El especialista educativo Óscar Picardo Joao afirma que si bien el gobierno habla de que el próximo año pondrá en marcha una nueva reforma educativa, que evidenciará entre otras cosas mejora en la infraestructura escolar, un cambio en la forma de enseñar en las aulas y la extensiòn de los años de bachillerato, ha dejado de lado un punto clave: la dignificación de los profesores.
Picardo Joao, al igual que los educadores, se muestra preocupado porque considera que la reforma es un tema bastante profundo, delicado, y que no hay mucha claridad en lo poco que el propio ministro de Educación, Mauricio Pineda, ha explicado públicamente.
El académico, quien dirige el Instituto de Investigación, Ciencia, Tecnologìa e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia, subrayó que más allá de hablar de que están capacitando a los profesores en el tema de la Ley Nacer Crecer con Cariño y de que harán lo propio con nuevas plataformas educativas, poco o nada se ha dicho sobre mejoras a la situación de los educadores.
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“Se ha dejado de lado el tema de la dignificación docente y también fortalecerlo, porque al final, como lo han dicho muchos informes, el docente es el techo de la calidad (educativa); entonces yo puedo entregar computadoras, hacer reformas curriculares, etc, pero el que va a operativizar todo es el docente y de eso no se habla mucho”, subraya.
Lo señalado por Picardo Joao en relación a la dignificación también es cuestionado por las gremiales docentes, Bases Magisteriales, Simeduco y SEDESA, quienes de hecho en las últimas semanas han hecho llamados constantes al ministro Pineda, para que instale la mesa de negociación con la finalidad de hacer una este año revisión del salario de los maestros, de cara a aplicarles una mejora económica en el 2023, tal como lo establece la Ley de la Carrera Docente.
Los sindicatos de educadores siempre han señalado que debido a la difícil situación económica que enfrentan muchos tienen dos y hasta tres empleos a fin de cubrir sus necesidades, algo que a la larga hace tener en las aulas a maestros cansados, estresados y frustrados, lo cual no favorece la calidad de enseñanza, una situación agravada con la crisis de la pandemia que los ha forzado a dedicar más horas fuera de su horario para atender a los estudiantes.
El investigador educativo, a quién le parecen “poco reales” las cifras y metas que el gobierno ha anunciado para la atención de la infraestructura escolar, sostiene que en anteriores gestiones, como la de la exministra, Darlyn Meza, ya se dieron cambios curriculares “bastante profundos”, aunque el ministro Pineda aseguró recientemente, en una entrevista brindada al canal estatal, que en 40 años no se habìan hecho cambios profundos.
“Lo que no ha habido es un currículum nacional, es decir un documento que establezca los perfiles de entrada y de salida (de los estudiantes) y que planteen el perfil de ciudadano. Eso se hizo en el año 94, aunque después ya no se le dio continuidad, pero de ahí cambios y actualizaciones curriculares se hicieron en el periodo 2004”, subrayó.
El especialista educativo, ante los cambios en la currícula que según el ministro Pineda se traducirían en una nueva forma de enseñar a los niños basados en áreas y proyectos, también señala que actualmente en el trabajo didáctico y pedagógico que se hace en las aulas ya conlleva realizar actividades integradoras.
Tras comentar que ha conocido de buenas fuentes que personal del ministerio se ha puesto en contacto de forma rápida con algunos colegios bilingües, ve extraño que las autoridades planean lanzar la reforma curricular en 2023 cuando a estas alturas del año no se ha socializado con los profesores.