La madre de Rodrigo Alejandro Montalvan, reportado como desaparecido desde hace nueve años, es una de las mujeres que les ha tocado emprender actividades de búsqueda por sí mismas, ante la falta de respuesta del Estado salvadoreño.
El temor y la tristeza hizo que Silvia no supiera qué hacer en los primeros años de la desaparición, además, porque guardaba la esperanza que las autoridades dieran con el paradero de su hijo, que entonces tenía 16 años.
Pero con el paso de los años, ante el abandono del Estado y al ver que otras madres se unían en la búsqueda de sus hijos, Silvia salió del anonimato e hizo pública la desaparición de Rodrigo con la ilusión de hallar aunque sea sus restos.
Una de las primeras acciones que realizó fue una pega de afiches en la carretera Troncal del Norte, con la fotografía de su hijo y un número de teléfono para recibir información.
“Un señor nos dijo que ahí llegaban los 'muchachos' a tirar a los que habían asesinado. Nos aseguró que ahí había una fosa clandestina”, asegura.
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Silvia explica que la zona que los residentes señalan como fosa clandestina está en medio de una hondonada en las cercanías del cementerio Aculhuaca, jurisdicción de Ciudad Delgado.
A pesar de que las autoridades de seguridad en los últimos años han mostrado que cuentan con herramientas tecnológicas como drones con cámaras térmicas con capacidad para elevarse a más de 500 metros, las madres de los desaparecidos no son apoyadas con esos recursos en su búsqueda.
“Con Eneyda (madre de otro joven desaparecido) pensamos ir, tratar de bajar y escarbar, pero luego nos dijeron que no íbamos a salir vivas de ahí”, expresa con resignación Silvia.
La esperanza en Medicina Legal
La desesperación por encontrar a sus hijos se convierte con el tiempo en un aprendizaje de búsqueda para las madres buscadoras, que asumen un papel que el Estado debería cumplir, como establecen los protocolos internacionales.
Silvia relata que las primeras veces que fue a Medicina Legal ha solicitar información, a penas tuvo acceso a libros de personas muertas enterradas en fosas comunes, como gente en situación de calle y ancianos abandonados en hospitales.
Luego otras madres buscadoras le explicaron que debía ir al módulo donde guardan la información sobre las osamentas encontradas. Ahí pasó horas revisando una por una, las fotografías y las fichas, pero ninguna es la de su hijo.
“Yo por la dentadura es que lo puedo reconocer, pero ninguno de los cadáveres era de él”, dice la madre de Rodrigo.
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Casi un año y Corte no responde
En julio de 2023, la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad) presentó este día una demanda de protección de derechos ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en representación de la madre de Rodrigo, pero hasta hoy, el máximo tribunal ni siquiera ha informado haberla admitido.
#DesaparecidosSV
— FESPAD (@FESPAD_sv) July 12, 2023
Hoy, la madre de Rodrigo Montalván y @FESPAD_sv presentaron una demanda de amparo ante la @SalaCnalSV, solicitando se investigue la desaparición de Rodrigo, ocurrida en el 2015. pic.twitter.com/AvSI7iMd8k
El recurso constitucional, presentado por Fespad, alega la omisión de una investigación exhaustiva y concluyente por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), que permita establecer quién o quiénes son los responsables de la desaparición de Rodrigo y dar con su paradero.
Según Fespad eso vulnera el derecho a conocer la verdad y a la protección jurisdiccional, es decir el derecho que los ciudadanos tienen para acceder a las instituciones del Estado y la protección que estas deben brindar a los derechos de los mismos.
La demanda también señala la omisión por parte de la Asamblea Legislativa respecto a emitir una normativa que contribuya a hacer eficiente el proceso de ubicación o identificación de una persona desaparecida y garantizar el apoyo psicosocial al grupo familiar.
“Yo esperaba ayuda, justicia, pero si hasta están engavetando la ley de los desaparecidos, ¿Qué nos espera? Nada, ser invisibles, ignoradas. El desaparecido tiene derecho a ser encontrado y cerrar el ciclo que uno de madre lleva”, dice Silvia.
El estudiante de octavo grado fue visto por última vez el 20 de febrero de 2015, en la zona de la colonia Atlacatl, en San Salvador.
Cuando su hijo no volvió a casa su madre buscó ayuda en la Policía más cercana, pero ahí le dijeron que no podían hacer nada al respecto.
En la angustia y desesperación, la madre de Rodrigo, por recomendación de un conocido, fue hasta las oficinas de la Fiscalía, para poner la denuncia de la desaparición de su hijo.
Silvia comenta con tristeza que un mes después que ella había puesto la denuncia, la fiscal asignada al caso en ese entonces, le llamó para preguntarle si su hijo había regresado.
“Me dijo que si mi hijo volvía que le llamara, cuando yo esperaba que ellos me ayudaran a buscarlo”, se lamenta.