando has hecho las cosas bien.
También quiero recalcar que pude hacer equipo con el pleno del organismo colegiado y muestra de todos esos cambios es eso, porque con un único voto no hubiera podido hacer nada.
¿Cómo observa al personal institucional?
Hay mucho personal que ya ha cumplido el tiempo de trabajo, hay muchos jubilados, entonces es necesario renovar esa planta del TSE con gente joven, hay tanto profesional sin trabajo.
A veces me han fichado de “usted, pero por la edad”, pero sí se necesita gente para poder continuar en ese proceso de cambio y de mejora continua.
Un medio de comunicación filtró la grabación de su reunión con los partidos tras las fallas de las elecciones del 3 de febrero, ¿podría ampliar lo sucedido?, ¿fue ese evento lleno de retos o dificultades?
De dificultades, de piedras que ponen en el camino ¿y por qué ponen eso? Porque había gente cuando llegamos a la institución que había sido puesta por partidos políticos, entonces esta gente responde a un partido.
Yo le aposté a la institución a trabajar en equipo y les dije “aquí no veo color o partido político, institucionalmente trabajemos”. Entonces, cuando yo dije ese audio, ahora lo puedo aclarar porque ya terminó el proceso electoral, es porque a mí no me cabe en la mente que una subjefe esté sentada en una unidad a las 5:00 de la tarde el día de la elección y haya paquetes que trasladar al Tribunal. Entonces, ¿qué me hace pensar a mí? Que lo hace a propósito, porque tiene años de trabajar ahí.
Entonces, esos son obstáculos de los que yo digo que viví en el Tribunal con el personal, porque no querían trabajar en equipo, por salvar una elección; sin embargo, otra gente se puso los zapatos con nosotros y trabajaron día y noche por sacar la elección.
¿Qué pasa con el nuevo pleno? que tiene que reformar, tiene que depurar esa institución, hay gente que no quiere trabajar.
¿Hubo algo con lo que hubiera querido contar con los votos de los demás magistrados y no los obtuvo?
El edificio. Antes del 2021 di la primera iniciativa para el cambio, que nos pasáramos de esas casas que estaban deterioradas, entonces pasé la primera propuesta y no tuvo eco en el pleno.
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Me dijeron que venía la elección de 2021 y que no podíamos estar pasándonos a otro lugar. Lo entendí, pero no me di por vencida. Después lo apoyamos.
El magistrado Noel Orellana ha sido una de las personas que se sumó a apoyar todos los cambios en la institución, entonces ya el pleno logró apoyar esas gestiones.
Hay muchos cambios qué mejorar, pero en cinco años es difícil hacer muchos cambios, así que esperemos que tengan más energías (nosotros vamos desgastados de dos elecciones) que puedan salir adelante e innovar muchas cosas.