La manera en que los niños y las niñas vivan su infancia va a impactar directamente en su desarrollo emocional, psicológico e incluso físico, para su vida adulta señalan los expertos en salud mental.
Muchas de sus configuraciones, de su maneras de actuar, de pensar, de hablar, de sentir, y de relacionarse con los demás están influenciados por cómo fue su desarrollo en la infancia, expone el psicólogo Ramón Rivera.
Al hablar sobre la importancia de cuidar la salud mental de los niños y las niñas desde la infancia, el experto señala que es en la mente, en el cerebro, donde sucede todo lo que definirá su vida en el futuro.
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“Desde ahí nuestro organismo envía una serie de señales, una serie de impulsos, desde ahí canalizamos muchos pensamientos, sentimientos, muchos comportamientos también, que luego inciden en nuestra manera de ser, de pensar, de hablar, de relacionarnos con los demás y todo eso se forma desde la infancia”, expuso durante una entrevista reciente en radio YSUCA.
Rivera explica que el cerebro se desarrolla desde la etapa de gestación hasta la adultez, y en la niñez todavía se está configurando, “no está del todo formado, la ciencia dice que el cerebro termina de formarse allá hacia los 21, 22, 23 (años)”, explica.
Asimismo acota dentro de la salud mental también influyen factores como el contexto social.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los determinantes sociales de la salud como “las circunstancias en que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana”.
Dentro de estos también están implícitos la alimentación, condiciones de pobreza y educación entre otros.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud Mental 2022 desarrollada por el Ministerio de Salud, a través del Instituto Nacional de la Salud, y publicada en marzo de 2023, señalan que 1 de cada 7 niñas, niños y adolescentes entre 6 a 18 años presenta una condición de salud mental, no obstante estos no se detectan ni se tratan de forma temprana.
El estudio concluye que el 74 % de los niños entre 3 a 4 años tiene algún grado de hiperactividad, una situación que se repite en el 57.8 % de los niños entre 5 a 12 años.
Por otra parte el 31 % de los niños entre 3 a 4 años y el 18% entre 5 a 12 tiene problemas de conducta. En tanto el 19.2 % entre 3 a 12 años tienen un problema de estrés postraumático o tiene angustia moderada.
En el caso de los adolescentes (13 a 17 años) el trastorno de ansiedad por separación, trastornos del pánico y la ansiedad generalizada son los principales trastornos encontrados.
Nueve de cada diez adolescentes tienen algún grado de trastorno del pánico y tres de cada diez adolescentes presentan algún grado de fobia o ansiedad social.
“Nuestra salud mental es una parte fundamental de nuestra salud y bienestar general. Las madres, padres y cuidadores tienen un rol muy importante al apoyar a niñas, niños y adolescentes a cuidar de su salud mental”, expone Unicef El Salvador a través de su portal dedicado a la salud mental.
Signos a tomar en cuenta
El Psicólogo señala que los signos más comunes en los que los padres, cuidadores o responsables de los niños y niñas deben prestar atención, entre estos los relacionados a su estado de ánimo.
“Por ejemplo, un niño que está más irritable, que está más callado que se aísla también, hay otros signos como el cambio de comportamiento (…) cuando nosotros como adultos notamos que nuestros niños nuestras niñas están presentando más tristeza, más irritabilidad de manera persistente”, acota.
El experto señala como otro signo de atención un deficiente rendimiento académico, problemas para dormir, pesadillas o llanto en medio del sueño, cuando el niño o la niña presentan síntomas de manera esporádica, que no tiene un origen claro, por ejemplo, anda con mucho dolor de cabeza, de estómago.
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“Lo importante es que si hay un signo en el cuerpo, un dolor, una afección corporal que no tiene una causa médica aparente hay que prestarle atención porque puede darnos indicios de que algo está pasando. Qué está influyendo en él o ella quiera cambiar de la nada su manera de llevar su cabello o su manera de hacer su propia higiene”
Cómo impactar positivamente
La Unicef señala que los cuidados con amor y paciencia conllevan a la construcción de una base sólida que ayuda durante la infancia a desarrollar las habilidades sociales y emocionales que se necesitan para llevar una vida saludable, plena y feliz.
En ese sentido, dice el psicólogo, se puede impactar positivamente en la vida de los niños y las niñas cuando la persona decida cómo quiere formar a sus hijos.
La Organización Panamericana de la Salud brinda seis consejos para cuidar la salud mental en la población infantil y adolescencia: mantener una alimentación sana, estimular el juego y la creatividad; disfrutar de paseos en familia y con amigos; dormir 8 horas al día y facilitarles hablar de sus sentimientos con personas de confianza.