Edgardo Arturo Alemán Mancía, de 22 años, fue enterrado la mañana de este sábado en el cementerio Santa Isabel, de Santa Ana. Sus familiares y vecinos aseguran que lo mataron policías en la colonia Bendición de Dios, cantón Monte Largo, municipio y departamento de Santa Ana, el jueves aproximadamente a las 7:00 p.m.
De acuerdo con Miguel Alemán, padre de la víctima, Edgardo trabajaba con una empresa que está construyendo viviendas en el municipio de Chalchuapa. La víctima y otro lugareño operaban motosierras con las que hacían tablas o reglas que la empresa ocuparía en la misma construcción.
El jueves anterior, Edgardo fue a visitar a su compañero de trabajo, en la misma colonia, para preguntarle si trabajarían al siguiente día, que fue decretado como asueto por el gobierno. Acordaron que sí se presentarían a sus labores.
Vecinos de la colonia indican que luego de hablar con su compañero de trabajo, Edgardo compró unas papas fritas y se dispuso a comerlas, cuando de repente vieron que se aproximó un carro policial.
Debido a que en ese lugar -según vecinos del área- tanto militares como policías golpean a los jóvenes mientras los interrogan o les hacen registros, Edgardo decidió retirarse y acortar camino hacia su casa por entre unos cafetales. De repente, los policías comenzaron a dispararle, Edgardo corrió y al rato se escucharon otros dos disparos. Esa es la versión de los vecinos.
Miguel asegura que él escuchó varios disparos y luego otras dos detonaciones, pero jamás se imaginó que era su hijo al que habían matado. Dos horas después, aproximadamente a las 9:00 p.m., policías élites irrumpieron en su vivienda, abrieron la puerta a patadas y preguntaron por Edgardo. “Vinieron a preguntar por él, sabiendo que ya lo habían matado”, afirmó.
Después de eso, llegaron empleados de una funeraria a decirle que quizá el muerto era su hijo. Cuando Miguel quiso entrar a reconocerlo, los policías se lo impidieron y le dijeron que fuera a reclamarlo a Medicina Legal.
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Miguel asegura que su hijo no era pandillero, que no tenía tatuajes, aunque admitió que su hijo solía fumar marihuana. Aseguró que hace algunos años su hijo fue procesado porque los policías le encontraron un puro de marihuana. Un juzgado le impuso como pena hacer trabajo de utilidad pública.
Según el padre de Edgardo, de acuerdo con el documento entregado por Medicina Legal, el cadáver tenía dos impactos de bala: uno en el pecho y otro en el cuello.
A las 11:46 p.m. del pasado 15 de septiembre, la cuenta institucional de la Policía Nacional Civil (PNC) dijo que ese día hubo un homicidio en San Pablo Tacachico, y un “terrorista” muerto en Santa Ana, tras supuestamente atacar a policías.
Vecinos y familiares adversan esa versión. “Cuando es así, ellos (los policías) se encargan de tomar fotos y ponerlas en redes sociales. De Edgardo no hicieron eso porque saben que no era pandillero”, comentó una vecina de la colonia Bendición de Dios.