El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), a través de su delegación regional para México y América Central, inaugurá este lunes 23 de septiembre, la exposición “Tejer memoria: el legado de quienes nunca dejaron de buscar”, la cual han sido instalada en el edificio Simón Bolívar de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec).
La exposición que incluye siete historias y fotografías intervenidas tiene como propósito honrar a quienes fallecieron sin conocer el paradero de sus seres queridos desaparecidos y recordar la urgencia de garantizar el derecho a la verdad de los familiares.
“Nuestro objetivo es visibilizar el impacto humanitario cuando fallece una persona que busca a un desaparecido y cómo el fallecimiento tiene consecuencias sobre el entorno, los procesos de búsqueda y la colectividad”, manifestó Lissette Campos, jefa adjunta de misión CICR en El Salvador.
Campos explicó que en esos casos hay una doble ausencia en la familia, debido a que, a la falta de la persona desaparecida se le suma el vacío de la persona que buscaba y que murió sin tener una respuesta y en un estado de incertidumbre.
“Esto para la familia se vuelve en una doble victimización porque tienen un desaparecido, pero, además, porque la persona buscadora muere con un pendiente, la gente que tiene un desaparecido guarda siempre la esperanza de que vuelva”, explicó Campos.
La desaparición marca a toda la familia que mantiene constantes interrogantes sobre lo que habrá pasado, algunas deciden no cambiarse de casa o el número de teléfono, con la esperanza de que les vuelvan a llamar, aunque hayan pasado muchos años.
“Las desapariciones causan afectaciones psicológicas, físicas, mentales y emocionales del grupo familiar, impactos económicos, sobre todo cuando quien desaparece era el o la responsable de la manutención del grupo”, declaró Campos.
La jefa adjunta del CICR agregó que con la actividad también se pretende construir memoria y reconocer el rol de la personas buscadoras y el impacto humanitario de la desaparición en México, Guatemala, El Salvador y Honduras, una región que desde hace varios años tiene un alto número de personas desaparecidas por distintas razones: violencia, desastres naturales y migración.
“Es una constante y creemos que cualquier acto, reconocimiento, acción que visibilice la necesidad de que los Estados mejoren sus capacidades para buscar, identificar, localizar a las personas desaparecidas es necesario”, enfatizó.
En El Salvador la falta de información y de un registro único son algunos de los problemas que enfrentan los familiares ante la desaparición de un ser querido.
Selección de la obra
Cada historia presentada en la exposición fue reconstruida a partir de los testimonios de los familiares y los compañeros de los comités de búsqueda. Las familias seleccionaron dos fotografías por cada semblanza, una del familiar buscador fallecido y otra del ser querido desaparecido.
Las fotografías fueron realizadas por cinco fotógrafos de diferentes países, entre ellos Frederick Meza de El Salvador, ex fotoperiodista de La Prensa Gráfica y el periódico digital El Faro.
Meza retrató a Héctor Aristondo, un señor que sigue buscando a su hija Maricela, quien desapareció junto a su esposo en marzo de 2006, en la ruta migratoria en busca de un mejor futuro para su familia. La esposa de Héctor murió el 24 de julio de 2022, sin conocer la suerte o paradero de su hija..
En el caso de las fotos intervenidas fueron bordadas por familiares de desaparecidos en México que reciben acompañamiento del CICR. Los elementos bordados simbolizan recuerdos y gustos particulares de los desaparecidos.
La muestra estará abierta al público del 23 de septiembre al 5 de octubre en el edificio Simón Bolívar de la UTEC y la entrada es gratuita.