El barrio de Mount Pleasant o "la Manplesa", como dicen los salvadoreños, fue este domingo el punto de encuentro para disfrutar de la tradición culinarias de Pulgarcito de Centroamérica, de vestir prendas azul y blanco con el escudo salvadoreños, un torogoz o la imagen del presidente.
"Este barrio fue el epicentro de la migración salvadoreña y se puede percibir el toque de ellos en este barrio que se llama", expresó Eduardo Perdomo, director de asuntos latinos de la alcaldesa Muriel Bowser.
Perdomo explicó que ese era el cuarto festival anual "Mi pequeño El Salvador", para celebrar a la diáspora salvadoreña, que es la más grande en la ciudad.
"El valor de los salvadoreños para la ciudad es muy importante porque están en todos los rubros de la ciudad (…) en cada área vital los salvadoreños van sumando", añadió.
La celebración del Día de la Independencia, aunque carece de bandas de paz y cachiporristas , estuvo impregnada de las características comunes de los salvadoreños, llenos de alegría, disfrutando y bailando al son de la música; pero además aprovechando cada oportunidad de trabajo.
En la pequeña plaza que reunió a la diáspora salvadoreña, al frente estaba el grupo musical, al centro los invitados, principalmente salvadoreños, aunque también estadounidenses y de otros países de Centroamérica.
A los costados, las hileras de ventas, con todas las similitudes de los que están en tierra cuscatleca, tanto por el tipo de comida o bebida que ofrecían, como por el trato de los comerciantes y la singular forma de llamar al cliente.
Y una similitud más, que ocurre casi en cualquier parte, la fila más larga es para comprar las pupusas; algo infaltable en un festival salvadoreño.
Jackie Reyes ha sido la primera salvadoreña en ocupar el cargo de directora para asuntos comunitarios con la alcaldesa Bowser.
"Fui la primera salvadoreña que liderar esta oficina en 2015. Y ahora me ascendieron a ser la primera latina en tener 14 oficinas de intereses especiales en la alcaldía", explicó.
Ella emigró de El Salvador en los años 90; antes lo había hecho su padre.
"Yo fundé 'Mi Pequeño El Salvador' porque aquí en la Manplesa vinieron los salvadoreños en los 70 y los 80", expresa Reyes, resaltando con orgullo su nacionalidad.
Este domingo, las banderas salvadoreñas fueron ondeadas por una agradable brisa en lo alto de los postes del barrio.
Teresa Villalobos, de 83 años, se engalanó este domingo, se esmeró tanto en su vestimenta, como en todo el resto de detalles que completó con una banda azul y blanco que le hacía destacar en la concurrencia como la reina del evento. Ella emigró hace 40 años.
"Amo mi país", expresó, aunque reconoce y agradece a Estados Unidos por las oportunidades que le ha dado, tanto en lo laboral, como en lo familiar.
Teresa ya ha visto nacer en Estados Unidos a sus nietos, bisnietos y un tataranieto, y asegura que todos se sienten salvadoreños.
"El orgullo mío es mi país, ver a mi gente progresar", añadió.