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La comunidad Pedro Díaz sigue esperando su escuela

La comunidad cuenta con un terreno donado desde hace años para la construcción del centro escolar.

Por Lisette Lemus | Mar 10, 2024- 06:00

Por tercer año consecutivo, 25 niñas y niños del caserío Pedro Díaz, del cantón Sumpul Chacones, municipio de San Francisco Morazán (Chalatenango), han iniciado su año escolar en un lugar improvisado, en el espacio anexo a la ermita la Divina Providencia.

La asignación de una docente desde hace tres años, para atender a la población estudiantil del caserío, es la primera victoria de una lucha emprendida hace más de 10 años por las madres y padres de familia del caserío, localizado entre cerros y montañas.

La solicitud de los residentes es la construcción de una escuela local para evitar que sus estudiantes recorran a pie más de una hora por caminos solitarios, para llegar al centro escolar más cercano.

Para lograr la asignación de una maestra, los residentes buscaron el apoyo de la Iglesia Católica, la cual les proporcionó un espacio en la ermita; pero al ser un lugar improvisado, los alumnos se enfrentan a las inclemencias del tiempo, tanto en invierno como en verano.

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Uno de los mayores problemas se presenta en el invierno, debido a que la lluvia azota por los barandales. Además, el espacio es muy pequeño para la cantidad de estudiantes, a pesar de que se les ha distribuido en dos turnos.



Por otra parte, cuando la feligresía tiene alguna actividad y necesita el espacio, las clases deben ser suspendidas.
Delmy Rocío, estudiante de sexto grado, debe caminar más de una hora para llegar hasta la ermita, pero de no tener una maestra en el caserío, debería recorrer por lo menos una hora y media más por veredas rurales totalmente solitarias.

“El lugar es muy pequeño y nos da mucho sol y no hay espacio para jugar y a nosotros nos gusta jugar fútbol”, manifiesta.

Delmy agrega que su deseo es tener una escuela completa, que tuviera hasta tercer ciclo, debido a que en la ermita sólo se imparte desde kinder hasta sexto grado en aula integrada.

Con emoción, la niña de 11 años asegura que su sueño es estudiar para ser soldado, porque considera que así “pudiera defender la Patria de los que hacen cosas malas”.

Lilian Cardoza es madre de dos niños que estudian sexto y segundo grado y una niña que está en parvularia. Explica que el espacio en la ermita es reducido, lo que les dificulta hacer todas las actividades escolares, aún cuando los organizan por zonas.

“Solicitamos que nos construyan nuestra escuela ya que tenemos mucho tiempo de estar gestionando y esperando por que los niños tengan un lugar adecuado para recibir sus clases. A veces deben trabajar por zonas por el poco espacio, pero a veces no alcanzan a hacer todas las tareas que tienen que hacer”, manifiesta.

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El 22 de septiembre de 2022, varios padres de familia viajaron desde Pedro Díaz hasta San Salvador para solicitar al Ministerio de Educación la construcción de la escuela. Luego que se plantaron frente al Mined, relataron que el ministro Mauricio Pineda los recibió y se comprometió a edificar la ansiada escuela.

Los residentes recuerdan que en agosto de 2023 llegó una empresa para realizar la inspección topográfica y en noviembre de ese mismo año la alcaldía hizo el traspaso de la escritura del terreno donado a la comunidad a nombre del Ministerio de Educación.

“Nosotros desearíamos que nos hicieran nuestra escuela porque ya tenemos varios años de estar batallando y aunque ahora nuestros niños están en la ermita, vemos cómo les afecta el sol, el viento, la lluvia, vemos como se asolean ahí”, dice María Mena.

María Magdalena y Reina Isabel, las gemelas hijas de María, estudian en la ermita y deben caminar casi una hora para llegar hasta ahí, mientras que sus dos hijos mayores deben recorrer el doble porque ya están en tercer ciclo.

No quiere que la historia se repita
Salvador Cardoza aún no tiene hijos en la escuela, pero se han unido a la lucha de los padres de familia debido a que cuando estaba en edad escolar fue muy afectado por no tener una escuela cerca.

Salvador relata que tenía que caminar para desplazarse hasta el centro escolar del cantón Sumpul Chacones, pero al llegar al tercer ciclo tuvo que ir hasta San Juan de la Cruz, un centro escolar que está a unas tres horas de distancia a pie.



Fue entonces cuando comenzó a padecer fuertes dolores de cabeza, según él, por el esfuerzo físico y las caminatas bajo el sol, hasta el punto que se vio obligado a abandonar sus estudios.

Su sueño de ser abogado quedó truncado y ahora que es padre de una niña y un niño que pronto tendrán edad escolar, solo desea que tengan un lugar accesible y con las condiciones necesarias para el aprendizaje.

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