“Yo sé que el chamaco no es nada porque hasta nos ha hecho trabajo a nosotros, pero yo aquí lo ando. Yo sé que la estoy fregando a usted y a sus hijos pero comprenda que solo ando haciendo mi trabajo”. Esa fue la excusa que un policía le dijo a Xiomara, el día que su esposo, David Orlando Elías Mejía fue capturado bajo el régimen de excepción.
Cuando le dijo que ahí lo andaba, el policía le mostró una página con una foto de David. Ella solo le pidió que no fuera a poner, falsamente, que le había hallado armas u otras cosas ilícitas.
El agente, aparentemente de puesto policial del Distrito Italia, le prometió que no le pondría nada de eso, y que tuviera confianza, que David iba a salir pronto.
Desde aquel 8 de junio, Xiomara y otros familiares de David comenzaron a movilizarse para probar lo más pronto posible, que no era pandillero. La esperanza era que estuviera el menor tiempo posible en la cárcel.
Pero la esperanza de Xiomara recibió el primer golpe de realidad cuando fue a la Procuraduría General de la República (PGR) a entregar cuanto documento obtuvo, para probar que David era un hombre trabajador, que no era pandillero, que no tenía ningún tipo de tatuajes y que nunca había sido detenido.
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En la PGR le dijeron que tendría que esperar con mucha paciencia porque era un proceso largo; que lo iban a investigar y que volviera a preguntar en tres meses.
Durante más de 15 meses, Xiomara siguió luchando por probar que David había sido capturado de manera injusta y arbitraria.
Pero esa lucha terminó el pasado lunes, pero no porque el sistema judicial hubiese liberado a David tras no haber podido comprobar que era colaborador de pandillas, sino porque éste murió.
Primero estuvo tres meses en Mariona, luego lo pasaron a Izalco y hace pocos meses lo regresaron a Mariona. “Creí que pronto estaría libre, pensé que lo regresaron a Mariona porque ya había pasado todos los filtros”, comentó Xiomara.
“Lo asesinaron”
El lunes anterior, Xiomara fue al penal de Mariona, a dejarle el paquete de limpieza y algunos alimentos a David. Los custodios se lo agarraron a sabiendas de que David ya no estaba en la cárcel sino que la víspera había sido trasladado al hospital Zacamil, donde murió a la 1:19 a.m., según le comentó un médico a Xiomara, cuando fue a reconocerlo.
A la familia de David no le avisaron de su muerte ni del hospital Zacamil ni de Centros Penales, sino que, como suele suceder, fueron empleados de una funeraria quienes les llegaron a dar la mala noticia.
Si bien Xiomara no quiso detallar sobre las condiciones en que le entregaron el cuerpo de su esposo, otros familiares de David aseguraron que el cadáver tenía varias heridas en los brazos, en la espalda y en un costado del estómago, lo que parecía una cuchillada.
“Es una injusticia lo que hicieron. David no murió de muerte natural. Está claro que a él lo mataron. Lleva heridas por todas partes”, afirmó un familiar que prefirió no ser identificado.
De acuerdo con el documento que el Instituto de Medicina Legal (IML) entregó a Xiomara para retirar el cuerpo, David murió a consecuencia de un hematoma subdural, es decir, por una hemorragia que podría ser consecuencia de un golpe en el cráneo.
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Según Xiomara, David estaba irreconocible debido a su apariencia esquelética. “Estaba tan pálido y delgado que solo lo logre reconocer por una cicatriz que tenía en la frente!”, aseguró la mujer.
¿Quién era David?
David era una persona muy apreciada en la colonia San José Las Flores, donde hay mucha indignación por el triste final que tuvo.
Ayer en la mañana, un grupo de niños, compañeros de escuela del hijo de David, llegaron a acompañar un momento la velación.
David trabajaba a pocos metros de su vivienda, en un quiosco a la orilla de la calle que conecta Tonacatepeque y la carretera Troncal del Norte, donde reparaba teléfonos celulares. Por las tardes o noches se congregaba en una iglesia evangélica donde ayer lo estaban velando.
David también es hermano de Reynaldo Elías Mejía, de 44 años, quien sufre discapacidad en un brazo a consecuencia de un accidente de tránsito. Reynaldo fue arrestado por “colaborador” de pandillas, 15 días después de que David fuera capturado. De momento está recluido en el penal de Izalco, sin saber que su hermano ha muerto.