Seis años, con diez meses han pasado desde que Rigoberto Mendoza Aparicio, de 34 años, no regresó a su vivienda, un 31 de agosto de 2015, cuando viajó hacia San Salvador para ir a las oficinas del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, lugar donde recibía su pensión mensual.
Desde entonces, su padre, Teodoro Mendoza Beltrán, de 61 años, no ha abandonado la incansable búsqueda de su hijo.
En ese 31 de agosto de 2015, el reloj marcaba las 12:00 del mediodía cuando Teodoro sintió preocupación porque su hijo aún no había regresado a la casa, cuando normalmente esa sería la hora en la que Rigoberto llegaba a su lugar de residencia situado en el cantón San Francisco de Candelaria, en el municipio de San Pedro Perulapán, departamento de Cuscatlán.
Teodoro relata que esperó hasta la 1:00 de la tarde, pero decidió hacerle una llamada a su hijo, para saber porqué aún no llegaba. Rigoberto correspondió la llamada y le explicó que aún estaba en las oficinas del ISSS. Sin embargo, seis minutos después volvió a llamarle y Rigoberto ya no contestó.
"Yo le dije: ¿Dónde estás hijo?, en el seguro, me dijo", cuenta Teodoro y agrega que las últimas palabras de su hijo, fueron: "cuídeme a las niñas, fue lo último que me dijo".
Teodoro Mendoza Beltrán, de 61 años.
Rigoberto dejó al cuidado de sus padres a sus dos hijas, una de 5 años y otra de 2, quienes actualmente ya tienen 16 y 12 años.
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A partir de ese momento, la familia de Rigoberto Mendoza Aparicio ya no supo más de él.
"Desde ese día ya no lo volvimos a ver y ya no hubo comunicación con él... le volví a marcar varias veces, pero ya no hubo comunicación, ni nada..."
Expresa con tristeza, Teodoro Mendoza.
Aunque desde ese 31 de agosto de 2015, Teodoro, su padre, se imaginó “que lo tenían privado de Libertad”, comenzó la búsqueda que hasta en la actualidad continúa. Según cuenta, lo comenzó a buscar por su cuenta durante ocho días, pero al no obtener resultados, decidió interponer la denuncia ante las autoridades.
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“Yo lo busqué por ocho días, en los hospitales, las bartolinas, en las cárceles, luego que no lo encontré, me fui a la Policía e interpuse la denuncia”.
Teodoro Mendoza.
Y aunque las autoridades han realizado investigaciones, su padre asegura que no han habido resultados, ni pistas para dar con su paradero.
Su padre cuenta que “la Policía lo ha buscado y tampoco lo ha encontrado. Me dijeron que le iban a dar seguimiento al caso, pero hasta el momento no ha habido nada”.
Aún hay días en los cuales, tiene la esperanza de obtener buenas noticias y va directo al “puesto de policías”, pero según relata, “solo dicen que no han sabido nada”.
Teodoro aclara que su hijo era una buena persona y “no andaba en malos pasos”, pero la vida ha sido muy dura con él, pues según manifestó, a su otro hijo también lo asesinaron en ese mismo año, exactamente dos meses después de la desaparición de Rigoberto. Para poder soportar todo el sufrimiento, Teodoro se refugia en Dios y en la oración.
“Dios me ha ayudado mucho, yo voy a la iglesia, la oración me ayudó bastante para atravesar esos difíciles momentos porque no cualquiera puede soportar”, señaló.
Pese a los casi siete años de su desaparición, Teodoro no pierde la esperanza de encontrar “aunque sea sus restos”, para tener un lugar donde darles sepultura y poder visitar a su hijo, aunque en el instante cae en la difícil realidad diciendo que ya pasó mucho tiempo y es imposible poder hallarlo.
El día en que Rigoberto Mendoza desapareció, vestía una camisa de rayas azul con blanco, jeans azul y zapatillas negras. Si lo ha visto o tiene información que ayude a dar con su paradero, puede llamar al número 7775-0642 o al 7778-5434.