Fusil, Rex, Osa y Negra son los cuatro perros abandonados por sus dueños en la calle Rubén Darío, pasaje Morazán.
Sus propietarios vendían camisas, celulares y accesorios. Luego del desalojo, ellos se fueron con sus pertenencias, pero sus perros han quedado en el lugar.
Una vendedora del mismo sector, Soledad de Gracia, de 60 años, se ha hecho cargo de cuidar y alimentar en sus posibilidades a los cuatro perros, pero muy pronto tendrá que irse del lugar, porque su puesto de camisas ya fue demolido.
Te puede interesar | Así lucirá el Centro de San Salvador en los planes de Mario Durán
"Me siento preocupada por el futuro de estos perritos, no sé cómo hacer. Al tener la oportunidad me vendré al centro a buscarlos para traerles comida", comentó Soledad. "Los abandonaron a su suerte", agregó.
Fusil, o como lo llama Soledad de cariño, Fusilito, es un perro ya mayor. Tiene problemas en un ojo y sus patas le duelen al caminar. El perro deambula por donde su dueño solía tener su puesto.
Las perras Osa y Negra caminan alrededor de todos los puestos de la calle Rubén Darío en busca de alimento y agua. Rex, un perro macho, quisiera hacer lo mismo, pero al ser un perro joven, busca jugar con los demás, lo que resulta en que lo ataquen, por lo que Soledad lo encadena a su puesto para que no lo lastimen.
"Yo ando cargando cartón, botellas y vendo algunas cositas para tenerlos bien a ellos, primero Dios no les pase nada", comentó la vendedora.
Los cuatro perros se mantienen en la calle Rubén Darío, pasaje Morazán, a la par del Palacio Nacional, en las cercanías del Centro Textil.