Al finalizar su discurso de inicio de su segundo periodo presidencial, Nayib Bukele hizo juramentar a la población asistente al evento a aceptar la "medicina amarga" que buscará para apalear la crisis económica y sin quejarse, lo que para el constitucionalista Enrique Anaya es contrario a la democracia.
“Así nos está diciendo ‘queremos súbditos’”, consideró Enrique Anaya durante la entrevista de YSUCA este lunes.
“Nos dicen súbditos, y ya va disfrazado de rey. Dice ‘queremos súbditos, no queremos ciudadanos’, porque el ciudadano cuestiona, analiza, piensa”, añadió.
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Para el abogado constitucionalista el gobierno de Bukele pidió a la población personas que solamente obedezcan sin cuestionar absolutamente nada, y que eso se traduce en la búsqueda de “súbditos”.
Anaya vincula esta petición de Bukele con su comparación con el doctor que puede sanar “el cáncer y los males” de El Salvador, que buena parte del discurso de Bukele el sábado, pronunciado desde el balcón del Palacio Nacional, el cual fue objeto de trabajos de remodelación, a costa del patrimonio cultural, para estar listo para el evento.
Durante su discurso Bukele hizo la narrativa de que un enfermo consultaba con distintos médicos y ninguno lo curaba, hasta que encontró a uno que le curó el cáncer; pero no le pudo curar su padecer del corazón; y que, por tanto, ese médico, no era como los anteriores, sino que de poco a poco lo iría curando.
“Bukele ahora es el ‘doctor milagro’, eso es delirio de grandeza y al mismo tiempo de autoritarismo”, señaló el experto.
“Nos está diciendo a los salvadoreños que estamos enfermos y que la única forma de cuidarnos es que obedezcamos sin rechistar lo que el gobierno diga”, añadió.
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Por su parte, la abogada Ruth López consideró que "en esencia para este periodo Bukele le pide a la población que renuncie a sus derechos de expresión, de asociación, de acceso a la información, de participación, en resumen, que renuncien a ser ciudadanos".
Contrario a la democracia
Enrique Anaya recordó que la democracia implica la práctica del debate, pero que en su discurso Bukele solicitó prácticas contrarias a esta. Incluso dijo que la población "no debe escuchar a quienes le dicen que no es la medicina correcta", en referencia a las medidas que tome su gobierno.
“Bukele nos está pidiendo que seamos simples borregos”, lamentó el profesional.
“Pedirle a los ciudadanos que simplemente seamos obedientes ovejas que nos vamos a dedicar a avalar, eso es una tontería, eso no es un pueblo, eso es muchedumbre, eso es masa”, advirtió Anaya.
El abogado explicó que bajo el sistema democrático el “soberano es el pueblo y los gobernantes son los representantes”, por lo que el pueblo siempre debe de gozar de su derecho de cuestionar y de poner en duda las decisiones que se estén tomando, en especial para el rumbo de una nación.
Anaya también lo compara con el cuento clásico del Flautista de Hamelin: “Yo no le veo ningún sentido, no tienen por qué convertirnos en los que siguen a un flautista y nos llevan a un barranco”.
No obstante, considera que se necesita mantener un pensamiento crítico. “Hoy nos va a tocar estar en resistencia, porque el cuestionamiento tiene que seguir”, advirtió el constitucionalista.
Discurso vacío de contenido
Además, señaló la carencia de planes gubernamentales del gobierno de Nayib Bukele. Aunque adelantó que sería necesaria la "medicina amarga" para resolver el problema de la economía, Bukele no anunció ningún programa, proyecto o plan de gobierno para este segundo periodo presidencial.
De hecho, durante su campaña tampoco presentó un plan de gobierno, como sí lo hizo en el marco de la campaña presidencial de 2019. Incluso, muchos de sus proyectos "estratégicos" como el Tren y Aeropuerto del Pacífico no han iniciado, tampoco se ha terminado el nuevo edificio del Hospital Rosales. El Plan General de Gobierno del quinquenio pasado nunca se divulgó.
Temas de salud, políticas de seguridad y de desarrollo local no se dieron a conocer a la población, cuestionó.
Según Anaya, la medicina amarga puede implicar muchísimas cosas, como el aumento de impuestos, hacer Impuestos a la Transferencia de Bienes Muebles y a la Prestación de Servicios (IVA) diferenciados, nacionalización de las pensiones, entre otras, estima el constitucionalista.
“También este mensaje de medicina amarga va a ser para empresarios, no puedo discutirlo si van a municipalizar el transporte público”, consideró tras el préstamo del gobierno para la compra de autobuses al exterior.
Simbolismo en toma de posesión
Para el analista político Carlos Araujo hubo un “ensalzamiento” del militarismo, desde la vestimenta de los cadetes de la Escuela Militar y un desfile militar en el evento de toma de posesión.
“Al final de cuentas, vimos un desdibujamiento de la institucionalidad del país. ¿Dónde estaban los diputados? Estaban a dos cuadras de ahí, encerrados en el Teatro, cuando ese acto de jurar y de ser investido como presidente debe ser en medio de una sesión solemne de la Asamblea Legislativa”, dijo.
Criticó en el programa La Tribu que no hubo una real participación de los poderes del Estado, pues incluso el presidente de la Corte Suprema de Justicia estuvo solo como invitado.
“Ese desdibujamiento de los poderes del Estado, con un símbolo para mí adicional enviado desde el Palacio Nacional, otrora símbolo de una concentración de los tres poderes del Estado”, expuso.
Aunque hubo mandatarios y representaciones diplomáticas en el evento de investidura presidencial, el analista opinó que el hecho que asistan no vuelven “legítimo” al gobierno.
“Él (Bukele) sigue siendo un presidente ilegítimo digan lo que digan, hagan lo que hagan”, añadió Araujo. No obstante, indicó que “vamos a tener que interactuar con ese poder” y seguirán recalcando que “es ilegítimo”.
Saúl Hernández, politólogo y director de FOCOS, también destacó en el mismo programa la modificación a la leyenda de la toma de protesta constitucional, que no retoma textualmente el artículo 235 de la Constitución de la República, sino que incluyó la frase “ser fiel al mandato del pueblo, protegiéndolo de cualesquiera obstáculo o amenaza y asegurando un mejor porvenir”.
“Consolida un conjunto de simbologías, que creo que de una manera muy clara también hacen a la figura del populista”, dijo Hernández.
También señaló ese “llamado a la sumisión” que hizo Bukele y la juramentación a no escuchar “a los enemigos del pueblo”, lo que no considera casualidad debido a los impactos que puedan tener las medidas económicas que implemente.
“El impacto del ajuste, probablemente, por el tono ideológico de este gobierno va a terminar impactando a la gente”, dijo Hernández.