Para las madres y esposas de los detenidos bajo el régimen de excepción, “celebrar” el Día de la Madre significó esperar por muchas horas con la esperanza de verlos o saber de su estado, mientras permanecen recluidos en el centro de detención “El Penalito”, en San Salvador.
Mientras en otras partes del país celebraban el 10 de mayo, en “El Penalito” parecía ser un día normal. Ellas llegaron desde las 8 de la mañana, sabedoras de que su jornada se extendería hasta las 4 de la tarde.
“Este es un día triste porque celebrábamos con él. Ahor no está conmigo. Es triste”, comentó Margarita, mientras esperaba con una bolsa de alimentos, a un metro del portón de las bartolinas.
Desde que el régimen de excepción inició, “El Penalito” se ha caracterizado por aglomerar varias personas que buscan a sus parientes detenidos, y son en su mayoría mujeres, entre jóvenes y adultas.
“Una como madre mete las manos por sus hijos y sé que no anda en malos pasos. Me gustaría justicia para él”, expresó otra de las mujeres, en medio de su gris 10 de mayo.