Entre láminas y hierros retorcidos quedaron sepultados los años de esfuerzo de las familias que habitan el cantón La Danta, del caserío La Dantilla, en el municipio de Ahuachapán.
Algunas de las viviendas fueron construidas hace más de 20 años, mientras que otras estaban por cumplir apenas su primer aniversario.
Por ejemplo, Rodolfo Martínez, un hombre de 60 años, relata con pesar la pérdida de su hogar que aún se encontraba en construcción desde hace un año.
Según relata, necesitó unos $3,000 para edificar su hogar: una modesta casa de dos habitaciones, de paredes de adobe y techo de láminas. En la sencilla vivienda habitaban seis personas, quienes por ahora han tenido que refugiarse bajo una carpa improvisada con plástico de no más de 5 metros. Ese escenarios se repite a lo largo de la calle que atraviesa el cantón La Danta, perteneciente a Las Chinamas.
Unos 400 metros adelante de la casa de don Rodolfo se encuentra lo que queda de la vivienda de José Martínez, de 65 años de edad, quien relata lo sucedido. "Estos sismos fueron duros. Cuando sentimos se escuchó un zumbido como cuando viene un viento fuerte y comenzó a moverse la tierra" narró don José.
Según don José, el reciente enjambre sísmico percibido durante la tarde y la noche del domingo 15 de enero supera en intensidad a los terremotos del año 2001.
Su casa hecha a base de adobe cedió ante el fuerte temblor, dejando casi arrancada la fachada del humilde hogar.
A lo largo del camino se pueden observar los daños provocados por el sismo. La mayoría de las casas del cantón La Danta tienen grietas y sus muros que amenazan a los habitantes con derrumbarse en cualquier momento. Entre los añicos destaca un refugio improvisado que, con techo de varas de bambú y plástico, se encuentra sobre los escombros de lo que una vez fue la casa de los Escalante.
"Andaba en el culto y cuando regresamos vimos todito en el suelo. Estaba todo inservible. Se quebró la mesa, las sillas y las camas. Es una pérdida total", dijo Josselin Escalante.
A pesar del ambiente desalentador, los habitantes del cantón La Danta esperan que algún tipo ayuda llegue, como por ejemplo colchones para descansar en sus campamentos improvisados.
Dejar todo atrás
A pesar de las constantes réplicas sísmicas registradas y monitoreadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), que la Alcaldía y Protección Civil ha dado indicaciones de evacuación para evitar pérdidas humanas, los pobladores de esta localidad del municipio de Ahuachapán se niegan a dejar atrás sus casas y desprenderse de sus pertenencias. "Yo prefiero quedarme que dejar mis cosas" aseguró uno de los hombres que acampa fuera de su vivienda.
Daños en alrededores de Ahuachapán
En los cantones San Matías, El Portillo y El Potrero, del municipio de San Lorenzo, en Ahuachapán, también se registraron daños materiales en algunas de las viviendas.
Según informó el alcalde de San Lorenzo, Joel Corado, se contabilizan alrededor de 100 casas con daños significativos, mas no de gravedad.
Consuelo Grijalva, una afectada del cantón San Matías, en San Lorenzo, dijo que por temor a las réplicas, ella y su familia decidieron intentar descansar bajo un plástico que simula el techo de una vivienda.
Albino Rodriguez, habitante del mismo cantón, explicó que todo su grupo familiar teme continuar en su vivienda debido al peligro que ésta representa para su seguridad: la mayoría de las casas son de adobe, un material bastante frágil para soportar temblores de gran magnitud.
En respuesta a la situación, el Cuerpo de Bomberos, Protección Civil y elementos de la Fuerza Armada ha acudido a las zonas de desastre para retirar escombros o las pertenencias soterradas de las numerosas familias afectadas.