En las manos de miles de niños, niñas, adolescentes y personal docente del país hay tablets y laptops, herramientas tecnológicas con las que no contaban en gobiernos anteriores; es una apuesta importante de la administración Bukele por superar la llamada “brecha digital”, e inició su entrega en julio de 2020. Sin embargo, según Bases Magisteriales y voces desde comunidades educativas del país, el plan gratuito de datos de internet que entregó el Gobierno al inicio del programa para cada equipo tecnológico, con chips 4G, es un beneficio que ya no continuó en este 2023.
Como resultado, en la mayoría de centros escolares del país, los alumnos y docentes han tenido que pagar por el servicio de internet, para realmente poder sacarle provecho a los equipos entregados por el Gobierno.
David Rodríguez, secretario de organización de Bases Magisteriales, confirmó que “ya no hay internet” en las tablets y laptops entregados por Educación, porque “los paquetes que tenían contratos se los quitaron este año”.
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En el Centro Escolar Emilio Martínez, en Santa Ana, la comunidad educativa se ha organizado para pagar un internet por cable, el cual llega al centro de cómputo para uso de estudiantes y docentes; pero la señal de wifi es muy débil y no llega a los salones.
“Hace varios años hubo un bono de internet, que el Ministerio de Educación lo dio. Se asignaba a una cuenta corriente y nosotros contratamos a una empresa de las más comunes, venía la factura y pagábamos, pero de repente cortaron eso. Era internet inalámbrico, con una módem, un poco débil pero era algo, ayudaba. Nos quitaron ese servicio”, lamentó un miembro del personal docente.
Añadió que en este centro escolar “quedaron del ministerio que lo iba a contratar desde el año pasado, no sé si ya lo hicieron en otras escuelas, pero nosotros hemos estado preguntando y está en espera”.
A pesar de las limitantes, en esta escuela reciben clase de informática dos veces por semana y los estudiantes llevan su equipo tecnológico al salón; lo ocupan para descargar libros, videos, guías y al tenerlas en sus computadoras, pueden repasarlas luego, aunque no tengan internet en sus hogares.
Marisol, madre de dos estudiantes en esta escuela en tercero y primer grados, calcula que un paquete de dos dólares le dura cuatro días a sus hijos, y concluye que ahora debe gastar $10 extra al mes para que sus tablets tengan datos de internet.
Algo parecido ocurre en el C. E. Gilberto Augusto Cárcamo, en San Lorenzo, Ahuachapán. El subdirector de la institución, maestro Arnoldo Armando Esquivel, explicó que “no tenemos internet de parte del Miniesterio de Educación, y lo resolvemos a través de compañerismo, colaboramos con un dólar al mes al compañero docente que lo tiene a cargo, y eso ayuda a satisfacer a todos los compañeros con el internet. Lo ocupamos para nosotros y para los niños. Algunos compañeros tienen su propio internet, cuando no abastece el de acá, ellos les dan del propio de ellos, para poder trabajar en sus actividades educativas”.
En esta escuela ahuachapaneca, las laptops y tablets son utilizadas entre una a tres veces por semana por el 80% de la planta docente, según el subdirector Esquivel; y a pesar de que tienen que “bolsearse” por tener internet, dijo que a los niños, niñas y adolescentes del centro educativo les ha cambiado la manera de aprender.
“Los niños han evolucionado más con la tecnología. Ocupan la plataforma ‘Fiction Express’, tienen que estar constantemente leyendo algunos libros, y muchos en diferentes grados han leído bastante y están bien”, describió.
En el Centro Escolar Bartolomé Bolaños, en las afueras de Santa Ana, el internet que ha colocado Educación no funciona. Ante ello, así como en las otras escuelas mencionadas, los docentes ponen de su dinero para adquirir datos en sus celulares, y comparten con sus estudiantes.
“Es una inversión de cada docente, es personal”, explica un miembro de la planta de maestros y maestras. “Padres y madres les ponen planes de datos en sus casas (a sus hijos e hijas), y a veces cuando hacemos alguna prueba, se le pasa el enlace, y el alumno ya viene con su teléfono con internet disponible, y al que no puede se le da. En el caso mío les presto mi teléfono o le paso a su teléfono datos, o entre ellos como compañeros también se comparten”, describe.
Incluso con el gasto extra para que tengan internet y a pesar de los obstáculos, una educadora de la escuela considera que hay notables avances de parte de los y las estudiantes, gracias al uso de los equipos tecnológicos. En su caso, por ejemplo, indica lecturas diarias a sus estudiantes, de 30 minutos, por lo que ocupan laptops y tablets constantemente.
Rodríguez, de Bases Magisteriales, confirmó que Educación ya ha logrado colocar un sistema de internet satelital en varias escuelas del país, con servicio de Starlink.
Por ejemplo, en La Libertad, ya cumplieron en dos de 16 de la zona; pero el avance de este programa marcha lentamente y, mientras tanto, las computadoras portátiles y tabletas tienen internet gracias al esfuerzo económico de docentes, padres y madres de familia.
Además, alertó que, una vez, el sistema Starlink ya esté listo en más escuelas en próximos años, las autoridades de Educación deben velar por una mejor regulación de la herramienta, pues “varios estudiantes averiguan la clave y ocupan el internet para perder el tiempo. Estoy preocupado por el uso que le están dando, pienso que debe haber algunas restricciones”.