Las capturas arbitrarias ejecutadas por policías y militares en el marco del régimen de excepción continúan golpeando a familias pobres y, especialmente, a niños cuyos padres son encarcelados y quedan al amparo de familiares o vecinos.
A decenas de huérfanos generados por el régimen de excepción, ultimamente se han sumado una adolescente y un niño.
En una comunidad del departamento de La Libertad, la niña de 14 años cuida a su hermano de 5, con posible autismo, mientras familiares y vecinos están al cuidado de proveerles los alimentos necesarios. Están así desde el pasado 21 de febrero de 2024, cuando la policía capturó, con engaños, a la hermana de ambos, de 22 años, bajo el régimen de excepción.
El primero en ser capturado en la familia, a primeros días de ser decretado el régimen de excepción, el 27 de marzo de 2022, fue Óscar A. E., de 24 años; sin embargo, como el joven no tenía ninguna relación con grupos de pandillas, a finales de agosto de ese mismo año fue puesto en libertad bajo medidas, según consta en documentos judiciales.
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Pero, a los pocos días de haber recobrado su libertad, policías llegaron a la casa a preguntar por él. Felipa E. G., la madre Óscar, les dijo que éste había salido bajo medidas y que en ese momento no se encontraba en casa, porque andaba trabajando.
De acuerdo con testimonios de familiares, los policías se enojaron y le dijeron a Felipa que como su hijo no estaba en la casa y que había violado las medidas o condiciones impuestas por el juzgado, la capturarían a ella. Así fue. La arrestaron bajo el régimen de excepción.
Entre las condiciones o medidas impuestas a Óscar por el Juzgado Especializado de Instrucción 2 B de San Salvador, no decía que éste no tenía que salir de su vivienda a trabajar.
Las medidas eran, según 7consta en documentos judiciales, presentarse a firmar al juzgado cada 15 días, no cambiar de domicilio, no reunirse con miembros de pandillas y no salir del país. Un policía les aseguró que Óscar sí tenía prohibido movilizarse fuera de su casa, cuando no era cierto.
A pesar de que Felipa alegó eso a los policías, la mujer fue capturada acusándola de pertenecer a organizaciones terroristas (pandillas).
235 MUERTOS
Tal cantidad de personas detenidas bajo el régimen de excepción había muerto mientras estaban en prisión, según registros de la oenegé Socorro Jurídico Humanitario divulgados a finales de febrero de este año.
Así transcurrieron los días. Sin embargo, en enero de este año, un grupo de policías interceptó a Óscar cuando éste regresaba de firmar en el juzgado donde era procesado.
Después de retenerlo como media hora, le ordenaron que les fuera a mostrar dónde vivía, lo cual así hizo. Esa misma noche volvieron a llegar a la casa a preguntar por Óscar. Este no estaba.
El pasado 16 de febrero, Óscar fue capturado mientras estaba en la casa de su novia, en la misma comunidad en La Libertad. Cuando Yenifer A. E., hermana de Óscar, fue a preguntar al puesto policial de la zona por qué habían detenido a su hermano, cuando éste gozaba de medidas sustitutivas a la detención provisional (o sea, podía seguir el proceso de investigación en su casa, en libertad), uno de los policías le respondió que las investigaciones habían continuado y que “tenía ficha activa”, en alusión a que tenía una ficha policial en la que constaba su pertenencia a pandillas y que estaría detenido en las bartolinas policiales de ese puesto.
Por largo rato, Yenifer les alegó a los policías que no debían capturar a su hermano por el mismo delito de agrupaciones ilícitas, puesto que si el juzgado lo había puesto en libertad era porque no había prueba contra Óscar de que perteneciera a pandillas, como lo habían acusado falsamente los policías que lo capturaron.
Los policías ignoraron la carta de libertad y al final Óscar fue puesto en las bartolinas policiales.
El 21 de febrero, de ese puesto policial llamaron a Yenifer, de 22 años, para que fuera y les mostrara la carta de libertad a favor de Óscar. Creyendo que los policías pondrían en libertad a su hermano, la joven fue, acompañada de su compañero de vida, llevando el documento.
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Al poco rato de que Yenifer había entrado al puesto policial de donde la habían llamado con la mentira de que llevara la carta de libertad de su hermano, el mismo policía que le recibió el documento, salió a decirle al compañero de vida, que la joven quedaría capturada bajo cargos de agrupaciones ilícitas.
La joven trató de persuadir al policía que no era justo que la capturara, que no era pandillera y que, además, con la captura de su madre (Felipa y de Óscar) solo ella había quedado a cargo de sus dos hermanos menores.
80,000 DETENCIONES
Esa cantidad, aproximada, de personas, han sido capturadas en los más de dos años de vigencia del régimen de excepción. Miles han sido capturadas de manera arbitraria, pues no pertenecen a pandillas.
La respuesta de uno de los policías fue que la menor de 14 años ya estaba lo suficientemente grande para que trabajara para mantener al hermanito de cinco.
Éver Leiva, compañero de vida de Yenifer, también increpó al policía por la detención de la joven, argumentando que ella era una mujer trabajadora, que jamás había tenido vínculos con grupos de pandillas. La respuesta que le dio el policía fue que no podía darle más detalles y que mejor se marchara, porque también podía capturarlo bajo el régimen de excepción.
Sin antecedentes de nada
Familiares de Felipa, Óscar y Yenifer aseguran que ninguno de los tres tiene vinculación con pandillas. Es más, en el caso de la joven, un policía que es amigo de la familia les aseguró que en el sistema donde ellos consultan los antecedentes de un ciudadano, no le aparecía más que la detención realizada el 21 de febrero.
Familiares de los tres detenidos han hecho cuanto han podido para hacer ver que las capturas son arbitrarias, pero lo único que han logrado es darse cuenta que la Procuraduría de Derechos Humanos no muestra interés en todas esas denuncias de violaciones de derechos humanos, afirman. No han recibido la ayuda que esperaban.
Incluso, indican que, además de las arbitrariedades cometidas con las tres detenciones, en el caso de Yenifer hubo un caso de ladronismo. Detallan que el día que la joven fue arrestada, portaba un celular y una cadena de oro. Cuando fueron a preguntar por tales objetos, en el puesto policial les dijeron que habían sido remitidos a la Fiscalía General de la República.
Sin embargo, cuando fueron a la Fiscalía, les dijeron que solo el teléfono celular habían enviado, no así la cadena de oro.
De momento, familiares y vecinos de los Estrada lamentan que el Estado se haya ensañado con esa familia y, algo más grave, que haya dos niños que, de momento, están creciendo solos, sin el cuido de su madre, quien está en prisión desde hace 19 meses.