El Ministerio de Salud confirmó la semana pasada, la primera muerte a causa de dengue en territorio nacional en casi cinco años, además de reportar un incremento en el número de casos atendidos en lo que va del año. La víctima mortal es un menor de edad que inicialmente fue atendido a nivel privado, detalló el ministro de Salud, Francisco Alabí.
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Lo anterior, sumado al contexto de las intensas lluvias e inundaciones recientes en el país, podría crear un escenario propenso a la propagación de diversas enfermedades comunes en épocas de lluvias.
Según el doctor intensivista, Emilio Salazar, este ambiente húmedo y estancado facilita la transmisión de infecciones respiratorias, gastrointestinales y cutáneas, además de las enfermedades transmitidas por vectores como el dengue.
Sin embargo, considera el experto, muchas de estas enfermedades pueden ser prevenidas con medidas adecuadas de higiene, saneamiento y eliminación de criaderos de zancudos, destacando la importancia de la prevención y la educación sanitaria en la comunidad para mitigar estos riesgos.
A continuación, se destallan las cuatro enfermedades más comunes durante estas temporadas lluviosas y cómo pueden afectar a la población.
Dengue
El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Las condiciones húmedas y el agua estancada después de las lluvias crean el ambiente perfecto para la reproducción de estos mosquitos.
El doctor Salazar explica que “este virus, cuyo único reservorio es el ser humano, se propaga a través del mosquito por lo tanto, la erradicación de criaderos de zancudos es esencial para controlar la transmisión del dengue”.
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Los síntomas de esta enfermedad pueden presentarse en formas leves y graves. Los leves incluyen fiebre, dolor de cabeza y dolor muscular, mientras que los síntomas graves, como vómitos persistentes, dolor abdominal y hemorragias, requieren atención médica urgente.
La prevención es clave para controlar la propagación del dengue. Se recomienda a la población eliminar cualquier objeto que pueda acumular agua, utilizar repelente de insectos y mantener mosquiteros en puertas y ventanas. La situación actual subraya la necesidad de redoblar esfuerzos en las campañas de prevención y control de criaderos de mosquitos.
Infecciones respiratorias agudas
Las inundaciones y el clima frío y húmedo también propician un aumento en las infecciones respiratorias agudas. Estas infecciones pueden ir desde un resfriado común hasta condiciones más graves como la neumonía. Los virus más comunes que causan estas infecciones incluyen la influenza tipo A y B y otros virus respiratorios.
Salaza explica que estos cambios climáticos debilitan el sistema inmunológico, haciendo a las personas más susceptibles a enfermedades respiratorias. “Es fundamental mantener las medidas preventivas aprendidas durante la pandemia de COVID-19, como el uso de mascarillas, lavado frecuente de manos y evitar aglomeraciones”, advierte el médico, y alerta que, aunque los remedios caseros pueden aliviar síntomas leves, el uso de antibióticos debe ser estrictamente controlado y recetado por un profesional de la salud.
Ante los primeros síntomas de enfermedad respiratoria, se recomienda consultar a un médico para un diagnóstico y tratamiento oportuno. Diferenciar entre una infección leve y una afección que requiere hospitalización es esencial para evitar complicaciones.
Infecciones gastrointestinales
Las inundaciones y el desplazamiento de personas a albergues temporales aumentan el riesgo de infecciones gastrointestinales. La falta de acceso a agua potable y alimentos higiénicamente preparados, así como el manejo inadecuado de desechos humanos, son factores que contribuyen a la propagación de estas enfermedades.
Los virus y bacterias como Salmonella o tifoidea pueden causar diarrea, vómitos y deshidratación, especialmente en niños y ancianos. "Para disminuir la infecciones gastrointestinales hay que reforzar el lavado de manos con agua y jabón antes de comer y antes de preparar nuestro alimento; además del adecuado lavado de frutas y verduras y asegurarnos que el agua sea potable", recomienda el especialista. En los albergues, es crucial implementar protocolos estrictos de higiene y saneamiento.
También señala que hay que "saber reconocer los síntomas de estas enfermedades y consultar a tiempo para recibir una atención médica oportuna y de calidad. No utilizar antibióticos a menos que su médico se lo indique".
Infecciones cutáneas y por hongos
La humedad constante y el contacto prolongado con agua contaminada pueden llevar a infecciones cutáneas y por hongos. Condiciones como la cándida y el pie de atleta son comunes en estas circunstancias. La piel macerada y húmeda es más susceptible a infecciones, que pueden complicarse si no se tratan adecuadamente.
"Una infección de pie de atleta requiere tratamiento con crema antimicótica por muchos meses. Y en pacientes diabéticos puede ser la antesala de una infección bacteriana en esa área", recalca Salazar.
Por lo tanto el especialista recomienda cambiarse de ropa mojada al llegar a casa, tomar una ducha con agua más caliente que la de la lluvia, secarse completamente y usar talco en los pies, son medidas sencillas pero efectivas para prevenir estas infecciones. Las personas con condiciones de riesgo, como los diabéticos, deben prestar especial atención al cuidado de sus pies para evitar complicaciones graves.