En la esquina de la 1.ª Calle Oriente y la Avenida Monseñor Romero, a pocos metros de la plaza Morazán, se escucha un ritmo de bajo bastante peculiar, que a los conocedores de la música los transporta a los años 60, 70 y 80, o les recuerda los pasos de baile de John Travolta en la famosa película "Vaselina".
La música proviene de un edificio de dos plantas con una mezcla de rojo y naranja. El edificio es conocido como "Ex Mundo", porque ahí estuvo situado el periódico salvadoreño en la década de los 90; luego pasó a ser una venta de ropa de segunda mano y después una discoteca que, desde hace 15 años, tiene por nombre "Discotec El Rey".
"Este lugar es una cápsula en el tiempo", comenta Vicente Mencos, propietario de la discoteca, haciendo referencia a que el lugar mantiene una estética y el ritmo de los años 60, 70 y 80. Él junto a su hijo, Armando Mencos, han procurado mantener este ambiente, a pesar del paso del tiempo.
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Al interior del edificio suena Rock and Roll, distintos boleros, Los Caracas Boys y la preferida de muchos, La Sonora Santanera. Al escuchar la mezcla de los timbales, saxofón y el charango, los hombres en el lugar se animan y se levantan a buscar a su pareja para bailar al estilo del doble paso, como ellos le llaman a su baile.
La música estridente y las luces destellantes se mezclan con el público. Las parejas hacen giros, se retuercen entre sí, agitan los hombros y alzan los brazos al aire al ritmo de la música. Luego de varias canciones en español, cambia un poco el ritmo y comienza a sonar "Bad Moon Rising" y le sigue "Ooby Dooby", ambas del grupo estadounidense Creedence Clearwater Revival, que tuvo su apogeo al final de los años 60 e inicios de los 70 y que ha inspirado a otras bandas con su ritmo.
Entre el público capta la atención la sonrisa de Roberto, un señor de 81 años que hace vueltas y baila al doble paso como todos en el lugar. Claudia es otra visitante de la discoteca, ella comenta que sus compañeros de trabajo la molestan debido a su pasión por el baile. "Otros toman, fuman y tienen distintas adicciones, la mía es bailar", comenta, con una sonrisa en el rostro.
Iván y Anita entrelazan sus brazos y hacen distintos tipos de piruetas o salidas al bailar. La mayoría de ellos aprendieron estos pasos de baile en la misma discoteca, ya que de lunes a miércoles funciona una escuelita de baile para todo aquel que desee aprender a bailar este estilo de música.
Durante dos horas cada día, de 6 a 8 de la noche, la discoteca abre paso a todo aquel que tiene la iniciativa y las ganas de aprender el baile clásico de los años 70 y 80. El encargado de esta escuela desde hace 5 años es Rember, conocido como "Pájaro".
"Acá vienen personas que no saben nada sobre el baile, pero uno se encarga de mostrarles paso a paso cada movimiento. Lo importante es darles la confianza para que se suelten y disfruten la música", expresa Rember, con una sonrisa en el rostro.
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Las razones del porqué llegan personas desde los 25 a los 85 años, aparte de la buena música y un ambiente de fiesta sano, varían mucho según cada cliente. Algunas viajan desde distintas zonas del país solo para llegar a disfrutar unas cuantas horas de una bebida fría y de buena música de fondo; a otros sí los llama la pasión por moverse y de disfrutar de un buen baile; pero otros lo hacen por salud. Yanira comentó que ella disfruta bailar, pero que la razón principal para llegar a la escuelita y al baile del fin de semana es para mantenerse en forma. "A mí me encanta comer, si no bailara estuviera mal", dijo.
Aunque el propósito de la discoteca es mantener un ambiente de clásico de décadas anteriores, el lugar es apto para personas de todas las edades. "De vez en cuando alguna persona pide alguna canción de reguetón y se le pone, pero mayormente acá se escucha otro estilo de música", señala Vicente Mencos, propietario de la discoteca.
Vicente y los demás maestros de la Discoteca El Rey hacen la invitación a la población general para que los visite y aprenda diversos estilos de baile. Además, el lugar cuenta con seguridad y ante cualquier inconveniente que llegara a suceder, se asegura la tranquilidad de quienes visitan.
Para ingresar a la escuela de baile se pide, además de disposición y entusiasmo por aprender algo totalmente nuevo, una colaboración de $1 por cada día de aprendizaje. El horario de la discoteca durante el fin de semana es de dos de la tarde hasta las dos de la mañana. Los viernes la entrada es gratuita, solamente se cobran $0.25 si desea guardar una mochila. Sábado y domingo también se cobra $1 por persona para todo el que desee bailar y disfrutar lo mejor de la música de los años 70 y 80.
