María Mejía lleva marcado el último abrazo que recibió de su hermano el 5 de septiembre, hace diez años.
Ese día el joven de 33 años salió de El Salvador en ruta hacia Estados Unidos con la esperanza de una vida mejor y para reunirse con su hijo de siete años. Pero su sueño nunca se cumplió.
“En El Salvador él no encontró cómo salir adelante, así como muchas de las personas que han desaparecido en la ruta migratoria”, agrega.
Durante siete días, María se comunicó vía Messenger y él le iba contando su travesía en la ruta migratoria que hacía en compañía de un “coyote”.
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Sin embargo, el 12 de septiembre de ese mismo año, el tiempo se detuvo para María y toda su familia.
Desde ese día María, que entonces tenía 13 años, perdió la comunicación con su hermano y desde entonces desconocen su paradero.
María relata la angustia y el dolor que vivió siendo adolescente por no saber qué hacer o cómo ayudar a su madre, quien cayó en un estado de depresión por la desaparición de su hijo.
“Como adolescente de 13 años, ver a mi mamá así fue duro, no tenía ni la más mínima idea de lo que yo tenía que hacer”, relata.
La joven recuerda que en ese tiempo poco le importaban sus clases debido al dolor y la tristeza, iba a clases como una forma de huir para no ver el sufrimiento de su madre postrada en una cama.
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María detalla que la desaparición de un familiar es un hecho que marca para siempre la vida de la familia, los cumpleaños y los días de las madres nunca vuelven a tener el mismo significado.
“Todos los días de las madres es una frustración porque en mis sueños está hacer feliz a mi mamá y claro que nunca va a ser feliz ese día. Tiene su corazón en dos partes una todavía buscando a mi hermano y la otra conmigo” explica.
Al igual que María muchos niños, niñas y jóvenes enfrentan la desaparición de sus seres queridos cada año, es por eso que el Comité Internacional de la Cruz Roja ha creado junto a Guanaco to English una guía rápida para ayudar a sensibilizar sobre esta problemática.
Diego Argueta creador del personaje Humberto Pérez de Guanaco to English expresó que al trabajar la guía y ver que esas cifras son personas, familias y seres humanos que están sufriendo le llevó a preguntarse ¿qué podemos hacer nosotros para ayudar?
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“Creo que lo mínimo que podemos hacer es romper el tabú, el estigma y visualizar el sufrimiento que pasan las personas que tienen familiares desaparecidos” afirmó el creativo.
Argueta agregó que como marca Guanaco to English es una satisfacción trabajar junto a CICR un material de gran utilidad para jóvenes y adultos puedan empatizar con esa realidad que no afecta no solo a El Salvador sino a todo el mundo.
Elke Koyman, coordinadora de protección del CICR resaltó la importancia de la atención y la necesidad de dar respuesta a las familias que siguen buscando a sus seres queridos.
“Hasta que ellos no tengan una respuesta, su búsqueda no para. Más allá de las cifras es importante destacar que detrás de cada número hay una historia que debe ser tratada con respeto” enfatizó Koyman.
Wendy Hernández, responsable del programa de personas desaparecidas en el CICR, expuso que como institución se enfocan en fortalecer las capacidades técnicas y organizativas para la búsqueda de los familiares de los desaparecidos.
Hernández agregó que como CICR tratan de entender las necesidades de los familiares para poderlos acompañar con equipo multidisciplinario integrado por especialistas forenses, jurídicos, expertos en salud mental y apoyo psicosocial.
En El Salvador, más de 25,000 personas han sido reportadas como desaparecidas entre 2014 a 2021, según cifras de la Fiscalía General de la República.
María, que ahora estudia relaciones internacionales, asegura que el apoyo recibido a través de CICR le ha permitido ir superando sus traumas y miedos a causa de la desaparición de su hermano, por lo que hace un llamado a adolescentes y jóvenes que están pasando por este problema buscar ayuda.
“No es fácil estar de este lado y más cuando se es joven, a veces no te expresas porque tienes miedo que no te escuchen, que no te entiendan”,concluye.