Luego de varios días de lluvia, los salvadoreños acudieron, este jueves con un agradable clima, a los camposantos para recordar a sus seres queridos en el Día de los Difuntos.
Las entradas de los cementerios estuvieron muy transitadas durante todo el día.
En San Salvador, en el cementerio Los Ilustres la afluencia era poca a eso de las 8: 00 de la mañana, sin embargo las visitas han sido constantes en la jornada. Silvia Ofelia Mejía llegó a enflorar a su abuela que falleció en el año 1997. Ella también ha ido a otros cementerios durante el día para visitar las tumbas de sus papás y otros familiares.
Las calles adyacentes los cementerios han sido cerradas al paso de vehículos en varias localidades. En San Miguel, la Avenida Roosevelt , que está frente al camposanto, solo está habilitada al paso de peatones y agentes policiales de Tránsito vigilan la zona.
Las ventas de flores naturales y artificiales se concentran en las afueras de los cementerio. El comerciante José Luis Chicas explicó que él viajó desde San Salvador hasta la ciudad de San Miguel para vender rosas y es el único que ofrece este tipo flores, las cuales son importadas de Guatemala cinco días antes del 2 de noviembre. El costo de las rosas oscila entre 12 y 17 dólares la docena.
En Panchimalco, las familias además de llevar flores a la tumba de sus parientes también contratan mariachis u otros grupos de música para que canten melodías en honor al difunto. La Banda San Isidro interpretó melodías dedicadas a Marcos Antonio Ramírez Vega, un militar asesinado hace 22 años en el cantón Los Pajales de ese municipio.
También Efraín Hernández solicitó a la banda que interpretarán la canción “La puerta es Cristo” en dedicatoria a Angela Miranda de Ortiz. Ese panteón fue abierto a las 5:00 de la mañana y el cierre estaba programado para las 5:30 de la tarde, según agentes del CAM. Los visitantes han limpiado las tumbas y colocado flores, la mayoría son de plástico. El precio por limpiar una tumba ha sido de dos dólares en ese lugar.
En Ahuachapán, Tere Jacobo, de 68 años, llegó a enflorar a una nieta que falleció hace 23 años, un 10 de mayo, tras un día de nacida. Desde entonces no ha perdido la devoción de llevar flores a su tumba, en el cementerio de Ahuachapán.
Las flores que lleva ella misma las elabora. Inicia desde con un mes de anticipación. Elaboró seis docenas para adornar la tumba de cuatro familiares. “Da no sé qué venir a enflorar; uno sabe que la tierra viene a enflorar, pero también da no sé qué ver las tumbas sin flores porque ahí descansan los restos”, dijo.
El buen clima y las masivas visitas también ha favorecido a los comerciantes instalados alrededor de los cementerios, como el caso de Flor de la Cruz, quien tiene 34 años de edad pero desde los seis ha llegado cada Día de Difuntos a las cercanías del cementerio para comercializar perotes y granadillas, que son frutas de temporada.
Relató que hace varios años llegaba desde el 31 de octubre al cementerio de Ahuachapán para vender sus productos; pero desde hace cuatro llega únicamente el 1 y 2 de noviembre, debido a la disminución de venta y a lo caro del producto. Aunque el miércoles 1 no llegó debido a las lluvias.
“Primero Dios va hacer un buen día; ayer (miércoles) estuvo algo malo”, dijo Santos Cándida Mancía, de 70 años, quien vende una variedad de flores afuera del cementerio de Ahuachapán, desde hace diez años.
Algunas flores las compra para ser comercializadas; pero otras las elabora, iniciando desde hace seis meses.
Rosa Isabel Escalante, quien desde hace 17 años comercializa pupusas, opinó que el año pasado estuvo más concurrido “como no llovió, la gente estuvo bajando más. Quizás como estuvo lloviendo no ha bajado mucha gente”, expresó
Mario García, de 50 años, tiene cuatro familiares sepultados en el cementerio de Ahuachapán. Desde el año pasado comenzó a “arreglar la tumba”, cómo se le conoce. Sin embargo, a partir de este año tomó la decisión de ofrecer sus servicios a terceras personas, con la finalidad de ganar dinero extra. Llegó a las 8:00 de la mañana; pero después de una hora solo lo había contratado una familia, que le pagó $1 por el servicio. “Por la mañana es poca gente; en la tarde sí se llena todo esto”, comentó. Él es albañil de oficio.
Municipalidades como la de San Vicente organizaron la presentación de su orquesta sinfónica , como parte de la conmemoración.
También cuerpos de socorro se activaron e instalaron cerca de los cementerios más concurridos del país para poder reaccionar con prontitud ante una emergencia; tal fue el caso de los voluntarios de Cruz Verde de Puerto Parada, quienes instalaron un puesto de socorro en las afueras del cementerio municipal en Usulután.