OPINIÓN: Vuelta a la normalidad: posibilidades

El investigador plantea los próximos escenarios para enfrentar la emergencia y la activación paulatina de la economía.

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El académico e investigador Óscar Picardo Joao. Foto EDH

Por Óscar Picardo Joao

2020-04-23 4:47:25

La vuelta a la normalidad –post COVID19- es una de las inquietudes más relevantes de la ciudadanía y de los sectores productivos; la dinámica epidemiológica y sociológica es compleja, y lograr un equilibro entre el fin de la pandemia y la vida normal es una tarea complicada. Pese a los esfuerzos de distanciamiento social, siempre queda latente la posibilidad de un rebrote de contagios. ¿Cómo volver a la normalidad?, ¿con qué planes?, ¿en cuánto tiempo? y ¿de qué forma? Son respuestas que debemos pensar con criterio técnico en función de diversas variables.

Ya anotamos que nuestro panorama epidemiológico, gracias a las medidas tomadas de aislamiento, podrán oscilar entre 966 y 5175 casos (observatoriovovid19.sv), lo cual es muy favorable; PERO, si se levantan las medidas de distanciamiento antes de tiempo todo se puede perder.

Se han identificado tres escenarios en base a las aglomeraciones y/o hacinamiento de los sectores. Cada sector podría tener su política de “swicht off” en caso de rebrote de contagio. El supuesto, según la curva de crecimiento, estabilidad y descenso, habría que sustentarlo con más datos. No obstante, el lockdown podría terminar a 86 días del primer caso 18 de marzo, es decir: 14 de junio, de ahí en adelante se podría pensar en la “normalidad”; países con limitadas medidas de distanciamiento podrían extenderse hasta 4 o 5 meses.

Entendamos la “normalidad” cuando en la desescalada: la transmisión del virus está controlada; el sistema de salud no está saturado; hay un sistema de identificación de sujetos inmunes; y los demás sistemas sociales y productivos cuentan con información y medidas sanitarias apropiadas (@el_país, 22/04/2020).

Consideremos, también, la posibilidad de diseñar un sistema de sujetos “inmunes” y una identificación para sujetos “recuperados” podría facilitar la incorporación de personas al mundo laboral; esto implicaría aplicar más pruebas y a la vez crear el sistema de identificación epidemiológico. Todo mientras llega una vacuna.

Vemos ahora posibles escenarios de vuelta a la normalidad, pensando en la aplicación de la pirámide preventiva (lavado de manos, uso de mascarilla, distanciamiento, cuarentena domiciliar para personas mayores y enfermas, por los menos hasta finales de año):

Escenario a una semana de la “normalidad” (21 de junio) los sectores que se podrían normalizar son: Pesca artesanal; Consulta médica y odontológica; supermercados, ferreterías; farmacias; oficinas de gobierno y trámites; mercados; hotelería; tiendas, comercio regular; agricultura; gasolineras; talleres y metal mecánica Banca; oficinas administrativas; transporte público; parques.

Escenario a 15 días de la “normalidad” (1 de julio): Centros comerciales; restaurantes y bares; Call centers; fábricas o empresas entre 10 y 100 empleados/ 1 mts²; aeropuerto, puertos y fronteras (con estrictas medidas de control e ingresos a cuarentena; ingresos o vuelos controlados diarios).

Escenarios a 1 mes o 2 de la “normalidad” (1 de agosto/ 1 de septiembre): Educación (escuelas, colegios y universidades); congresos, conferencias; eventos deportivos, conciertos, discotecas o fiestas; cines, teatros; Iglesias; maquila fábricas y empresas con más de 100 empleados/ 1 mts²; personas mayores de 70 años y enfermos crónicos.

Es sabido que hay sectores que ya tienen definidos protocolos sanitarios para funcionar: los que operaron durante la cuarentena (banca, supermercados, etc.), industria textil, industria de alimentos, entre otras consideradas esenciales. En estos casos no se trata de iniciar actividades sino de escalar operaciones, para lo cual se sugiere implementar políticas de “testing” para identificar infectados e inmunes. Comercio informal, micro y pequeña empresa difícilmente tendrán la capacidad de soportar sus operaciones hasta la normalidad; las medianas empresas podrán tener pérdidas significativas; y la gran empresa pondrá en riesgo sus reservas. Como en toda crisis habrá sectores ganadores (p.e pharma) y perdedores (p.e transporte aéreo).

No se puede pensar en reactivar la dinámica económica sin tomar en cuenta las propuestas del sector empresarial y de profesionales de la salud sobre cómo hacerlo. El Colegio Médico, por ejemplo, ya ha mencionado que diseñará una propuesta de medidas sanitarias para ser implementadas al momento de reactivar la economía. En efecto, cualquier estrategia de reactivación debe tomar en cuenta la importancia de aplicar de forma selectiva y masiva las pruebas para detectar infectados e inmunidad. Mientras no haya una vacuna, este será el mecanismo para reducir o prevenir la transmisión del virus.

Finalmente, será necesario mantener campañas de sensibilización para recordar las medidas de distanciamiento social e higiene, que deben ser permanentes. Dejamos el debate abierto, pero es algo que se debe pensar y planificar adecuadamente.

Picardo es Doctor en Filosofía e investigador educativo.
opicardo@asu.edu