Con el apoyo económico de la diáspora y de las diferentes comunidades locales, dieron inicio los trabajos de restauración de la parroquia San Antonio de Padua ,en el municipio de El Sauce, departamento de La Unión.
Desde hace más de un año iniciaron con la intervención en las diferentes áreas de la infraestructura. Hay un concejo económico de la iglesia que se encarga de administrar todos los fondos que reciben tanto de los residentes en el exterior, como de las actividades que se desarrollan en la localidad.
De acuerdo con los organizadores, tienen un año con cuatro meses que empezaron a trabajar en el templo, y esperan que esté listo a inicios del próximo mes.
El presbítero Yafet Sotery Mendoza dijo que el periodo del cierre de las iglesias por la pandemia del COVID-19 le sirvió para repensar y a la vez utilizar las redes sociales buscando amistades originarias de El Sauce que viven en el exterior, y pedir junto con la comunidad local ayuda para tener una parroquia restaurada.
“La diáspora de El Sauce ayuda porque les toqué como la “chaga”, al decirles ¿cómo van a tener ustedes el mejor cementerio de El Salvador, teniendo una iglesia tan fea? Échenme la mano, así como ustedes han luchado por tener un cementerio tan bonito; se ha logrado ese gran apoyo de ellos”, agregó Mendoza.
Las primeras intervenciones en el templo empezaron en el año 2021; primero en la cúpula y la parte del prebisterio, pero fue la misma feligresía la que animó al sacerdote a continuar con el resto de la infraestructura.
Al menos $80,000 se han gastado en todos los trabajos dentro de las instalaciones, la cúpula y la capilla. Mientras que para la fachada cuentan con un presupuesto de unos $35,000.
Según datos de los feligreses, el templo tiene un aproximado de 200 años de construcción.
Es considerada la más antigua de las parroquias de la zona norte del departamento de La Unión. Fue hecha con adobe, piedras, ladrillos y tejas de barro.
Dentro de la parroquia hay varias tumbas de adultos mayores que ahí fueron enterrados. Hay, además, algunos epitafios que datan de 1859.
Varios feligreses manifestaron que el proyecto ha sido una iniciativa del párroco Mendoza, quien los animó a conseguir los fondos para las remodelaciones.