La angustia y la desesperación de no tener una respuesta de parte de las autoridades después de un año de la desaparición de su hijo ha obligado a Mari y sus dos hijas a salir a buscarlo entre montes y cerros.
La madre y hermanas de Víctor Omar Franco Puro comenzaron desde hace dos semanas a realizar caminatas de búsqueda en zonas boscosas de la cordillera del Bálsamo en los municipios de Santa Tecla, Comasagua y municipios aledaños.
“Le hemos pedido a Dios la fuerza y el valor para poder emprender este camino. No es fácil sentirse abandonado porque llevamos un año de espera por una respuesta por parte de las autoridades y no hay un resultado”, se lamenta la madre de Omar.
Mari y sus hijas solamente se han aferrado a la fe religiosa y la esperanza de un milagro para trazar su ruta en la búsqueda de los restos de su familiar desaparecido desde el 16 de octubre de 2021.
“Nuestro deseo y la esperanza es tener ese milagro, que nosotros sabemos que lo vamos a recibir, sabemos que Dios es fiel y que cumple su promesa”, asegura la desesperada madre.
Mari dice que ella confía en que las autoridades tienen la capacidad y los recursos para la búsqueda de su hijo, por lo que el hecho que no lo hayan encontrado lo considera una negligencia.
Omar desapareció en el mismo periodo en el que desaparecieron en Santa Tecla: Joshua Natanael Romero Chafoya, la futbolista Jimena Ramírez y los hermanos Karen y Eduardo Guerrero Toledo.
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Los restos de los hermanos Guerrero y de Jimena fueron encontrados dentro de fosas en el cementerio clandestino en la finca Suiza de Nuevo Cuscatlán. Mientras que Omar y Joshua Natanael siguen desaparecidos.
“Es un año, un año de tener paciencia, un año de esperar y no tener una respuesta, así que eso es lo que me empuja a hacer lo que hago”, dice entre lágrimas la madre de Omar.
Los recorridos por la montañas que realiza Mari los describe como dolorosos, al encontrarse con camisas, vestidos, zapatos y otros objetos, que posiblemente algún día fueron de alguna persona que terminó desaparecida.
“Antes de vivir esa experiencia con mi hijo, para mí era un anhelo visitar una montaña porque me encantan abrazar los árboles para depositar mi estrés, pero ahora ir a una montaña es doloroso”, asegura.
La madre de Omar asegura que no le importa quién pudo haberle hecho daño a su hijo, sino que su único propósito es encontrarlo.
“El único objetivo que llevamos en todo esto es encontrarlo a él, de ahí cada quien sabrá cómo se va a arreglar con Dios”, explica.
Omar fue raptado y posteriormente desaparecido el 16 de octubre de 2021, después de salir de una discoteca en el paseo El Carmen, en Santa Tecla, lugar al que había asistido con dos amigos.
Su madre recuerda que ese día su hijo no tenía previsto salir, pero sus amigos insistieron en que fueran a departir un rato.
Según las investigaciones preliminares, en el lugar, los tres jóvenes habrían tenido una discusión con los encargados a la hora de cancelar la cuenta.
Los tres jóvenes salieron del lugar, pero Omar se quedó en la zona, cerca de la 5a. Avenida Norte, a una cuadra de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP). Desde ese momento nunca volvió a casa.
En esa zona hay un sistema de videovigilancia, que se supone, funciona las 24 horas, y usualmente los agentes metropolitanos mantienen patrullajes.
El pasado 14 de marzo la madre de Omar fue sometida a una prueba genética, después que las autoridades de seguridad confirmaron el hallazgo de múltiples restos dentro de fosas en un cementerio clandestino de Nuevo Cuscatlán, utilizado por una estructura de la Mara Salvatrucha para desaparecer a sus víctimas.
Sin embargo, desde que inició el régimen de excepción Mari al igual que otros familiares de personas desaparecidas ya no recibieron información de sus casos por parte de las autoridades que llevan la investigaciones.